Enrique Murillo: “Leer no me hizo más bueno, sino más rebelde”

Enrique Murillo

Enrique Murillo ha soltado el dosier definitivo. ‘Personaje secundario. La oscura trastienda de la edición’ es su informe de desclasificación. Después de una vida como agente doble de las letras, le toca interpretar el mejor papel, no el de héroe con licencia para matar, sino el del maestro de ceremonias. El de quien revela cómo se trucaba el juego.

Instrucciones para sobrevivir a las etiquetas literarias

Instrucciones para sobrevivir a las etiquetas literarias. Cortázar. Amazon. Algoritmo

Después de Cortázar, antes del apocalipsis algorítmico y de que Amazon compre el alma de los lectores, conviene un ‘#derechoalpataleo’ con cinco instrucciones para sobrevivir a las etiquetas literarias y un epílogo para famas en caso de necesidad.

El arte en la era del CTRL+C y CTRL+CRYPTO, o cómo vender el aire en cuadritos

Gioconda. Sebas Espinazo

Los NFT son la ‘performance’ definitiva del capitalismo: pagas millones por una firma digital en un JPG que tu padre habría borrado al confundirlo con un ‘spam’. Es el sueño húmedo de Dalí si hubiera nacido en Silicon Valley: “¿Por qué pintar relojes derretidos cuando puedo vender el concepto de derretimiento… y quemar el Amazonas con el servidor?”.

Javier Holgado, guionista de ‘Perdiendo el juicio’: “Queríamos mostrar cómo esa dedicación absoluta que volcamos en nuestros trabajos puede rompernos por dentro”

Javier Holgado. Perdiendo el juicio

Mientras su última novela, ‘El asesino de los caramelos de violeta’ –escrita a cuatro manos con su inseparable Susana López Rubio– sigue enamorando a los amantes del ‘cozy crime’, Javier Holgado irrumpe en Atresplayer Premium con ‘Perdiendo el Juicio’, un drama jurídico donde Elena Rivera interpreta a Amanda, una abogada brillante cuyo TOC la lleva de los juzgados de élite a un bufete de perdedores con alma.

La cultura como decorado (un homenaje involuntario a la farsa)

La cultura como necesidad. Sebas Espinazo. Argi Arte

Los libros han dejado de leerse. Ahora se tocan como reliquias de un culto que veneramos sin entender. En las tiendas de diseño, los clientes pasan las yemas por los lomos con gesto de sommelier. El verdadero drama ya no está en las páginas, sino en la paleta Pantone.