Teresa Tomás

#MAKMAArte
‘Sistemas de animaciones: Tipos diferentes’, de Teresa Tomás
‘INT3RMIT3NCIAS’
Artistas: TarsLab, Bosch&Simons, Rubén García Villaplana, Ari Barrera/Radio Internet, M3T4-ANG3L y Teresa Tomás
Espai d’Art Contemporani (E CA)
Cisterna 28, Riba-roja de Túria (València)
Hasta el 11 de enero de 2026

La diferencia entre un reino y una república no es solamente política. Yo nunca he oído a alguien nombrar la “república de la poesía”, aunque no siento lo mismo si pienso en el “reino de la poesía”, del que casi creo tener imán en la nevera. ¿Pueden dos conceptos desplazarse entre sí con total libertad?

Las obras literarias fundacionales –como ‘La República’, de Platón– soportan con dificultad el desplazamiento, ante el riesgo de colapso en su estructura. Solo una utilización como motivo –no del todo espurio, desearía decir– para el tratamiento de la obra de Teresa Tomás, cuya formulación en torno a la poesía y al tiempo crea un clima metafísico cuya patente aún se alberga en la Grecia clásica. 

Tomás es una artista valenciana con un trabajo prolijo y detallista, con una educación y trayectoria en la escultura –que hace sin saltarse la cerámica artística–, y de la que dan cuenta cientos de exposiciones y páginas de catálogo, con presencia en colecciones privadas e institucionales.

Su escultura, su pintura y ahora su VR son contributivas todas de un imaginario. Formas que reencontramos en pinturas, antiguas esculturas que se imprimen a escala con filamento PLA, junto a una serie de preceptos teóricos y mentales que sí son inmateriales: “Me pregunté qué podía pintar después de ‘El reflejo del agua’. La respuesta fue ‘Los ojos del ángel’”, me confiesa Tomás hablando de sus antiguos trabajos.

‘Los ojos del ángel’, de Teresa Tomás.

Su obra denota una circularidad, de vuelta siempre sobre los mismos motivos. En el fondo, formas geométricas, que es lo que a día de hoy le permitiría decir eso de “mi tiempo es mi lenguaje”, una clave interna de su pensamiento que comparte conmigo. Habla de su lenguaje artístico, se entiende. Del tiempo como verdad que se revela en la gramática del arte (emergen Heidegger y su intento por destruir la historia de la metafísica también desde la experiencia del poema).

Entro en su estudio y entro en su mundo. Tomás lo descubre todo: gráficos, tablas, descripciones, todo un campo científico medianía de sus obras. Convenimos en que su carrera se ha convertido en una investigación en torno a la metodología y la medialidad.

Desde el principio, en su trabajo, el volumen queda asociado al alma mediante la aplicación de nombres ficcionales sobre la escultura. ‘Lagarpo’ (1985) o ‘Pión’(2000) son solo muestras de ello. Si queremos, ‘Tipos’, a la manera de su última exposición para el ECA de Riba-roja en el marco del festival ‘INT3RMIT3NCIAS’: ‘Tipos diferentes’(2025), un sistema de doce animaciones que puede visitarse hasta enero de 2026.

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Un trabajo preciosista y autoficcional, donde el modelado y el VR han dado vida a los tipos, que después han sido dirigidos y filmados por la autora. Los ha mirado con el interés profundísimo del cine europeo por el paisaje, por la contemplación. Ninguna palabra enturbia el flujo de formas y sonidos, con banda sonora de Podington Bear y Neko y que Tomás describe como “poesía táctil”, siguiendo la estela de Val del Omar.

Exquisitos en el montaje, los doce clips de Tomás nos devuelven una imagen del amante… a veces solícito, a veces distante. Es la sensación que este dispositivo fílmico me ha dejado hoy en el cuerpo, como la del otro en la nocturnidad. Un momento suspendido social e históricamente, también de análisis suspendido; un encuentro que, simplemente, no esperabas tener.

Me influye la obra de Annie Ernaux para estas palabras; la figura del amante en sus libros es de facto un dispositivo de revelación identitaria, donde el trauma y el orgasmo se miran como hitos cognoscitivos. Naufragios de la neurosis que implica tratar de dar sentido a la propia vida. 

Un agujero en la intimidad del otro donde Teresa me invita a entrar. Me extiende unas gafas, las llevo, me entrega mandos, estoy dentro de’ Time Path’.

Teresa Tomás, en su estudio. Imagen cortesía del autor.

Los tipos deambulan por la ciudad de ‘Time Path’ (2024), un archivo .exe autoejecutable. Vuelo por encima del horizonte. La escultura ha cobrado vida en el mundo virtual, pero lo cierto es que solo en el sentido psicomotriz, pues su consignación con el sentido en la obra completa de Tomás ya era anterior.

En su trabajo encontramos una vía para el animismo, pero no para la ingenuidad. El acercamiento al ser no se da por hecho, sino que se retrasa, con precisión, en cada arista o vértice –Tomás me comenta la necesidad de contar con la colaboración de un ingeniero informático por el alto número de polígonos ejecutados–. La división entre el sí y el no quedan disueltas en el tiempo de ‘Time Path’: hay que adentrarse en ello para formar parte.

Vista en primera persona de ‘Time Path’, de Teresa Tomás.

‘Imposible en Mi Tiempo’ (2018), ‘Imposible en Cuatro Relojes de Cuarzo’ (2025) es el título del trabajo que presentaba hace pocas semanas en la séptima edición de Wrong Biennale. Parte de las imágenes que configuran la segunda de las animaciones han sido generadas en un proceso de comunicación con la IA.

Tomás comentaba recientemente en las jornadas AI_TALKS al respecto de esta experiencia: “No sé cómo catalogar lo surgido tras la introducción de un prompter, pero como artista lo relevante ha sido preguntarme si yo quería tener un estilo propio”.

Las superficies cromadas de la animación, obtenidas por un proceso que ella llama “metalización”, mediante la cual el medio digital es capaz de imitar el adonizado, devuelven los colores y patrones del entorno. Qué similar al mito, me digo. Una pulsión nos reclama la mirada sobre un afuera demasiado lejano para acabar dejándonos a solas con nosotras mismas. 

Es grato descubrir con Teresa que la crisis también puede ser fluida.

Teresa, en ocasiones has repetido que no te has llegado a sentir entendida por el público, por la crítica y en general por el contexto. ¿Es así?.

Sí, David. En parte. Pero me he sentido comprendida por la poesía. Me he sentido comprendida en los poemas de otros”.

De hecho, ese parece ser el principal motivo de tu obra, la pulsión poética, la poesía.

La geometría. Me sigo sintiendo escultora, aunque ahora el objeto ya no esté.

La geometría como escuela

Una geometría a la que, en este caso, se puede retornar con el ordenador; una geometría que pervive desde el barro hasta el path; una geometría que en el caso de Tomás es escuela.

“En el centro del jardín aprendo qué he venido a hacer aquí”, escribe Menchu Gutiérrez. “En el alféizar, una colección de cajas de madera taraceada que, a pesar de intrigarme, dejo sin abrir”. Otro descubrimiento con que me obsequia Tomás, el de esta poeta que ha inspirado su trabajo desde hace tiempo.

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