#MAKMAEntrevistas
Carlos Madrid, director de Cinema Jove
Entrevista de: Merche Medina y Salva Torres
Cinema Jove – Festival Internacional de Cine de València
Plaça de l’Almoina 4-1, València
Jueves 17 de junio de 2021
Carlos Madrid lleva cinco años al frente de Cinema Jove, pero, por circunstancias administrativas que parecen enrevesadas ecuaciones matemáticas difíciles de entender, máxime cuando la imposibilidad de su ejecución se repite durante un lustro, no ha sido hasta ahora que ha podido estrenar contrato estable por espacio de dos años, prorrogable a otros dos. La yincana de su cargo no le ha impedido, fruto de su pasión por el cine, sacar adelante el festival, con un equipo igualmente sometido a los vaivenes de quienes lo administran con dudoso criterio.
La edición 36, representada luminosamente por el excelente cartel de Joan Quirós, tiene como perlas, a juicio de Madrid, los cuatro cortometrajes un tanto desconocidos de Belanga, en el año del centenario de su nacimiento. También destaca algunos largometrajes de la Sección Oficial, como ‘The Whaler Boy’ o ‘Stop Zemlia’. Frente al auge de las plataformas online, considera que el público continúa valorando el atractivo que supone ver una película en pantalla grande, y la socialización a ello vinculada.
Jean-Luc Godard, a quien Cinema Jove dedica un ciclo de sus películas “juveniles”, decía: “El arte nos atrae cuando revela en nosotros ciertos secretos”. ¿Cuáles son los que atesora en esta edición el festival?
El ‘Berlanga Desconocido’ no es que sea un secreto, pero sí que es verdad que, dentro de todos estos fastos relacionados con su centenario, donde se vuelve una y otra vez a proyectar sus largometrajes, la posibilidad de ver sus cuatro cortometrajes en Cinema Jove pienso que es novedoso. De manera que tanto para quienes conocen a Berlanga, como para aquellos que se acercan por primera vez a su cine, es interesante acercarse a sus inicios; bueno, y a su final, puesto que acabó su carrera cinematográfica con ‘El sueño de la maestra’.
También me interesa subrayar que en la Sección Oficial de Largometrajes están las perlas por desentrañar. Por ejemplo, ‘The Whaler Boy’, del director ruso Philipp Yuryev, que narra el despertar amoroso y sexual de un joven cazador de ballenas en Siberia, cerca de Alaska, que conoce a una chica por las páginas eróticas de Internet, siendo la manera que tienen estos adolescentes de conocer chicas en un lugar tan aislado. Es una perla que pienso gustará a muchos espectadores.
‘Stop Zemlia’, de la ucraniana Kateryna Gornostai, es la película más adolescente que tenemos y en la que se muestra a una serie de personajes sin caer en el cliché; no hay una gran decepción en alguien, ni una gran alegría en otros. Las fronteras están diluidas y se acerca al mundo real de los adolescentes. Huye de los estereotipos. ‘Looking for Venera’ [Norika Sefa] es otro de los secretos escondidos. Es una película kosovar, donde se ve la influencia de una persona en otra, repleta de matices.
Otra frase de Godard: “Todo lo que se necesita en una película es un arma y una mujer”. ¿La Sección Oficial de Largometrajes de Cinema Jove le daría la razón al cineasta francés?
No. Sí que es verdad que estos dos elementos están, pero es una de esas frases de Godard en la que algunas veces acierta y otras no, aunque pueda servirle a él, si bien es cierto que ni siquiera él la ha cumplido a lo largo de su carrera.
Hablando ya de ‘El joven Godard’, ciclo incluido en el festival, que recoge sus películas más tempranas, lo cierto es que su mejor producción se da entre los 30 y 40 años, empezando por ‘Al final de la escapada’, que la hizo con 30.
Es verdad que las más relevantes y conocidas se dan en esta época, en la que aún no había cumplido los 40 años, lo cual es más loable todavía. Proyectaremos 12 películas y qué películas: ‘El desprecio’ es una obra maestra absoluta, como lo son ‘Pierrot el loco’ o, por supuesto, ‘Al final de la escapada’. Es un deleite, porque no hay un bajón de calidad en ninguna de estas películas.
Álex de la Iglesia, Icíar Bollaín, Alejandro Amenábar, Matteo Garrone o Thomas Vinterberg son algunos de los directores que han pasado por Cinema Jove, fiel a su espíritu de dar a conocer las propuestas de jóvenes que se inician en la industria del cine. ¿Quién crees tú que está llamado ahora a tomar ese relevo?
Elena López Riera (Orihuela, 1982) y Chema García Ibarra (Elche, 1980) acaban de rodar su primer largometraje y han tenido en Cinema Jove sus cortometrajes, de manera que son dos directores a tener muy en cuenta, por citar a dos de los más cercanos. También citaría a Ann Sirot y Raphael Balboni, que estrenan su primer largo en nuestro festival, ‘Madly in life’, y que poseen un sentido tanto artístico como comercial que los puede llevar a despuntar. En este sentido, hay que ser cautos, porque muchas veces alguien que despunta en un festival, luego no lo hace en salas comerciales, y viceversa.
Actores y actrices que despuntan ya los tenéis en vuestros premios ‘Un futuro de cine’. En la pasada edición, Gloria March (‘La mort de Guillem’), y este año, Paula Usero (‘La boda de Rosa’).
