Gloria March, Raúl Navarro, Cinema Jove
Galardones ‘Un futuro de cine’ | Gloria March y Raúl Navarro
35 Cinema Jove – Festival Internacional de Cine de València

Cinema Jove – Festival Internacional de Cine de València ha concedido su premio ‘Un futuro de cine‘ a la actriz Gloria March (Carmen, en ‘La mort de Guillem’) y al actor Raúl Navarro (Marlowe, en ‘Un cercle en l’aigua’) . Este galardón se otorga anualmente a jóvenes intérpretes para destacar y celebrar su ascendente trayectoria. El 5 de diciembre, día de inauguración del festival, tuvo lugar un encuentro con los premiados para hablar de su experiencia, cómo han vivido este salto profesional y exponer la realidad de la profesión actoral.

“Muchas veces los actores no son profetas en su propia tierra”, declara Carlos Madrid, director del festival y mediador del encuentro. Mientras alabamos a las estrellas del momento y las grandes productoras se pelean por las mismas caras, nuestras calles se encuentran llenas de actores y actrices luchando por algún papel, compaginando su labor con otros trabajos fuera de su ámbito para mantenerse económicamente. Madrid destaca la necesidad de valorar el talento local y emergente.

Un galardón como ‘Un futuro de cine’ es un trampolín para estos profesionales. Así, la capacidad de previsión de este premio lo vemos en nombres renombrados en ediciones anteriores, como Pablo Molinero, Leticia Dolera y Greta Fernández.

Gloria March, Carlos Madrid y Raúl Navarro durante un instante del encuentro. Fotografía cortesía de Cinema Jove.

Gloria March y Raúl Navarro coinciden en que su profesión es una montaña rusa. “Yo no vengo de la puerta de atrás. Vengo de la parada de bus a 500 metros de ella”, comenta la actriz de ‘La mort de Guillem’. “Un día estamos aquí y otro vuelves a aquella parada”. Navarro, por su parte, dice que “siempre estamos empezando”. En muchas ocasiones no depende tanto del talento del intérprete, sino de estar en el momento exacto, conocer a la persona concreta y, en definitiva, ser aquel o aquella que están buscando.

Los premiados vuelven a coincidir, esta vez, en las diferencias entre el escenario y las cámaras. En una obra de teatro, el actor es consciente (en mayor o menor medida) del impacto que está teniendo sobre los espectadores, existe un flujo de energía bidireccional y el resultado se conoce al momento.

En cambio, en la interpretación ante cámara es más difícil saber si la actuación está siendo buena o no, el ritmo es más fragmentado y no es hasta meses después que se aprecia la composición final. Igualmente, añaden, la mayoría de actores y actrices se profesionalizan primero en el teatro, de ahí la importancia de que directores y directoras de cine sean asiduos de estos espectáculos para descubrir nuevos talentos.

A la pregunta de “¿Qué le diríais a aquellas personas que se están formando actualmente y sueñan con estar donde estáis hoy vosotros?”, Gloria responde “que no esperen a que suene el teléfono, que hagan sus cosas, aunque no sean dramaturgos”. Raúl anima a “que confíen más en sus sentimientos y que dejen de lado la mente a la hora de actuar”. La vida del actor no es fácil, nadie dijo que lo fuera. Como todo oficio, requiere de mucho trabajo y mucha voluntad, pero bien es cierto que se necesitan apoyos externos; gente, instituciones, festivales en este caso, que apuesten por el talento emergente.

En los pequeños teatros se esconden grandes estrellas. Y no siempre hace falta salir en la gran pantalla para ser buen actor. Pero es reconfortante ver, desde los ojos de un estudiante de arte dramático, como gente que hace unos meses estaba “a 500 metros de la puerta de atrás” hoy están siendo reconocidos por su trabajo. Un trabajo que, mayoritariamente, se realiza fuera de nuestro campo de visión.

Elsa Moreno