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Flamenco por Navidad

En los últimos tiempos, especialmente en las tierras del sur de España, las fechas navideñas han venido asociándose cada vez más con los ritmos y las melodías flamencas. A veces se trata solo de incorporar un compás de tangos o de rumba a un villancico tradicional, pero también es frecuente rescatar repertorios ancestrales heredados de padres a hijos y cantarlos en familia, preferiblemente alrededor de una fogata confortante con olor a castañas asadas. Lo cierto es que el fenómeno ha ido creciendo año tras año, y no hay localidad andaluza que no cuente con una o muchas en su agenda.

Juan Vergillos, Premio Nacional de Flamencología que dirige estos días un curso online precisamente titulado ‘Navidad flamenca: villancicos, campanilleros y otros sones’, lo explica así: “Todas las culturas occidentales cantan en Navidad, y Andalucía no es una excepción. Lo que los flamencos hicieron fue estilizar esta tradición popular a categoría profesional. En contra de lo que se dice, el Niño Gloria no fue el primero. Otros, que no eran de Jerez, lo grabaron antes”.

También incide en el registro de la zambomba de Jerez y de Arcos de la Frontera como Bien de Interés Cultural, como un intento de “estructurar un fenómeno que en realidad se produce en toda Andalucía. La zambomba profesional flamenca contemporánea es un invento de Parrilla de Jerez y Juan Pedro Aladro. Eso sí, ellos conservaron el rico patrimonio popular de romances, canciones seriadas, de ronda, enumerativas, de quintos, etc., frente a la melaza imperante en el repertorio actual”.

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Esas son, para Vergillos, la cara y la cruz del fenómeno: “La moda de las zambombas es una manera que han encontrado los flamencos de estar ocupados en una época de poco trabajo. Hay muchos grupos que hacen sus propias composiciones, pero quizá no tienen la gracia de la lírica tradicional. Lo de ahora es más blandito, pero tiene algo muy positivo, y es su creciente popularidad, que siempre es beneficiosa para el gremio”.

Desde Jerez, un veterano periodista y aficionado como David Montes va más allá y asevera que esto “se ha ido de las manos, simplemente por un mero interés mercantil. Donde hay intereses económicos, se tergiversan las tradiciones a niveles que no podemos imaginar”.

Montes recuerda que en los años 80 la zambomba de Jerez estaba prácticamente extinguida, salvo un puñado de peñas que la seguían cultivando. “Ahora estamos seguros de que la zambomba tradicional va a seguir ahí, porque ha sobrevivido a lo largo del tiempo. No obstante, hay una parte de la población que rechaza las nuevas formas”.

‘Navidad en familia’, de Farrucos y Fernández. Foto: María Chávez.

Y añade: “La zambomba antigua tenía una fecha no escrita, comprendida entre el Puente de la Purísima y la Nochebuena. Eso significa que, frente a la invasión actual del calendario, estamos volviendo al génesis, a la vuelta al origen de cante en reunión, entre amigos, en formatos íntimos”.

En este sentido, este experto cree que “tenemos que desvincularla de los espectáculos navideños. Si nos atenemos a lo que dice la Junta de Andalucía sobre qué es una zambomba, está muy lejos del carácter mercantil que se le está dando no en la Navidad, ojo, sino en estos días de Adviento. Por otro lado, es evidente que la zambomba funciona a nivel comercial, hostelero, artístico… Incluso las ONGs están haciendo sus celebraciones”.

“Todos buscan unos beneficios económicos por encima de la conservación de la fiesta. ¿Conclusión? La zambomba con interés comercial y la cultural y tradicional están condenadas a entenderse. No hay agente social ni político capaz de pararlas. Solo podrá hacerlo el público, por agotamiento, porque esto cada año va a más”, agrega.

Casi una tradición se ha convertido ya también el espectáculo ‘Navidad en familia’ de Farrucos y Fernández, donde el público se adentra en un viaje emocional que reúne música, baile, cante y guitarra flamenca para evocar los momentos más entrañables de nuestras fiestas, con ecos que van de Triana a Jerusalén.

Historias transmitidas de generación en generación que, en palabras del director de la propuesta, El Farru, “transmiten muchas emociones, con la esencia de la zambomba tradicional, pero con un legado musical y moral. Mostramos cómo pasamos los Farrucos y los Fernández la Navidad en casa, y de paso lanzamos un mensaje de prosperidad y de amor, de hacer examen de conciencia y abrir las puertas al perdón. Y lo hacemos todo desde el corazón y al amor que le tenemos al flamenco y a la música”.

Por último, un cantaor como el gaditano David Palomar ha querido aprovechar la corriente favorable de estas fechas, pero no ha plasmado su arte en un villancico, sino en una rumba: ‘Zarrapatín’ es el título de su propuesta para las fiestas.

‘Zarrapatín’, de David Palomar.

“Es mi manera de felicitar las fiestas de una manera natural, noble y sencilla”, afirma. “Zarrapatín es una palabra inventada que defino como la luz pura que emana del alma para llenar el mundo de Navidad. Pero cada persona que lo escuche tendrá su definición. Es una palabra que evoca alegría, y es verdad que cuando uno quiere contar cosas, si lo haces desde la alegría, encaja mejor”.

“Sacar una lágrima desde una canción, pero yo prefiero contar cosas desde el júbilo. Eso, aunque recordemos que ahí fuera están pasando cosas y tenemos que ser conscientes y responsables. Siempre intento dar mi cal y mi arena, pero todo me nace natural. No me salen los Campanilleros, me sale esto”, concluye.