Manu Blázquez

‘Pas de deux’, de Manu Blázquez
Premi Alfons Roig 2020 de la Diputació de València
Centre del Carme Cultura Contemporània
C / Museu, 2. València
Del 16 de julio al 19 de septiembre de 2021

“Que no entre aquí nadie que no sepa de geometría”. Esta frase que, según la leyenda, colgaba encima de la puerta de entrada a la academia de Platón en Atenas, bien pudiera atribuírsela Manu Blázquez, quien, como el famoso filósofo griego, subraya la importancia de la matemática a la hora de configurar el mundo. Galileo también lo destacó a principios del siglo XVII, cuando dijo: “La Naturaleza está escrita en lenguaje matemático”.

De manera que Manu Blázquez, Premio Alfons Roig 2020 de la Diputación de València, lo que hace en el trabajo que ahora expone en el Centre del Carme, resultado de su proyecto ganador, es fijarse en esos caracteres matemáticos que, traducidos al medio pictórico, serían las formas mediante las cuales el contenido plástico queda delimitado. Su creatividad diríase encaminada a observar la belleza que destilan los márgenes de la propia pintura.

Vista de la exposición ‘Pas de deux’, de Manu Blázquez. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Por eso en ‘Pas de deux’, tal es el título de la exposición que hasta el 19 de septiembre estará en el centro cultural del Consorci de Museus, despliega en ocho mesas una serie de pares ordenados relativos a las 513 combinaciones resultantes de todos los formatos estandarizados para lienzo. Para ello se sirve de ‘El gran libro de la pintura’, de Gérard de Lairesse, escrito en 1707, que permitió al pintor y ensayista belga construir un amplio tratado didáctico sobre las reglas académicas de la pintura, con el fin de actualizarlo para establecer sutiles conexiones “entre sistema y belleza”, precisó Blázquez.

Además, en una sala contigua a la que acoge esas ocho mesas (“un facsímil digital sobre dibujos en grafito”, según definición del propio artista), hay una serie de ensayos pictóricos, siempre por parejas, que vienen a completar esa visión formal, geométrica, rítmica y matemática de Manu Blázquez, con respecto al mundo objeto de sus inquietudes. Un trabajo “profundamente metódico”, en palabras de Xavier Rius, diputado de Cultura, mediante el cual su autor realiza un “análisis gráfico de todos esos modelos estandarizados de lienzos”, resaltó el propio artista.

Manu Blázquez (dcha), junto al diputado de Cultura, Xavier Rius, en la presentación de ‘Pas de deux’. Imagen cortesía del Centre del Carme.

En esta serie de pinturas, dos masas de grises se superponen dejando ver el blanco del lienzo, en un tercer fragmento o cuerpo de la obra, mientras en la pared opuesta al tríptico, se pueden ver diversas piezas in crescendo con una distancia entre ellas no equidistante. Una tercera obra, aislada del resto, sirve de colofón al conjunto, mostrando ese mundo de la pintura traducido al lenguaje formal del lienzo. Un conjunto que destila precisión matemática, allí donde la plástica es fruto del propio desvelamiento de la potencia que encierra el continente de la obra.

El filósofo Arthur Schopenhauer habló del mundo como voluntad y representación, siendo ésta la manera que tenemos los sujetos de aprehender las infinitas posibilidades de esa vida cuya voluptuosidad nos supera. Blázquez fue, en este sentido, diáfano: “Mi batalla es la contención”. Contener mediante su trabajo esa pasión desbordante del artista en busca de la mejor expresión formal. “A pesar de su rigidez, en esta exposición hay mucho lirismo”, resaltó.

Vista de la exposición ‘Pas de deux’, de Manu Blázquez. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Por si cabía alguna duda acerca del intenso y fructífero diálogo entre sistema y belleza, leguaje formal y estética, síntesis matemática y expresividad apasionada, Blázquez puntualizó: “No me quedo en la forma, hay mucha magia dentro”. ‘Pas de deux’, que alude a ese origen de su investigación en el libro de Gérard de Lairesse, donde se relacionan formatos de lienzo por pares, aúna la aparente frialdad de la lógica matemática, sobre la que se sustenta el análisis formal, y la tenue belleza que aflora bajo esa superficie compositiva.

“Aquí hay muchas tensiones que se presentan de forma sutil”, señala Blázquez, para quien el ritmo, consustancial a su forma de entender el arte, “aparece de modo natural”. “Me gusta encontrar ritmos que no preveía”, añadió. También utilizó el símil del bosque para explicar la percepción de su trabajo: “Hay paz y sosiego, como cuando ves un bosque de lejos, pero que cambia cuando te vas introduciendo en él”.

Los diversos formatos de lienzo, que de ser meros continentes de la pintura se convierten en protagonistas de su investigación e inquietud artística, son en ‘Pas de deux’ objeto de una aproximación reveladora: “La mayoría de las veces apenas pensamos en esas estructuras, sino que directamente las dotamos de contenido sin pensar en el sentido de ese formato; por qué la superficie tiene esas dimensiones”, subraya Blázquez. Un pulso entre la precisión lógica y lo que tiende a desbordar los límites del cuadro. El mundo y su representación.

Una de las obras de la muestra ‘Pas de deux’, de Manu Blázquez. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Salva Torres