#MAKMAArte
‘Obertura. Más allá de los mapas’
Colección Michael Jenkins y Javier Romero
Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA)
Plaza de Santa María 3, Alicante
Hasta el 20 de mayo de 2022
Un aperitivo más que apetecible es lo que muestra ‘Obertura. Más allá de los mapas’, la primera exposición de la colección que Michael Jenkins y Javier Romero han donado al MACA. La muestra incluye 49 artistas de diferentes generaciones y nacionalidades, de entre los 162 que integran la colección. El título de esta muestra inicial nos da varias pistas: la obertura que referencia todo lo que abarca, al momento, a la propia mirada transversal e, incluso, a la variedad técnica; y, más allá de los mapas, que reseña la amplitud geográfica en una colección singularmente internacional por los orígenes y por el lugar de nacimiento de los artistas que la componen.
Sin duda, tanto el MACA como el Ayuntamiento se sienten profundamente agradecidos por este gran regalo por lo que implica para la ciudad, pero también pone en relieve la necesaria ampliación física del MACA, para que tanto turistas como ciudadanos podamos disfrutar adecuadamente de este y el resto de contenidos culturales que ofrece el museo.
De hecho, conocedores de esta situación, Michael Jenkins y Javier Romero han expresado que esperan que su donación contribuya al enriquecimiento del patrimonio de Alicante y que permita potenciar así la cultura y las artes en nuestro ámbito local. “Coleccionar arte es para nosotros una manera de asumir la responsabilidad que tenemos de proteger la cultura como elemento básico de progreso y de proteger el patrimonio artístico para esta generación y las futuras, con el fin de entender el devenir de la historia y de ampliar el conocimiento de la sociedad en su conjunto”, declaró Javier Romero durante la presentación de la colección.
“Solo con medios será posible crear una gran ciudad a nivel cultural”
El día de la inauguración se ofreció una charla presentación con ambos donantes. Michael Jenkins y Javier Romero hablaron con un público al que no solo asistieron conocidos y amigos, sino gran parte de los agentes culturales de la ciudad y de la Comunidad Valenciana. Artistas, críticos, galeristas, conocedores y curiosos se acercaron una mañana de sábado que Rosa Mª Castells, conservadora y responsable de colecciones del MACA, definió como “muy especial”. Incluso fue más allá: “Creo que se trata de uno de los acontecimientos más importantes que han ocurrido en la ciudad en las últimas décadas”. La tensión y emoción que se palpaba en el ambiente bien merecía estos adjetivos.
No es habitual tener la oportunidad de conocer de primera mano las motivaciones y objetivos que se esconden tras una colección de arte. Por ello, escuchar a Javier Romero y a Michael Jenkins describir como algo casi orgánico la formación de su colección fue un auténtico placer. “Creemos que cada obra del artista es un retrato propio de cada uno de ellos. El arte lo entendemos como una forma de conocer y de estar más vivos en el mundo.”, confesaba Javier Romero.
Los agradecimientos a la institución museística y al Ayuntamiento de Alicante se sucedían en cada una de las intervenciones, pero Rosa Mª Castells preguntó directamente a qué se debía su elección. Javier Romero es originario de Elda y confesó que el verdadero sacrificio había sido por parte de Michael, ya que él solo “había barrido para casa”; en realidad sus palabras iban más allá: “Hace 8 o 10 años ya hablábamos del MACA. Parece mucho tiempo y Michael siempre me apremiaba a hacer la donación, pero parece que ninguna colección está completa nunca… En agosto de 2019, por fin, se lo propusimos a Rosa y su respuesta fue muy, muy entusiasta”.
Enardecimiento compartido y en el que la ciudad juega un importante papel: “Hemos visitado mucho la ciudad de Alicante y el museo en los últimos años. El vínculo con la figura de Sempere también fue fundamental en nuestra decisión. Hemos colaborado y hemos hecho algunas donaciones a instituciones americanas, pero queríamos ayudar al potencial que tiene Alicante. Solo con medios será posible crear una gran ciudad a nivel cultural y que vaya más allá”.
