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#MAKMAArte
ArtRes y CeramicRes
Producción: Co-net_
Coproducción: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (Cultura Resident), Diputació de Castelló, Ayuntamientos de Alcora y Vilafamés
Apoyo: ESCAL, Caixa Rural de l’Alcora, MACVAC, l’Arc Trobat y Feria MARTE
Open Studios:
18 de noviembre (ArtRes, Vilafamés)
1 de diciembre (CeramicRes, Alcora)

La identidad guarda una profunda relación con la memoria. En una entrevista de 1983, Jorge Luis Borges ya se preguntaba «si la identidad personal consiste precisamente en la posesión de ciertos recuerdos que nunca se olvidan». Rosa Montero, a su vez, es más asertiva. Según la autora, la identidad «es un tejido discontinuo que zurcimos a fuerza de voluntad y de memoria». Carlos Sebastiá así lo resume: «Lo que nos ha pasado es lo que nos construye».

Uno de los temas principales de la obra del artista castellonense es la memoria. «En mi trabajo artístico, yo parto de una visión más individual de la memoria, aunque siempre reflejando el colectivo», nos dice Sebastiá. Por otra parte, hace ya un par de años que el artista también actúa invirtiendo esta lógica: parte de la historia colectiva que genera la identidad de un sitio y trata de rescatar ciertos recuerdos y prácticas.

La idea ganó fuerza el año pasado con la creación de CeramicRes, una residencia artística de cerámica producida por Co-net_, la plataforma de intercambios artísticos y culturales formada por Carlos Sebastiá y Agustín Serisuelo. La relación entre la residencia, la memoria colectiva y la identidad cultural queda patente al saber que el escenario elegido por Sebastiá y Serisuelo fue Alcora.

Una de las salas del Museu de Ceràmica de l’Alcora. Foto: Tátylla Mendes.

Hay quienes creen que la relación entre Alcora y la cerámica empezó cuando el Conde de Aranda instaló en el pueblo la Real Fábrica de Loza Fina y Porcelana, en 1727. Pero la guía que nos lleva a visitar el espacio de la antigua factoría aclara que «la tradición cerámica de Alcora la tenemos documentada desde el siglo XVI». Además, desde el 1981 se realiza en la ciudad el Concurso Internacional de Cerámica y desde el 1994 está el Museu de Ceràmica de l’Alcora. Asimismo, ahí se ubica también la única universidad especializada en cerámica del mundo, la Escola Superior de Ceràmica de l’Alcora (ESCAL), donde los artistas participantes de CeramicRes llevan a cabo sus proyectos.

En la opinión de la comisaria de la residencia, Alicia Ventura, «la descentralización de la cultura es algo muy necesario. A mí hacer proyectos periféricos me resulta muy interesante porque, cuando les acercas la cultura, la gente es muy agradecida. Y creo que en estos casos lo que hay hacer es no sacarlo del lugar, sino hacer que la gente vaya al lugar, que es lo interesante, ¿no? Poner las cosas en su contexto».

Alicia Ventura (a la derecha de la fila superior) y Carlos Sebastiá (en primer término, a la izquierda) con los residentes de CeramicRes. Imagen cortesía de Co-net_.

Por otra parte, no se puede obviar que CeramicRes no fue la primera residencia artística impulsada por Co-net_. La plataforma fue creada en 2018 para dar vida a PhotoRes, una residencia de fotografía que nació relacionada al Festival Imaginaria, de Castellón.

«El año pasado y el anterior ya la residencia de foto se estabilizó. Lo que pasa es que, tras la primera edición de la residencia de cerámica en Alcora, percibimos que, en un pueblo, el impacto y la relación con el entorno era mucho más cañero», comenta Sebastiá.

De ahí que PhotoRes haya evolucionado, convirtiéndose en ArtRes, la residencia de arte contemporáneo que se inauguró este año en Vilafamés, con el objetivo de «revivir el ambiente artístico de esta población en los años setenta, movimiento que desembocó en la creación del Museu d’Art Contemporàni Vicente Aguilera Cerni (MACVAC)». Así, además de descentralizar la cultura, se refuerza la idea de rescate de la memoria colectiva y la identidad cultural.

Según Sebastiá, repercutir en el territorio es uno de los puntos diferenciadores de ArtRes y CeramicRes. «Además de divulgar el arte contemporáneo y acercar la cultura a la gente, nuestro modelo de residencia parte de dos artistas: Agustín y yo –añade Sebastiá–, y tratamos de dar siempre las mejores condiciones a los artistas que participan, porque queremos también impulsar sus carreras y darles visibilidad».

Pablo Bellot trabajando en su proyecto. Fotografía de Juan Vicent Doñate, cortesía de Co-net_.

Para cumplir con dichos objetivos, además de ofrecer alojamiento y cubrir algunos de los gastos de los residentes, Co-net_ busca dotarles de acompañamiento de agentes del sector. Este año, además de las visitas institucionales y a empresas, CeramicRes recibió a la comisaria Bea Espejo y al crítico David Barro, mientras ArtRes contó con la visita del crítico y comisario Fernando Gómez de la Cuesta.

«Co-net_ viene de Connection y Networking –indica Sebastiá–. Entonces lo que buscamos es que los artistas establezcan relaciones entre ellos y también con los agentes del sector, las empresas locales, los patrocinadores y la gente del pueblo. Es como crear una comunidad que se relaciona con otras comunidades y genera una comunidad mayor». El slogan de la plataforma hace eco de esta idea: «Construyendo una comunidad en torno al arte».

