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‘El viaje interior. José Jiménez Lozano (1930-2020)’
Cortes de Castilla y León (CCyL)
Plaza de las Cortes de Castilla y León 1, Valladolid
Hasta el 30 de junio de 2025
Las Cortes de Castilla y León rinden homenaje estos días a la vida y la obra de José Jiménez Lozano con motivo del quinto aniversario de su fallecimiento. El escritor, nacido en Ávila y afincado en Valladolid, logró su pico más alto de reconocimiento público en 2002, cuando fue galardonado con el Premio Cervantes.
Antes y después fue más bien un autor escondido, que se movió ajeno al escaparate de la fama, desarrollando una obra densa y rigurosa a lo largo de casi un centenar de libros. Desde la novela a la poesía, pasando por el ensayo, el diario literario y el relato breve, prácticamente ningún género literario le fue ajeno.
La exposición ‘El viaje interior’, que puede verse hasta el 30 de junio en la sede del Parlamento castellano y leonés, ha sido organizada por la agencia de noticias Ical y cuenta con el apoyo de la Fundación de Castilla y León.
Sus dos artífices, el periodista César Combarros y el fotógrafo Eduardo Margareto, eran buenos amigos de Jiménez Lozano, cuya casa de Alcazarén, un pequeño pueblo a 30 kilómetros de Valladolid, frecuentaron durante años. Ambos le acompañaron profesionalmente, además, en algunos de los más destacados momentos de su vida.

‘El viaje interior’ está organizado en torno a una selección de fotografías y textos del escritor que permite aproximarse a su vida y obra. Hay algunas sorpresas, como una foto con su telescopio, en su biblioteca, que nos revela una faceta suya poco conocida, su afición por la contemplación de las estrellas.
“Para él, los libros y el telescopio eran dos formas de viaje”, afirma Combarros. Viaje interior siempre hacia los adentros, como gustaba decir, aunque fueran los motivos externos, especialmente los más humildes, los que sirvieran de disparadero.
“He escrito al margen de las modas siempre (…) y lejos de los círculos literarios, sin ligazón alguna con ningún grupo político o de influencia social, viviendo en el campo, sin haber pisado jamás los pasillos del poder cultural”, explica el escritor en ‘Desde mi Port-Royal’.
“Así es como he preferido hacer las cosas, y como espero seguir haciéndolas; y ya sé que esto tiene un precio. Pero lo pago con mucho gusto, entre otras razones porque el otro precio que hay que pagar por estar en la cresta de la visibilidad literaria es demasiado caro para mí: me destruiría”.
¿Por qué se escribe?, se pregunta en un texto de 1994, que también se recoge en la exposición de las Cortes, y llega a la conclusión que se hace “porque no se puede hacer otra cosa”. Y porque el mundo que está en los libros le “parecía más verdadero que el mundo real”.
De su sentido del humor da cuenta el cartel que tenía colocado a la entrada de su biblioteca: “Cuidado, éste es un sitio peligroso”. Tanto Combarros como Margareto coinciden en que Jiménez Lozano era un hombre alegre y socarrón, más allá de su seriedad aparente. Una buena muestra de ello podía verse en su caja de collages, que gustaba de enseñar a sus amigos. Usaba recortes de revistas españolas y extranjeras para realizar juegos visuales y asociaciones inesperadas que le divertían.
Gran conversador, acostumbraba a tomar café con sus amigos en una mesa camilla de su casa acondicionada para tal fin. Y, dos días a la semana, viajaba a Valladolid y se veía con sus conocidos en una cafetería de la Plaza Mayor, el Lion D’Or, que usaba de oficina personal. “Siempre se sentaba en la misma mesa y podía pasarse horas hablando con la gente”, recuerda Margareto, que más de una vez ejerció de chófer y lo llevó de vuelta a casa.
Una de las fotos más íntimas de la exposición le muestra en la sinagoga de Ámsterdam, donde aspiraba a reencontrarse con el espíritu del filósofo Spinoza. “Le impresionó mucho estar allí, y se abstrajo por completo”, recuerda Margareto, autor de la fotografía.
El centro del viaje había sido Utrecht, donde habían puesto su nombre a una biblioteca, pero quiso que la vuelta pasara por Ámsterdam para reencontrase con sus amigos literarios. Esos compañeros de indagaciones espirituales y de búsquedas que protagonizan sus diarios personales.
No menos impactante es otra imagen que le muestra encendiendo el candil que tenía en su escritorio, casi como si fuera un personaje sacado de algún cuadro de George de la Tour. “Una de las claves de su narrativa es la esperanza, y la luz es su símbolo. Su literatura ilumina un camino de reconexión”, explica César Combarros.

“Su obra habla de los excluidos del mundo, de por qué se despuebla Castilla y León, de la falsedad del supuesto progreso, y sobre cómo nos hemos desvinculado de la naturaleza”. Temas muchos de ellos que comparte con su amigo Miguel Delibes, con quien coincidió en El Norte de Castilla, “pero que él lleva más lejos: al mundo interior”.
Precisamente, Delibes lo describió como alguien que “sabe que la universalidad del escritor no depende del lugar de residencia, ni de sus relaciones sociales, sino de su sutileza para desvelar los afanes y las miserias del corazón humano, y su esfuerzo por ahondar en el sentido de la vida y del mundo”. Y añade sobre Jiménez Lozano: “es una cabeza que piensa y que ayuda a pensar”.
La exposición no sólo muestra retratos significativos del escritor, sino también de los espacios que le marcaron. Por ejemplo, la imagen de San Baudelio de Berlanga, la puerta de entrada y salida de su “Guía espiritual de Castilla” y que describe como un símbolo del paraíso. Pero también las murallas de Ávila.
“Lo que me importaba a mí, de niño o de adolescente, de Ávila, era que la muralla era verdad; y la muralla resumía todo un mundo aprendido en los libros, un mundo antiguo y fascinante que se podía volver a ver. Era como poseer un túnel del tiempo”.
Una imagen esta última que describe muy bien su modo de relacionarse con la real: por un lado, atento a los detalles concretos de la realidad cotidiana, por otro, siempre dispuesto a dejar volar la imaginación para conectar y entretejer la vivencia concreta con un mundo de recuerdos, lecturas, historias de la historia, y pensamientos.

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