Por supuesto, también hubo tiempo para explorar los orígenes de un conjunto de obras que se han ido atesorando a lo largo de 25 años. Romero describe que se trata de una colección empezada por Michael Jenkins a mitad de los 90, momento en el que adquiere las primeras obras. Más tarde, hace 15 años, cuando Javier Romero se traslada a Nueva York, empezaron a potenciarla. “Siempre hemos investigado mucho antes de comprar, nunca adquirimos de manera impulsiva”, algo que seguramente derive de sus respectivas formaciones en Bellas Artes y gestión cultural.
Como ya adelantaba Rosa Mª Castells en una entrevista para MAKMA, esta colección incluye todo lo que podamos imaginar. No hay límite en la técnica, en los formatos, en los discursos… Un magnífico compendio donde predomina una innata observación de lo que ocurría a su alrededor. Así, de una manera casi orgánica, se reúnen artistas de todas las trayectorias, donde hay un alto porcentaje de obras de mujeres y de artistas afroamericanos. “Queríamos mantener lecturas no canónicas”, declaraba Javier Romero.
De esta manera, los movimientos artísticos ocurridos durante los últimos 50 años tienen su representatividad en la colección casi de una manera minuciosa. Una de las piezas más reseñables, por ser de las más antiguas y por poseer un vínculo especial con la ciudad, sería una obra de Josef Albers de 1966 titulada ‘WLS XIV from White Line Series (Series II)’.
Curiosamente, Eusebio Sempere, ilustre personaje clave en la historia del museo, encontró en Albers una clara inspiración que le dirigió hacia su trabajo más maduro. Este excepcional acoplamiento hace que el interés de los coleccionistas se hiciera patente en lo local: “Nos hemos ido dando cuenta, sobre todo en los últimos años, que no entendíamos este conjunto de obras sin una especial atención a lo local. Por ello, hay una veintena de artistas alicantinos.”
Aurelio Ayela, Susana Guerrero, Rosana Antolí, Ana Teresa Ortega, Olga Diego o Mira Bernabeu son algunos de los nombres que resuenan y que generan enlaces con piezas más antiguas de Oldenburg, Cindy Sherman o Andy Warhol.
La primera exposición: ‘Obertura. Más allá de los mapas’
En la planta baja del museo y, en ocasiones, ocupando espacios que no son propiamente expositivos, se ha creado el recorrido de bienvenida para ‘Obertura. Más allá de los mapas’, la primera presentación de la magnífica colección previamente referida y que ha sido generosamente donada por Michael Jenkins y Javier Romero.
Se trata de una primera muestra muy atrevida, donde las obras dialogan entre sí sobre temas dispares pero que encuentran un punto en común aunque la cronología no lo permita. Así, las primeras 70 obras que pueden disfrutarse comprenden trabajos realizados desde finales de los 60 hasta la actualidad, y aúnan a artistas cuyos discursos y orígenes nos ofrecen esa visión de más allá de los mapas…
A pesar de esa amplitud geográfica, parece haber sido Nueva York el lugar que ha generado esta descarga de apreciaciones y posteriores adquisiciones, ya que, al ser una de las capitales más cruciales para el arte de los últimos tiempos, permitió a Michael Jenkins -al principio y, posteriormente, a Javier Romero- interesarse y tener acceso a obras de artistas como Joseph Beuys, Richard Artschwager, Kay Rosen, Kara Walker o Katharina Fritsch.
Como suele ser lo habitual en el MACA por su actividad de difusión y educación, cada pieza está acompañada por un texto explicativo, sencillo y que además sitúa al visitante. A pesar de la potencialidad didáctica de la colección, la mezcla de lenguajes y de diferentes generaciones y enfoques hacen que ‘Obertura. Más allá de los mapas’ incluya todo tipo de reflexiones estéticas y políticas.
Así, al inicio vemos cómo se establecen sutiles nexos entre la obra de Tony Feher, con su sus esculturas del día a día, donde el material efímero y modesto se transforma para ofrecernos una visión tranquila y casi lúdica del consumismo de la manufactura del arte; como la de la primera alicantina que aparece en el recorrido, que es Inma Femenia.
Como suele ocurrir en su discurso, Femenia también genera un diálogo imprescindible con el material con el que trabaja. En la serie ‘In Tension’ habla de esos extremos donde lo endeble pasa a ser rígido y al contrario.
