#TestigoDirectoMAKMA
‘El buen patrón’, de Fernando León de Aranoa
Película seleccionada para competir en la sección de mejor película extranjera en la 94 edición de los Premios Oscar
Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas
C / Zurbano, 3. Madrid
Martes 5 de octubre de 2021
“Vamos a empezar en breve”. Eran las 11.41, cuando Chusa L. Monjas, del departamento de Comunicación de la Academia de Cine, serenaba la impaciencia de la prensa, expectante ante el anuncio de la que sería la película que iba a representar al cine español en los Oscar de Hollywood. Entre los periodistas que llenaban la sala se cruzaban apuestas: “Almodóvar es el mejor situado, por su imagen y tirón fuera de España”, decía uno. “Pues mira, yo creo que, precisamente por eso, van a darle la oportunidad a Marcel Barrena, porque su película ‘Mediterráneo’ se lo merece”.
Entre ambos extremos, alguien aventuró lo que después se confirmaría: “Si descartamos a Almodóvar, porque ya fue con ‘Dolor y gloria’ el año pasado, para mí que sale la de León de Aranoa”. Quien así se pronunciaba reconocía que no había visto ninguna de las tres, de manera que lo hacía como quien lanza los dados probando fortuna, a escasos minutos de abrirse el sobre con la decisión de los académicos.
Al poco rato, digamos dos o tres minutos desde que Chusa apaciguara los ánimos, salió Mariano Barroso, presidente de la Academia de Cine, quien, con paso parsimonioso, se colocó en el centro del escenario para decir: “Perdonar el retraso, pero no es para aumentar la intriga”. Lo que sí la aumentó fueron los minutos posteriores, dedicados a homenajear a Luis García Berlanga, director del que se celebra este año el centenario de su nacimiento.
Los actores Irene Escolar, enfundada en un ajustado vestido amarillo, y Ricardo Gómez, pelo ligeramente revuelto dialogando con su camiseta blanca que un traje gris disimulaba, hicieron las veces de Fernando Fernán-Gómez y Elvira Quintillá en dos escenas de la película ‘Esa pareja feliz’, proyectadas en pantalla. Escolar y Gómez, primero sentados entre el público y después de pie sobre el escenario, encarnaban las voces de los personajes fílmicos, bajo la dirección de Miguel Bardem.
Ese recuerdo nostálgico de la película que Berlanga escribió y dirigió junto a Juan Antonio Bardem, enmarcado en la celebración del Día del Cine Español, del 6 de octubre, coincidiendo además con el día en que finalizó el rodaje de ‘Esa pareja feliz’ hace 70 años, dio luego paso a tan esperada lectura de la película seleccionada para los Oscar. Irene Escolar y Ricardo Gómez se mantuvieron en el escenario, mientras Mariano Barroso subía acompañado del notario de la Academia de Cine Federico Garayalde, quien entregó a los actores el sobre que contenía el enigma a punto de descifrarse.
Gómez se encargó de leer la primera parte de la frase: “La película seleccionada para la 94 edición de los Premios Oscar es…”, dejando para Escolar, entonces más refulgente por la carga emotiva que estaba a punto de liberar, el desvelamiento del misterio: “El buen patrón’, de Fernando León de Aranoa”. Aplausos, suspiros y a continuación las fotos, con los periodistas gráficos pidiendo que los actores se situaran de una u otra forma para mejor captar su atención y el brillo del momento concitado en la tarjeta que sostenían con el nombre de la película seleccionada.
Irene Escolar y Ricardo Gómez miraban para uno y otro lado, ajustándose a las peticiones de los fotógrafos que disparaban, como dicen que lo hacía Berlanga con su cine, a todo lo que se movía, que, en este caso, se reducía a las ligeras variaciones del rostro de los actores posando con la acreditación de ‘El buen patrón’, ya desde ese preciso momento en dirección a los Oscar.
Eran las 11.58, cuando se dio por finalizado el acto. Barroso anunció entonces que en breve saldrían a la palestra el director Fernando León de Aranoa y el productor Jaume Roures, que estaban de camino. La espera no fue larga, pero tampoco lo justa como para disipar la inquietud que se fue apoderando de los asistentes viendo pasar los minutos con ojos de gacela. “Ya están a punto de llegar”, terció Chusa de nuevo, en su papel de apagafuegos ante los siempre inquietos periodistas.
Ya con sus micrófonos de solapa, salieron León de Aranoa y Roures, conminados enseguida a posar antes de iniciarse el turno de preguntas. “Mejor sin los micros”, apuntó un fotógrafo, después de haberse disparado algunas fotos. Al director, en su intento de quitarse el micrófono, se le enredó el cable en su recogida cabellera, recordando al jersey de Julio Cortázar en su cuento ‘No se culpe a nadie’: “De un tirón se arranca la manga del pull-over y se mira la mano como si no fuese suya…”.
Después de las intrincadas fotografías, se sentaron y fueron dando respuesta a las preguntas de los periodistas, más interesados por la emoción que supone recibir un premio, que por la película en sí, objeto de escasas interrogaciones. “Estoy muy contento con la selección y muy agradecido a la Academia por su apoyo. Desde ‘Los lunes al sol’ no me pasaba”, empezó diciendo León de Aranoa, quien tenía claro que la película será entendida fuera de nuestras fronteras por tratarse de una historia de aquí, pero con carácter universal. “Estuve en Zurich y la reacción fue muy cálida, al igual que en San Sebastián”, subrayó el cineasta.
“Tenemos que hacer un sobreesfuerzo de promoción. Hay que picar mucha piedra en esa promoción”, terció Roures, para quien esa “historia universal” guarda ligazones con las que ocurren en “determinadas zonas de Estados Unidos”. “Es una comedia construida con los materiales del drama”, agregó León de Aranoa, instado a manifestar las emociones contenidas: “Estoy contento, aunque lo muestre poco. No se me nota por fuera, soy como los deportistas, estoy en apnea desde hace un rato”.
Luego cogió aire, tras la estela emocional, y ante un par de preguntas más relacionadas con su cine, vinculado a la comedia costumbrista mediterránea de los años 50 y 60, afirmó: “Siempre me ha parecido la manera perfecta de contar las cosas, con esa mezcla de dureza, aspereza, filo, pero con humor, ternura y comprensión hacia los personajes”. Parecía hablar de sí mismo, moviéndose por entre las cuestiones con pasión contenida entreverada de una amabilidad contagiosa.
‘El buen patrón’ narra la historia de un empresario de provincias cuyas artes familiares para manejar una fábrica de balanzas industriales viene a ser el reflejo de lo que Roures llamó “ese paternalismo de la cultura española”. Puso el ejemplo del trabajador que afirmaba la confianza depositada en él por su patrón, hasta el punto, decía, que le dejaba las llaves para abrir a las ocho y cerrar a las diez de la noche, sin necesidad de que tuviera que estar el propio patrón. “Tiene esa picaresca, aunque es mucho más amarga que ‘Los lunes al sol’”, resaltó el productor.
“Es más extrema en los colores”, apostilló León de Aranoa, acentuando “el contraste para que se mantenga el equilibrio”. “Hay algo en el pícaro que nos seduce a todos, lo cual genera una contradicción muy interesante”, añadió el director, quien puso igualmente el acento en el “microcosmos de la fábrica, que trasciende lo local para hablar del mundo empresarial desde una perspectiva menos vista”. Asumiendo que la carrera hacia los Oscar ya había empezado esa misma mañana, Fernando León de Aranoa fue luego atendiendo a otros medios televisivos con la misma contención y generosidad que diríase destila su cine. Drama y humor para canalizar las contradicciones humanas.
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