#MAKMAArte
‘El eco de los pasos’
Exposición fotográfica colectiva
Comisariado: Sean Mackaoui
La Casa del Cable Espai d’Art
Av. Marina Española, Xàbia, Alicante
Del 12 de septiembre al 12 de octubre de 2025
La artista mexicana Frida Kahlo dejó escrito en su diario personal la siguiente frase: “Pies para qué los quiero si tengo alas para volar”. La Casa del Cable Espai d’Art de Xàbia acoge una exposición colectiva comisariada por Sean Mackaoui que, bajo el título ‘El eco de los pasos’, viene a traducir lo expresado por Kahlo mediante una colección de imágenes con los zapatos como protagonistas, a modo de esas alas para volar fruto de la imaginación concitada en las 57 fotografías de otros tantos artistas.
Y al igual que a Cenicienta le cambió la vida un par de zapatos, podría decirse que la muestra de La Casa del Cable, que permanecerá abierta hasta el 12 de octubre, juega con esa misma intención de provocar en la mirada del espectador cierta transformación en la mirada. Y juega con ello poniendo en escena una serie de imágenes chocantes, ya sea por el punto de vista social con el que se enfocan algunas fotografías o por, en su mayoría, la poética desarrollada.

En el texto de Yolanda González que acompaña la exposición, se habla de “capacidad simbólica y documental” de las imágenes brillantemente seleccionadas por Mackaoui, al igual que de la “erotización y fetichismo del tacón femenino”, en un conjunto expositivo que reúne “zapatillas viejas como vidas gastadas” en torno a una serie de zapatos ya estén “habitados o deshabitados”.
En toda esa mezcla de zapatos alegres y tristes, solitarios o dispuestos a compartir espacio junto a otros homólogos, juveniles y añejos, contestarios o sumisos, diríase que late lo expuesto por el escritor Juan José Millás: “Yo salí al mundo con los zapatos de mi hermano mayor, porque a él se le habían quedado pequeños. Les habían hecho mil intervenciones quirúrgicas e iban donde ellos querían más que donde quería yo”.
Y es que, efectivamente, ‘El eco de los pasos’ reúne tal variedad de zapatos en función de la diversa mirada de los artistas seleccionados, que seguirles el rastro provoca una suerte de alucinación: queriendo ver en ellos una simple lectura, resulta que las lecturas se disparan al ponernos en cada uno de esos zapatos que van para donde ellos quieren, obligándonos a mirar como si lleváramos puestas alas en lugar de un simple calzado.


Mackaoui, durante el recorrido por la exposición, se fue deteniendo en algunas de las fotografías para subrayar, por ejemplo, cómo en la de Alberto García-Alix, ‘Mono con zapato’, la instantánea dura apenas un segundo, el imprescindible y necesario para cazar al vuelo esa composición. Como la caza el propio comisario en ‘Osram Factory’, con esos patines congelados mientras surcan el suelo de una pista semivacía.
Entre las de “tipo fetichismo”, a las que aludió Mackaoui, destaca una de Horst P. Horst –‘Barefoot Beauty’– por aquello de mostrar unos pies desnudos femeninos en rima con otros escultóricos, exentos de calzado, siendo los únicos de toda la serie. En las demás, de esta misma serie, los zapatos van desde el fetichismo más duro al más blando, pero siempre con trasfondo poético.
En cualquier caso, todos los pies, enfundados, a punto de desenfundar o apuntando hacia los lugares más dispersos, dejan una serie de huellas entre fácilmente rastreables o de dudosa trazabilidad. De nuevo, como apunta Millás, “en esto de extraviarse de uno mismo hay mucha literatura. A ver, uno está donde están sus zapatos. Otra cosa es que sus zapatos le parezcan los de otros”.

Es lo que sucede con los zapatos de María Moldes, Patrice Bilawka, Tom Furse & Sydney Lima o Xusa Bou -esta última, artista de Xàbia–, que parecen ser mirados con cierto ensimismamiento, como si, efectivamente, sus propietarios los vieran con extrañeza. “No miren debajo de la cama”, sugería el propio Millás, por aquello de verse de pronto sorprendido por ese par de zapatos que, bajo el lecho, parecen estar mirándonos despiertos toda la noche.
La nómina de artistas sabiamente seleccionados por Sean Mackaoui y espléndidamente desplegados a lo largo y ancho de La Casa del Cable –en un montaje en comandita con Reyes Martínez, galerista de Set Espai d’Art de València– es tan larga como ilustre: ahí están, entre otros, Pilar Albarracín, Luis Asín, Dis Berlin, Javier Campano, Vari Caramés, Estela de Castro, Elliott Erwitt, Mónica Figueras, Ciuco Gutiérrez, Chema Madoz, Marina Núñez, Laura Silleras o Miguel Trillo, además de los ya mencionados.
‘El eco de los pasos’ ya tuvo gran acogida en PHotoEspaña y ahora llega a Xàbia persiguiendo esa misma estela: la que va “desde la intimidad de un hogar burgués a la violencia del campo de batalla”, en una suerte de circuito eléctrico dibujado en la cabecera del folleto ligado a la muestra, a modo de recorrido energético y fuertemente conectado a esa realidad tan pronto apegada al suelo como próxima a elevarse más allá de sus hormas.
En la instantánea de Lúa Ribeira, de hecho, se ven unas piernas con zapatillas rojas que parecen levitar unos centímetros por encima del pavimento. Una imagen que bien podría sintetizar la idea formulada al comienzo: pies, para qué os quiero si tengo zapatos para volar. La Casa del Cable está llena de ese aire por el que sobrevuelan decenas de zapatos inspirados por otros tantos artistas seleccionados con sobresaliente acierto por Sean Mackaoui.

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