En lo escultórico, destacan nombres como Katharina Fritsch, Rachel Harrison o Mona Hatoum con ‘Set in Stone’, entre otros. En la pintura, quizá clásicamente la más triunfante, se encuentran grandes referencias como Amy Sillman o Arturo Herrera. En lo local, pueden disfrutarse varias piezas pictóricas como la rotundez en el trazo de ‘Debajo de ningún cielo’, de Elena Aguilera, la representación del espacio y las logradas texturas de Ángel Masip o ‘The creepy distance’, de Aurelio Ayela, el cual, sabemos, gusta de jugar con el espectador y con los propios límites de la pintura.
Sorprende, también, la cantidad de obras basadas en el papel y en la obra gráfica en general. Destaca, por ejemplo, una de las serigrafías que Andy Warhol realizó en 1971 sobre su conocida serie ‘Electric Chair’. Esta última parte de la serie que podemos observar pertenece al conjunto de imágenes ‘Death and Disasters’, donde la silla toma un papel mucho más protagonista en el plano, quedando patente la manera en el que el mítico artista experimenta la repetición, el símbolo y el color.
Claramente influenciada por la capacidad democrática del arte que Warhol también exploró, la muestra incluye una de las portadas de la revista News of the week de Corita Kent. Esta prolífica artista y religiosa es una de las figuras quizá menos apreciadas por su condición, pero figura clave en el arte político americano de los años 60. Por su trabajo en papel, resuena también el nombre de la alemana Ruth Wolf Rehfeldt referente actual del curioso mail art.
El libro de artista encuentra su hueco con una de las figuras más internacionales y que más influencia han ejercido como es David Hammons. Su ‘The Holy Bible: Old Testament’ (‘Sagrada Biblia: Viejo Testamento’) trata sobre el apropiacionismo en diferentes sentidos y crea un homenaje a Duchamp en este magnífico libro. También sobre apropiacionismo versa la obra de Sherrie Levine, apodada precisamente la reina de este movimiento.
La estela de Hammons en lo referente a la capacidad reflexiva de su obra sobre el arte afroamericano y su crucial crítica hacia la opresión que estos han sufrido a lo largo de siglos y siglos puede rastrearse en otros artistas que denuncian o crean discursos que están fuera de lo canónico. Este hecho hace que se presenten obras más acordes con el sistema social real del momento, alejado del entusiasmo de los 80 y 90. Obras que circulan alrededor de discursos al margen y se centran en las llamadas micropolíticas.
Lo queer hace su aparición con Nayland Blake. Y, más recientemente, se deja entrever la búsqueda de la identidad cultural con Jeffrey Gibson. Esta línea se va entremezclando, además, con perspectivas más feministas donde el nombre de Cindy Sherman sobresale, trabajo que nos aproxima a piezas como la directa obra gráfica de Nicole Eisenman. Con ‘Tea Party’, litografía presentada en la colección, Eisenman hila la crítica social gracias a sus características figuras.
Del conceptual Glen Ligon pueden observarse una obra en papel donde se lee ‘I am a man’ (‘Yo soy un hombre’) por duplicado y con ciertas anotaciones haciendo uso de su mejor herramienta: las palabras. La técnica del textil se encuentra relacionada con esa perspectiva feminista por la que se recupera la herencia de la artesanía y queda transformada en las obras de Sheila Hicks o en el abstracto tapiz de Teresa Lanceta.
Los medios digitales como el video o la fotografía también tienen un hueco. Con Olga Diego encontramos el punto medio entre la documentación de la performance y su documentación, con los siempre imprescindibles dibujos que suelen acompañar las ideas de la artista alicantina.
La fotografía puede aparecer como documentación, como ocurre con ‘Democraticemos la democracia’, de Daniel García Andújar, o volverse más que reconocible con los paisajes de Albatera que muestra Ana Teresa Ortega, Premio Nacional en esta modalidad en el año 2020. La serie fotográfica de Vik Muniz titulada ‘Pictures of Garbage’ acompaña al visitante en su tramo final. Hace falta, quizá, algo de perspectiva para enfrentarnos a su curiosa técnica, ya que enfrenta detalle con una posterior dispersión en la mirada.
Esta sensación que nos devuelve su obra nos deja con el recuerdo de tener que regresar al MACA a menudo, a seguir hurgando en este formidable compendio que con una sola visita podría dejarnos con el deseo de querer saber y ver todavía más.
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