Confesiones de una noche de verano. Cultos y bronceados (XIX)

Dirty Dancing. Confesiones de una noche de verano

Mi segundo lugar para no pensar este verano ha sido ‘Dirty Dancing’, una de mis películas favoritas. La distancia cultural es inmensa, pero no puedo evitar fantasear con la idea de que salen de la pantalla como en ‘La rosa púrpura del Cairo’ y se presentan en cualquier verbena de mi pueblo. ¿Podrían los personajes resistirse al perreo? ¿Qué pasaría si sonase ‘Hungry eyes’?

La lucha del amor y el cine de verano. Cultos y bronceados (XVII)

Cine de Verano. Filmoteca d'Estiu

Había llegado allí por un amor de verano y lo que sucedió fue un amor eterno: me enamoré del cine. La película en cuestión se llamaba ‘Intolerancia’ y su subtítulo es “La lucha del amor a lo largo de los tiempos”. Una obra maestra de Griffith que me hizo estudiar comunicación audiovisual para aspirar a convertirme algún día en director de cine.

Dichas y desdichas del verano. Cultos y bronceados (XIII)

Un verano con Mónica

He ahí el verano en su máxima expresión: el deseo interminable de Mónica -el de todos nosotros queriendo que el periodo estival no se acabe- confrontado con el deseo más contenido de Harry, quien asume los límites de una pulsión cegadora.

Guerra estival. Cultos y bronceados (IX)

Novio a la vista

Teniendo como trasfondo argumental este sentimiento propio del mito de Peter Pan, Berlanga crea una divertida comedia, ‘Novio a la vista’, ambientada en el verano de 1918 en un pueblo ficticio de la costa mediterránea, Lindamar.

El verano como retorno ¿imposible? Cultos y bronceados (VII)

Verano. Cultos y bronceados

A orillas de La Mancha veranean, con su liturgia proletaria a cuestas, los retornados que una vez huyeron, por necesidad, hacia una contingencia urbanita que transmutó la horizontalidad –ventosa y yerma– en la memoria vertical tatuada, hoy, en los antebrazos de sus descendientes.