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‘Dels Poblats Marítims to the Seaside Neighborhoods’
Organiza: Campus d’Arts Visuals del Cabanyal
Convocatoria abierta hasta el 25 de junio de 2025
El verano ha llegado de pleno, ha caído como una gran lengua árida que nos deja inmóviles en una sombra o en cualquier lugar que proporcione algo de fresco. Muchos corren a refugiarse a la playa, esperando el alivio de la brisa marina y, quien más coqueto, subir algunos tonos de piel. La fauna humana se muestra en toda su diversidad en las costas, pero las playas, aunque a veces a los vacantes se les olvide, no son sólo espacios de ocio y descanso; son la casa y el lugar de trabajo de muchas vecinas.
El distrito número 11 de València, Poblats Marítims –Grau, Cabanyal-Canyamelar, Beteró, Malva-rosa y Natzaret–, es una de las zonas más afectadas por la turistificación y la gentrificación. Una zona tradicionalmente obrera, con una fuerte presencia de la cultura popular y, a su vez, muy atractiva para el turismo y el sector inmobiliario por su cercanía al mar.
Una zona tensionada entre los intereses económicos y la realidad sociocultural. A la vez que ha ido aumentando la especulación, los colectivos han aumentado las acciones en defensa del territorio. Desde lo social y lo cultural, la ciudadanía lucha por preservar la memoria y los derechos de las vecinas de Poblats Marítims; y entre estas iniciativas se encuentra la convocatoria lanzada por el Campus d’Arts Visuals del Cabanyal, ‘Dels Poblats Marítims to the Seaside Neighborhoods’.
Por segundo año consecutivo, Jorge Alamar y Siroco Cultural dinamizan el Campus d’Arts Visuals del Cabanyal en el Centre Cultural La Reina 121, un proyecto centrado en la educación visual entre la población infantil y juvenil. La segunda edición arranca con una convocatoria abierta a todas las personas que quieran participar en la pieza audiovisual colectiva ‘Dels Poblats Marítims to the Seaside Neighborhoods’.
Abierta la convocatoria hasta el 25 de junio, el equipo del Campus anima a las vecinas a que participen con fotografías del distrito de cualquier índole: fotografías antiguas, de nuestros abuelos en el puerto, nuestra tía en la playa, la infancia jugando en la plaza, el último verano, de niñas haciéndonos trenzas en un puesto del paseo, celebrando las hogueras de San Juan… Cualquier material es bienvenido. Y, con todo este archivo, David Linuesa, de la productora Àqaba Media, creará una pieza audiovisual que se proyectará dentro del Campus.
Trisah Miró, una de las patas de Siroco Cultural y del Campus d’Arts Visuals, recuerda con ilusión la experiencia del año pasado: “Fue una edición preciosa, la gente salió encantadísima”. La parte central del campus, como bien señala su nombre, es el aspecto educativo, los talleres para público infantil y juvenil, junto con un bloque de actividades expositivas.
En 2024, proyectaron el BookJockey de Anaïs Florin y Julián Barón ‘Mar Revuelta: destellos, luchas y cicatrices de una València marinera’. Este año querían abrir este bloque a un proceso participativo: “Invitamos a las personas a que reflexionen a través de sus imágenes de archivo sobre la memoria del barrio. Nos interesa pensar la convivencia y las tensiones del barrio”, afirma Miró.
David Linuesa, artista visual detrás de Àqaba Media, será el responsable de tratar todas estas imágenes y realizar el montaje que se proyectará finalmente durante las jornadas. Como fotógrafo, videógrafo y editor, Linuesa conoce la importancia del proceso de montaje y el impacto que tienen las obras audiovisuales en la percepción del territorio.
“El audiovisual es una herramienta, tanto positiva como, en demasiadas ocasiones, negativa. El espectador/a medio está hoy en día mucho más acostumbrado a consumir e interpretar textos audiovisuales que cualquier otra pieza de cualquier otra disciplina. Debemos no solo aprovechar la potencia y los canales de comunicación con los que puede servirse los textos audiovisuales, sino ser responsables de que estos textos sean equilibrados, ricos y coherentes con el relato que están comunicando”, declara Linuesa.
Este proyecto es un claro ejemplo del poder de la mediación cultural como vía de actuación frente a las tensiones y transformaciones sociales. “Elaborar un texto audiovisual atractivo y estimulante, pero a la vez rico en contenido y poso histórico, es seguramente una forma de resaltar y reactivar la memoria social, en este caso en torno al territorio del Poblats Marítims. Si además interpelamos a una participación activa de los receptores como parte del proceso creativo, el impacto y la difusión será seguramente mayor y mejor entendida”, continúa Linuesa.
En esta sociedad adicta al progreso, hay quien pueda pensar que la nostalgia es un lastre, cuando es una condición de vida. Todo organismo vivo es un baúl de memorias, muchas veces anteriores a sí mismo. Trisah Miró recuerda el Teatro la Estrella del Cabanyal, fundado en 1995, la primera sala de la ciudad dedicada al teatro de marionetas.
A través del comisariado de la exposición sobre la historia del teatro, Trisha pudo acercarse a las maravillas, ya no solo de esta sala, sino de la esencia del barrio: “Me fascinó su espíritu combativo y luchador. Tienen una parte muy social y colaborativa que me conecta con mi infancia en el pueblo. Es una cápsula del tiempo. Poder estar en la calle compartiendo con los vecinos como si fuesen tu familia, jugando y cenando a la fresca. Es una zona que valora mucho su cultura y eso es de admirar”.
David Linuesa, de pequeño, formó parte del Club de Atletismo de Poblats Marítims y ha vivido de cerca los cambios de los que hablamos: “He visto una evolución urbanística, cultural y social de mucho contraste. Lo que yo percibo, más allá de lo que criticamos de la sobreexplotación turística, es una deriva de la producción artística hacia el exterior, menos propia. Me preocupa que se pierda la mirada del barrio y cómo dialogar con los nuevos espacios que emergen. Creo que el Centro Cultural La Reina 121 consigue mantener un equilibrio entre la tradición y las propuestas contemporáneas”.
Hayamos tenido mayor o menor vinculación con los Poblats Marítims, todas tenemos algún recuerdo enterrado en sus playas. Hasta el 25 de junio, podemos participar en esta obra colectiva enviando nuestro material –vídeos o fotografías– a campusartesvisuales@gmail.com indicando el nombre para que aparezca en los créditos.
Y en menos de un mes, del 8 al 11 de julio, podremos disfrutar de la programación del Campus d’Arts Visuals del Cabanyal, con talleres, charlas y exposiciones para educar y reflexionar sobre la cultura visual.
