Raúl Allen

#MAKMAArte
‘Doctor Extraño’, de Raúl Allén
En colaboración con Patricia Martín
Exposición colectiva de apuntes al natural ‘Mid Century Tattoo’
San Luis 5, Valladolid
Hasta el 12 de febrero de 2026

Acaba de entregar su última colaboración con la industria norteamericana, un tomo de 64 páginas protagonizado por ‘Doctor Extraño’ que verá la luz el próximo año. Lo ha realizado en colaboración con Patricia Martín, como la adaptación al cómic de ‘Dune’ en tres tomos que completó hace un año.

Y antes protagonizó una colaboración fugaz con la serie de ‘Wonder Woman’, entre otras. Pero el dibujante vallisoletano Raúl Allén nunca ha perdido de vista la pintura y es uno de los impulsores del importante resurgir de la pintura al natural en Valladolid.

Al menos cuatro estudios o talleres organizan regularmente estas sesiones en las que pintores y dibujantes se enfrentan al reto de retratar fugazmente, o con un tiempo limitado, a modelos contratados para la ocasión. El desafío de tomar apuntes al natural que ahora se muestran, hasta el 12 de febrero, en una exposición colectiva en ‘Mid Century Tattoo’, en Valladolid, y en la que participan una veintena de artistas de la ciudad que asistieron a las sesiones organizadas en el taller de Allén.

‘Mid Century Tattoo’, exposición colectiva con apuntes al natural de artistas que intervinieron en una sesión en el taller de Raúl Allén.

“Me interesa reaccionar ante lo que tengo delante, no limitarme a líneas determinadas, sino poder encontrarme sorpresas”, explica el dibujante vallisoletano. “En el cómic, yo concibo todo como si fuera un fotógrafo de estudio. En cambio, un fotógrafo de calle tiene que trabajar con lo que se va encontrando. Eso es parecido a tomar apuntes al natural”.

En cada una de estas sesiones, los asistentes alcanzan un alto nivel de concentración, “casi como el de un examen de selectividad”, porque la duración de las poses nunca pasa de los veinte minutos, y lo habitual es que sean cinco, diez o incluso un minuto. Es una verdadera gimnasia mental que obliga al artista a tomar decisiones muy rápidamente.

“Es una práctica que te mantiene muy vivo. No trabajo con lápiz, sino directamente en tinta, y tienes que analizar, planificar y decidir el trazo con mucha agilidad”, explica Allén, quien en una sola sesión de dos horas genera entre treinta y cuarenta dibujos. “Conservo cuadernos con los bocetos a acuarela que he ido realizando a lo largo de los años y se percibe una evolución. Se ve cómo las líneas se hacen más decididas y van contando más con menos”.

Allén percibe un renovado interés por la figuración, tras un amplio periodo en el que fue desplazada por el arte abstracto y tuvo que refugiarse en medios narrativos, como el cómic. “Hay un interés renacido por la figuración, que está viviendo un momento importante. No sé si responde a una reacción al arte abstracto o solo a la pulsión humana de conectar con lo que somos”. Y el trabajo con modelos, la nueva preocupación por el retrato del cuerpo, de todo tipo de cuerpos, forma parte de este nuevo movimiento que busca acercarse a una cierta verdad.

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Hace unos años, el célebre dibujante Milo Manara dedicó un personal homenaje a la figura de las modelos, y a su influencia en los artistas. Quienes se dedican al oficio de posar, venía a decir, son más que cuerpos que se exponen para ser pintados. Su personalidad puede ejercer una gran influencia en el artista.

Allén está de acuerdo y confirma que no todos los modelos son iguales. “En el movimiento prerrafaelita, por ejemplo, se ve que los artistas recurrían a las mismas modelos, que consideraban que encarnaban su ideal de belleza, y eso es uno de los factores que da unidad al movimiento. Y algo similar ocurre en el art nouveau”.

Y sobre la estrecha relación de intimidad que puede establecerse entre artista y modelo ofrece dos ejemplos contemporáneos: Nicolás Uribe pinta a su pareja en su serie ‘Nuestras vidas pintadas juntos’ (Our painted lives together). Y Dorian Vallejo, hijo del célebre portadista del fantástico, Boris Vallejo, hace lo propio con la suya. “Ambos van más allá de la idea tradicional de la musa. Capturan la vida juntos en un intento de atesorar esos momentos valiosos”, explica el dibujante vallisoletano.

En cualquier caso, resalta que los modelos (hombres y mujeres) son mucho más que cuerpos. “Hace un tiempo, tuvimos en el estudio a un modelo alemán que era capaz de expresar una gran energía en sus poses. Congelaba la tensión. Eso es algo que no puede hacer todo el mundo”.

El buen modelo es capaz de ofrecer expresividad y plasticidad en la pose con la que se ofrece. “Es muy importante el modo de colocar las manos, que todo el cuerpo funcione armónicamente para expresar algo. Es un trabajo difícil y en el que se está muy expuesto”, admite Allén.

La prueba mayor de que no todos los modelos son iguales es que cuando se hace público que van a posar algunos, ya conocidos, y de los que conoce su capacidad de transmisión, la lista de usuarios se llena enseguida. Aunque desde hace unos años se ha abierto también la vía de los posados no presenciales.

“En la pandemia se generaron muchos posados online que nos permitieron conocer a modelos internacionales. Hoy sigue haciéndose y muchos trabajan desde su casa”. Como Andrea Morani, “uno de los mejores modelos de la actualidad, que es una auténtica escultura viviente”.

Se trata de una profesión que empieza a autoorganizarse y tomar conciencia de su propia importancia. “Han organizado un encuentro con artistas en Italia el próximo año”, explica Allen, quien señala que hay mucho movimiento de sesiones de posado al natural en Madrid y Barcelona, pero ahora también en Valladolid, con, al menos, cuatro focos: Rojo de Cadmio, Cuaderno del Natural, Aguarrás Estudio y el estudio de Raúl Allén, que en el futuro será Ofi 7.

No siempre es fácil difundir este tipo de iniciativas en las redes sociales “porque la imagen de los pezones es problemática para el algoritmo”, subraya Allén. Cuando ha intentado promocionar alguna sesión de posado con un dibujo, Facebook no se lo ha permitido, con la excusa de que eran anuncios de servicios sexuales. “Hay un gran estigma y una fuerte censura. Que todavía se asocie el dibujo de la figura humana a la pornografía, o incluso a la prostitución, me parece algo terrible”.

Rául Allén con uno de sus dibujos. Imagen cortesía del autor.