Gloria March, en ‘La mort de Guillem’, nos atrapa durante toda la película y es quien lleva la voz cantante. Además, y esto no lo había dicho hasta ahora, a Gloria yo la conozco desde los tres años, porque fuimos compañeros de colegio, y me la creí en todo momento en esa película como actriz, no siendo Gloria en absoluto. Es decir, para mí el mérito de Gloria es que yo no viera en pantalla a Gloria en ningún momento.
Paula Usero, por su parte, ha revelado que sufrió, de pequeña, acoso escolar y que acude al psicoanalista, lo cual ha dicho que le va muy bien. Ahora, reconocida como actriz, aquellos que la presionaron buscan su favor en las redes sociales. ¿Hasta qué punto se han incorporado estas redes a las contradicciones que refleja el cine?
Esto lo vais a poder ver, con todas las de la ley, en la película inaugural ‘R#J’ (Carey Williams), donde se despliegan todas las redes sociales, en una versión actual de Romeo y Julieta. En todo caso, sí están presentes esas redes cada vez más en el cine. Y aparecen, porque ya forman parte de nuestra vida. Los jóvenes y menos jóvenes estamos haciendo un cursillo acelerado de todo esto, porque cuando algo es útil, gusta y sirve para hacernos la vida más fácil, todos acabamos usando una u otra red social.
Hablando de redes sociales, cuando buscas Cinema Jove en Internet, aparece en Wikipedia como un festival nacido en 1986 con la vocación de apoyar a los jóvenes que tienen una historia que contar mediante imágenes, y que desde 2000 hasta 2016 el certamen es dirigido por Rafael Maluenda, situándolo entre los cinco principales especializados de España, para tomar en 2017 la dirección del festival Carlos Madrid. Desde ese año, ningún añadido más. ¿Está suficientemente reconocido Cinema Jove o se ha descuidado su promoción en los últimos años?
La verdad es que estoy viviéndolo tan desde dentro, que muchas veces estoy falto de esa percepción desde fuera. No estoy tan pendiente de si se sitúa entre determinado número de festivales o no. Yo creo que lo que debe de tener en cuenta un festival es la implicación del público de su ciudad y competir contra sí mismo, tomando como referencia la edición anterior. Es decir, tratar de tener mayor relevancia y más espectadores cada año, con respecto al anterior. El número de seguidores en las redes está yendo hacia arriba y el número de espectadores, desde 2019, también se ha incrementado a una media de 1.000 por sesión. Además, desde el punto de vista del diseño, que es otra de las maneras de conectar con el público joven, pues resulta que el cartel de este año [obra de Joan Quirós] nos lo está pidiendo mucha gente y desde muchos sitios.
¿Cinema Jove tiene suficiente visibilidad en la ciudad o crees que las instituciones públicas deberían de hacer un esfuerzo mayor en este sentido?
Este año estamos presentes en más sitios. Hemos llegado a un acuerdo con Renfe, con la EMT (Empresa Municipal de Transportes) y hemos mejorado mucho, por una serie de acuerdos de patrocinio. Estoy satisfecho con la progresión que llevamos. Ahora bien, si me dices que deberíamos estar presentes en más sitios, yo creo que sí, pero también te digo que no acabo de ver muy bien dónde está el límite. No somos una ciudad pequeña, como Cannes, que lo ocupa todo, sino que esta es una ciudad mediana donde suceden varias cosas diferentes a la vez, y más cuando empieza el verano: desde la Fiesta del Orgullo al Corpus o las hogueras de San Juan.
En Promercat – València Film Market, el encuentro con profesionales de la distribución y de la producción, que se realiza en el marco de Cinema Jove, se pregunta, en una de sus actividades, dónde se sitúa el cine en el nuevo universo mediático.
Yo diría que las plataformas online de cine se están sumando a la oferta que dan las televisiones en casa. Las películas que se proyectan en los festivales luego van a salas comerciales, las que pueden, y después a las televisiones y ese tipo de plataformas. Filmin, de hecho, aglutina bastantes, pero no todas de las que se pasan en los festivales. Las plataformas, por tanto, se suman, pero son una ventana más. El deseo de querer ver cine compartido en una sala continúa existiendo. Aunque tardáramos un año más en salir de la pandemia, yo creo que la gente volvería a llenar los cines, porque nada puede sustituir a la pantalla en grande y a la socialización que se produce cada vez que vas a ver una película rodeado de gente.
Entonces, ¿eres optimista?
Soy optimista por lo que observé en Cinema Jove en 2020: vi a mucha gente de entre 18 y 30 años viniendo en tromba a las salas en plena tercera ola del coronavirus. Y así lo he visto en los otros festivales a los que he acudido.
Otra pregunta que se formula en Promercat, y que te trasladamos a ti, es: ¿En el nuevo mercado cuál es el papel de las instituciones y de las televisiones públicas? Pregunta oportuna si tenemos en cuenta las condiciones que esas instituciones imponen, a la hora de ofrecer sus ayudas, con el fin de promover ciertos valores.
Las condiciones son las que se ponen desde la propia institución por motivos políticos que, en muchas ocasiones, son loables. Cada productora a la hora de pedir fondos públicos tiene que plantearse hasta dónde está dispuesta a cambiar la trama de la película, para adaptarse a ello. Es verdad que las instituciones se deberían a su vez plantear si deben condicionar tanto, porque a veces si se juntan, por ejemplo, cuatro condiciones en la misma película, puede llegar a suceder que se den situaciones inverosímiles o que no nos creeríamos en una situación normal. Muchas veces, el sentido común de los jurados que otorgan esas ayudas es lo fundamental.
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