«Pronto nos vamos y me da mucha pena porque se han generado unos vínculos muy guays –reconoce Diana Lozano del colectivo DimaslA, formado por Alvaro Jaen y ella–. Creo que lo primero que voy a echar de menos va a ser la gente de aquí de Vilafamés».

Los vínculos a que se refiere la artista ilicitana resultan, sobre todo, de la relación con el territorio que tiene cada uno de los proyectos desarrollados en ambas residencias artísticas.

DimaslA, por ejemplo, investigó la conexión de la gente con la tierra. Les preguntaron a casi cuarenta personas por puntos del pueblo que eran especiales para ellos, extrajeron un poco de tierra de cada uno de esos sitios y convirtieron estas muestras en pigmentos con los que pintaron una serie de módulos, dando origen a un mapa identitario y sentimental de Vilafamés.

Alvaro Jaen presentando ‘Cartografía de experiencias. Impresiones de un paisaje’. Fotografía de Juan Vicent Doñate, cortesía de Co-net_.

La salsadellína Iris Verge Ferrer, a su vez, se involucró en la lucha popular en contra de las macro plantas fotovoltaicas. Hizo entrevistas que registró con textos, fotos y video, y las publicó en línea y en papel. Asimismo, con la ayuda técnica de Miguel Jiménez Benajes, codificó un programa de arte generativo que representa los recorridos que hizo durante sus entrevistas por medio de una serie de patrones lineales.

Mientras tanto, el madrileño Lucas de la Rubia investigó las posibles activaciones entre cuerpos y objetos, creando esculturas que representan el espacio negativo de mano, axila, rodilla y otras partes del cuerpo. Generó una serie de videos y fotos interactuando con las piezas y las expuso en una instalación relacionada con la arquitectura del espacio.

El jerezano Javier Palacios, por su parte, hizo versiones en acuarela de tres obras del MACVAC: una escultura cerámica de Angelina Alós; una escultura de bronce y hierro de Manuel Clemente Ochoa, y una pintura de Margaret Harris.

«Estas obras me sedujeron por su extrañeza. No son obras conocidas, y esto encajaba con el objetivo del proyecto de dar a conocer la colección del Museo», apunta Palacios, quien hizo además una serie de carteles de sus obras versionadas y expuso en varios puntos del pueblo.

Agustín Serisuelo (en el centro de la imagen) y Carlos Sebastiá (segundo por la izquierda) con los residentes de ArtRes. Fotografía de Juan Vicent Doñate, cortesía de Co-net_.

Durante la presentación de DimaslA, Verge Ferrer, de la Rubia y Palacios en el Open Studio de ArtRes, el 18 de noviembre, medio a un centenar de asistentes villafamesinos, era imposible no acordarse de lo que dijo alguna vez Miguel Delibes: «La cultura se crea en los pueblos».

También son ejemplo de ello los proyectos que están desarrollando los residentes de CeramicRes (que se presentarán el 1 de diciembre en Alcora). Es el caso de ‘En la palma de sus manos’, de la madrileña Monica Mays, quien está creando piezas que aluden a partes del cuerpo humano utilizando objetos variados, incluyendo algunos encontrados en fábricas abandonadas de Alcora.

Mientras tanto, la alicantina Luisa Pastor trabaja con la materia y el tiempo, remitiendo a la producción artesanal de la cerámica y sus implicaciones económicas. Lo hace mezclando porcelana líquida con hojas de libros de contabilidad encontrados en antiguas fábricas artesanales de Alcora. El proceso, que recuerda el moldeo a la cera perdida, resulta en un nuevo material que la artista utiliza para repensar el papel de la economía, creando pequeñas cajas combinadas en una gran estructura.

Mesa de trabajo de Luisa Pastor. Fotografía de Juan Vicent Doñate, cortesía de Co-net_.

Está también Pablo Bellot con el proyecto ‘Nuevo orden, equilibrios del colapso’. El artista alicantino utiliza como referencia exvotos íberos y una lucerna antropomórfica encontrada en la región. Basado en estas figuras, produce símiles que transmiten la espontaneidad del proceso de creación primigenio, y combina estas piezas entre ellas, generando una frágil estabilidad que, según Bellot, «refleja el momento actual de inminente colapso».

El equipo de residentes de CeramicRes se completa con la madrileña Almudena Lobera. En su proyecto ‘Recuerdos de…’ trata sobre el recuerdo en sus dos connotaciones, material e inmaterial: como souvenir a través de objetos clásicos del taller de cerámica, y como memoria a través de la ausencia de estos objetos, del vacío dejado por ellos. Asimismo, trata sobre la memoria del lugar, aprovechando fragmentos de cristales recogidos en una fábrica abandonada y fundiéndolos sobre azulejos para realizar una instalación.

«Creo que una forma de acercar la gente al arte contemporáneo es que se muestren más los procesos –sostiene Sebastiá–. Porque nosotros, como artistas, vemos lo que nos pasa alrededor y generamos una serie de códigos para hacer una relectura. Y si tú vas a un museo o una galería y ves la obra final, puede que no la entiendas. Pero cuando vas al taller de un artista o a un Open Studio, se visibiliza más el pensamiento creativo y puedes entender mejor esos códigos».

En esta mejor comprensión de los procesos quizá esté la llave para acercar el arte contemporáneo a la gente. Y si además se consigue rescatar la memoria colectiva, fortalecer y valorizar la identidad cultural de los pueblos, todavía mejor.

Javier Palacios fijando una de sus obras en las calles de Vilafamés. Imagen cortesía del artista.