Mónica Jover

#MAKMAArte
Entrevista a Mónica Jover
Ganadora de la IV Bienal Mª Isabel Comenge
Obra: ‘Campo encriptado’
Expuesta junto a los finalistas en el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Museu 2, València
Hasta el 18 de enero de 2026

Mónica Jover habla como pinta: envuelta en una atmósfera entreverada de júbilo, agradecimiento por hacer lo que le gusta y dudas, muchas dudas, que premios como el alcanzado en la IV Bienal Mª Isabel Comenge, logran despejar por el respaldo que suponen para artistas que, como ella, se pasan gran parte de su tiempo creando en soledad.

“Simplemente el estar seleccionada en un certamen así, por la visibilidad que te da el compartir tu obra con el resto de artistas tan maravillosos, ya es un lujo. De hecho, recuerdo que cuando entré a ver la exposición por primera vez, antes del premio, dije: «¡Pedazo piezas!». Si encima luego te dan el primer premio y las obras se abren al público, pues ya es todo un honor”, señala Jover.

Y añade: “Es que el trabajo de los artistas es tan duro en este mundo del arte, donde estás peleando y peleando, sin saber nunca muy bien adónde vas, donde todo son dudas, que la concesión de un premio de tanto prestigio es como un sueño. Cuando me lo concedieron estaba abrumada”.

‘Campo encriptado’, de Mónica Jover, ganadora de la IV Bienal Mª Isabel Comenge.

‘Campo encriptado’ es el título de la pieza con la que Mónica Jover obtuvo el primer premio dotado con 15.000 €. Una pieza que, tal y como alude el adjetivo en su denominación, parece expuesta para que cada cual descifre su contenido utilizando sus propias claves interiores con el fin de desencriptarla.

“Yo creo que más que descifrar, está esa sensación de cómo cada cual intenta a su manera, con sus claves, descifrar las cosas del mundo para acceder a su verdad; de cómo te sientes hacia ciertas cosas, cómo las percibes”, subraya la artista.

Dice que esa conexión “quizás más abstracta con la realidad misma”, con el “potencial que tenemos cada uno a la hora de desencriptar y de descubrir cosas nuevas”, es lo que convierte en algo “mágico” que cada cual tengamos “nuestra manera de ver y de percibir” el mundo: “Se trata de dejarlo todo un poco “abierto” para para que cada uno descifre su propia realidad”.

‘Campo encriptado’ asemeja al paisaje de los sueños descrito en la novela ‘Horizontes perdidos’ de James Hilton, que dio luego pie a la película homónima de Frank Capra: un paisaje místico encriptado en un valle perdido entre altas montañas y donde se vive armoniosamente.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de MAKMA.net (@revistamakma)

“Sí, es un paisaje irreal; un paisaje interior, de uno mismo, que provoca esa sensación de irrealidad. Es como cuando tú cierras los ojos y te encuentras haciendo cierta meditación personal, creando un espacio irreal dentro de ti mismo, que, en el fondo, es el que tenemos todos”, explica quien asegura sentir esa verdad cuando la naturaleza nos hace sentir en comunión con ella.

“Yo trabajo con el paisaje haciendo referencia siempre a la naturaleza, porque me interesa mucho esa sensación con respecto a ella. De hecho, los humanos somos parte de la tierra, vivimos en ella, somos parte de la misma. Es una conexión inconsciente, pero que está ahí y todos la sentimos. Es algo real y verdadero. Entonces, esa conexión a mí me interesa mucho”, resalta.

“Es –continúa diciendo– la sensación de bienestar que tenemos cuando estamos en plena naturaleza. Es algo intrínseco y que no se puede explicar, pero que guarda relación con esa belleza sublime ligada a lo bruto de la naturaleza, de lo auténtico. Y es ahí cuando dices: ‘¡Esto es verdadero!’”.

‘Campo encriptado’ la hizo adrede para la IV Bienal Mª Isabel Comenge, pensando que tenía que hacerla a lo grande, “porque sabía que era un certamen muy importante”, y para el cual debía poner “toda la carne en el asador”. Y la puso de tal manera, mezclando imaginación, creatividad y riesgo, que lo ganó “haciendo aquello que vengo realizando de un tiempo a esta parte, pero desde otra óptica”.

Detalle de la obra ‘Campo encriptado’, de Mónica Jover, ganadora de la IV Bienal Mª Isabel Comenge.

“Tenía ilusión mientras hacía obra, porque el tema del corte de los lienzos y todo lo demás ha sido distinto a lo que venía haciendo. Ha sido como una pieza nueva dentro de ese estilo. Y luego fue curioso, porque tenía claro lo que quería hacer”.

De nuevo, Mónica Jover se sincera a la hora de apuntar el modo en el que trabaja: con pasión entreverada de incertidumbres. “Tenía la idea de cómo quería plantear un poco la pieza, pero, cuando estás creando, la propia obra te va dando claves y tienes que tomar decisiones hacia un lado o hacia otro, como, por ejemplo, la nube pixelada, que es algo que surgió mientras estaba haciendo la pieza, o sea, cuando estaba cerrándola”.

Al final, entre dimes y diretes, lo cierto es que la terminó, exclamando: “¡Ostras, aquí hay algo que le da un toque, como un punch! Es siempre un riesgo que corres, porque a lo mejor da un cante o no funciona. Pero, en este caso, cuando acabé la pieza, vi que compositivamente la cerraba muy bien; fue un acierto”, refiriéndose a esa nube pixelada objeto de sus mayores dubitaciones.

‘Campo encriptado’ fue un título que vino después de finalizar el trabajo: “Hay piezas en las que el título surge antes, pero, en este caso, apareció al final. Estas últimas piezas que estoy realizando hablan un poco de esa sensación que tenemos todos de hallarnos entrelazados entre lo natural y lo digital. Mi obra habla mucho de cómo me siento yo ahora, de cómo lo vivo”.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de CCCC Centre del Carme Cultura Contemporània (@cccc_centredelcarme)

Aunque presentarse a un premio siempre conlleva la entrega de la obra en un ajustado plazo de tiempo, Mónica Jover dice haberlo llevado bien, incluso a modo de ejercicio de resistencia contra los tiempos que corren. “Es que otra cosa que me interesa mucho es ir un poco en contra de la rapidez, de la inmediatez. Entonces, yo con estas piezas hago un poco de oposición, en el sentido de que cada cosa necesita su tiempo, su proceso de creación”.

Y añade: “De manera que primero haces el fondo, la pintura. Luego tienes que cortar, entrelazar, escoger los colores y el tipo de hilo, porque los hilos también tienen su historia, o sea, su color determinado, para que se produzca ese juego de luces y sombras. Es un proceso lento durante el cual tienes que plantearte muchas cosas al mismo tiempo”.

A Mónica Jover, que lleva un tiempo trabajando con esos hilos que trascienden el marco de la pintura para proyectarse hacia paredes y espacios adyacentes, le va que ni pintada esta sentencia de Paul Klee: “Dibujar es sacar una línea a pasear”. “Sí, sí, es una frase preciosa. Y, desde luego, es curioso cómo el tema de los proyectos site-specific y de la revisión de los hilos hacia fuera, lo estoy intentando sacar en varios proyectos. Al final, esa proyección de los hilos, esa expansión, sí que es verdad que lo estoy necesitando en cada exposición”, concluye.