#MAKMAArte
‘El espejo de la belleza’
Comisariado: Raúl Fortes Guerrero
‘Japonismos’
Comisariado: Amador Griñó Andrés
Museu Valencià de Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM)
Quevedo, 10, València
Del 13 de marzo de 2025 hasta 17 de agosto de 2025

Arte japonés en el MuVIM

El MuVIM ofrece hasta el 17 de agosto, mediante dos exposiciones, una experiencia inmersiva a la cultura japonesa, con la capacidad de equilibrar lo antiguo con lo moderno. En la Sala Alfons Roig, se instalarán: ‘El espejo de la belleza’, comisariada por Raúl Fortes Guerrero, de la Universidad de Valencia, donde se explorará las manifestaciones tradicionales relacionadas con la naturaleza y el ser humano; y ‘Japonismos’, seleccionada por el jefe de Exposiciones del MuVIM, Amador Griñó Andrés, donde se tratará la relación entre la civilización occidental y la oriental. 

Aunque los comisarios han señalado que las muestras no siguen un orden estrictamente cronológico en la disposición de las piezas expuestas, el recorrido empezará con ‘El espejo de la belleza’. Esta sección, abordará el arte japonés desde el siglo XVI hasta el XX, un periodo en el que se consolidó una marcada identidad japonesa. Por otro lado, ‘Japonismos’, se centrará en obras contemporáneas, destacando un arte japonés legado por su contacto con otras culturas y su impacto en ellas, a través de elementos reconocibles como los cómics y animaciones japonesas.

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EL ESPEJO DE LA BELLEZA

“La belleza tiene muchas caras en el caso del arte japonés”.  Las palabras del comisario Raúl Fortes Guerrero anticipaban la idea principal de la exposición ‘El espejo de la belleza’. El concepto de belleza ha sido interpretado de manera distinta según los contextos culturales y estéticos predominantes en cada lugar. Por ello, se ha querido dar una perspectiva amplia de este planteamiento tan familiar y, al mismo tiempo, desconcertante para los occidentales: la belleza, su forma de entenderla y conocerla desde otras perspectivas, mediante un variado grupo de creaciones artísticas.

La conexión entre la naturaleza y las personas ha sido uno de los aspectos más significativos del arte japonés. La naturaleza se manifiesta como un tema recurrente, integrado armoniosamente tanto en las representaciones como en su uso como material, destacando su fugacidad en el tiempo. Por otra parte, las personas se convierten tanto en los lienzos vivos como en los artífices principales, figurando la belleza artificial. No buscan imitar la perfección, sino destacar la sensación de lo inacabado, estableciendo una conexión con la naturaleza y lo transitorio.

“Una belleza a la que no está acostumbrada la cultura occidental, es la belleza invisible”. Con esta reflexión, el comisario explicaba la concepción japonesa de que lo bello reside tanto en lo visible como en lo invisible, una percepción poco común en Occidente. Este enfoque marca su carácter cortés, donde sugieren más que explican, lo que puede generar choques culturales. Además, los vacíos simbolizan el budismo y su consideración de vacuidad, una realidad no fija, sino un estado que invita a trascender el mundo sensible.

Con el objetivo de brindar al público una experiencia envolvente, espiritual y estética, se busca despertar su sensibilidad hacia las diversas formas de belleza que las obras transmiten. La intención es que los visitantes puedan apreciar los rituales, las actividades sociales y de ocio que caracterizaban a las diferentes clases sociales en la tradición japonesa, mientras meditan sobre los razonamientos y metáforas que inspiraron y se encuentran ocultos detrás de las elaboraciones manuales y artísticas, ahora exhibidas como parte de la herencia cultural japonesa. 

JAPONISMOS

A través del torii se pasará a la exposición ‘Japonismos: Hibridaciones culturales e internacionalización del arte japonés’. Este arco tradicional de la cultura nipona se encuentra habitualmente en los santuarios para representar la transición de lo profano a lo espiritual. Aunque, en este caso, no cumple un significado religioso, se presenta como un emblema del rico patrimonio espiritual japonés. El comisario Amador Griñó comentó: “Existe una forma de entender el mundo a partir de una forma de pensamiento religioso”. Los aspectos devocionales son esenciales para conformar cada identidad cultural.

“El puente como un símbolo de tránsito y conexión: la ida y la vuelta”. A partir de esta frase, el comisario daba una interpretación al encabezado de la muestra, que explora la influencia mutua entre el arte japonés y el arte europeo, que enriqueció ambas tradiciones. El intercambio intercultural se intensificó en el siglo XIX cuando Japón, forzado a abrirse al mundo exterior, recibió un fuerte impacto cultural. Sin embargo, más que una completa occidentalización, los artistas japoneses lo adaptaron a su propia visión del mundo.

Las corrientes artísticas europeas como el impresionismo y el postimpresionismo, con figuras emblemáticas como Degas, Monet y Van Gogh, adoptaron elementos propios de los grabados y las estampas japonesas, como las composiciones asimétricas, los colores planos y las representaciones de la naturaleza. Estas ideas se adelantaron y se integraron en el arte abstracto y el modernismo, mediante las artes ornamentales y sus diseños. Distinguidos por su sencillez y delicadeza, afectaron en diversas disciplinas, impregnándose en la composición occidental, haciendo que aún se perciba en la actualidad.

En las décadas recientes, fenómenos globales como el manga y el anime han introducido y filtrado sus formas de captar el mundo, sus valores y costumbres. Más allá de ser meras expresiones culturales, ilustran el proceso de intercambio que ha enriquecido tanto la visión occidental como el conocimiento global de Japón. Sin alterar el formato original ni su esencia cultural, han desafiado sutilmente el eurocentrismo tradicional, estableciendo ese trueque que pone en manifiesto la influencia recíproca entre Oriente y Occidente.