Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat Valenciana
Adquisición de 37 obras en la edición de 2020
Centre del Carme Cultura Contemporànnia (CCCC)
Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana
Jueves 29 de octubre de 2020

“Todo coleccionista, como todo novelista, nace de la experiencia de la derrota”. Lo dice el escritor Pablo d’Ors y se ajusta perfectamente al espíritu que anida en la Colección de Arte Contemporáneo emprendida por la Generalitat Valenciana en 2017. “El mensaje entonces era que la cultura resultaba accesoria, y ahora ese mensaje es otro”, señaló la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, durante la presentación de las 37 nuevas adquisiciones que se incorporan a dicha Colección.

De aquella derrota, en términos prácticos y afectivos, surgió hace cuatro años esa necesidad de impulsar el acopio gradual de obras de arte, que sean “reflejo de lo que está pasando en la Comunidad Valenciana”, resaltó José Luis Pérez Pont, director del Consorci de Museus.

“Ningún novelista del mundo se daría a sus libros si no pensara que entre la portada y la contraportada de su manuscrito se encierra algún secreto sobre la condición humana”, subraya el propio d’Ors. Sustituyendo novelista por artista plástico, podemos ir encontrando en la Colección de la Generalitat numerosos testimonios de lo que nos ocurre a los seres humanos, ya sea a través de cuadros, esculturas, fotografías, instalaciones visuales, murales o ilustraciones.

Obra de Alejandro Mañas. Imagen cortesía del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.

“La Colección no se puede tematizar”, aseveró Pérez Pont, para destacar que no existente ningún condicionante temático a la hora de adquirir las obras. Aún así, hay “escenografías de la memoria” (Carolina Ferrer), “refugios”(Josep Pedrós i Ginestar), piezas sobre la “femeneidad” y “les dones” (Vicente Ortí, Concha Ros), sobre el dolor (Chema López), la libertad (Alejandro Mañas), la identidad (Alejandro Casanova), el miedo (Vinz), “el paraíso perdido” (Pablo Auladell) o ciertos “placeres bárbaros” (Silvia Sempere).

Líneas temáticas que vienen a hacerse eco de cuanto anida en la condición humana. De manera que la Colección, siguiendo lo evocado por Pérez Pont, no deja de ser un lugar privilegiado para configurar el mapa sentimental de un territorio y, por extensión, de varias generaciones de artistas que tratan de desentrañar el secreto que motiva su creación. “Son artistas nacidos entre 1942 y 1993, una horquilla de 50 años, intergeneracional, que ni es arte joven, ni de pesos pesados”, precisó el director del Consorci, quien recalcó la “entrada con fuerza” de la ilustración, con obras de Miguel Calatayud y Pablo Auladell.

Obra de Alejandro Casanova. Imagen cortesía del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.

Con las 37 nuevas adquisiciones, ya son 110 las obras que integran la incipiente Coleccción de Arte Contemporáneo de la Generalitat Valenciana, que, tras el desembolso de este año de 491.460 euros, ya alcanza el millón y medio de euros invertidos en la compra de piezas de artistas valencianos. “Hemos doblado el presupuesto mediante ‘reaCtivem’”, para así “poder adquirir más obras con el objetivo de acompañar, en un año tan duro, a los diferentes agentes implicados”, aseguró Raquel Tamarit, secretaria autonómica de Cultura.

Contra la covid-19, nada mejor que estimular el ánimo comprando arte. “Pagaremos a la mayor brevedad, porque se trata de activar el sector”, dijo Amoraga, consciente de la importancia de una Colección de Arte Contemporáneo que ha nacido para seguir creciendo. “Se ha dado un paso adelante, con la Colección también, y no tiene retorno”, destacó la directora general de Cultura, preguntada por la posibilidad de que un futuro cambio de gobierno pudiera dar al traste con esa política de adquisiciones. Todo pasa, dijo, por acostumbrar a la ciudadanía a que valore la cultura como un bien necesario, algo que, a su juicio, ya estaba calando.

Arte Contemporáneo
De izda a dcha., Carmen Amoraga, José Luis Pérez Pont y Raquel Tamarit. Imagen cortesía del Centre del Carme.

También hay un “propósito de igualdad y equidad”, señaló Pérez Pont, resaltando Tamarit el hecho de que haya 18 mujeres, 18 hombres y una pieza realizada en comandita, de las 37 obras adquiridas. Entre las primeras, Carmen Calvo, Ángeles Marco, Carolina Ferrer, Silvia Lerín, Amanda Moreno, Nuria Riaza, Elena Martí, Concha Ros, Silvia Sempere o Julia Galán. Y, entre los segundos, Álex Marco, Vicente Ortí, Oliver Johnson, Chema López, Sergio Barrera, Alejandro Mañas, Roberto Mollà o Vinz Feel Free, por citar algunos.

Ester Alba, Román de la Calle, Rosa Castells, Nuria Enguita, María Marco, Josep Montesinos, Paloma Palau, Pilar Tébar, Ricard Silvestre y el propio Pérez Pont, son los expertos que han conformado la comisión encargada de seleccionar las obras de arte. Obras que delatan los diversos estados de ánimo del sujeto en la sociedad posmoderna del bienestar. El “vacío seductor, a la vez temido y excitante” de Ángeles Marco, emerge como una de esas variantes, que la artista plasma en una escultura de hierro y arena.

Obra de Concha Ros. Imagen cortesía del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.

Carolina Ferrer también se adentra en el espacio y el vacío, en su obra realizada con resina epoxi y acrílico sobre tela, para mostrarnos arquitecturas envolventes por sus “atmósferas desnudas, desoladas”. Como desolado y áspero es el rostro de la actriz valenciana Lola Gaos, del que se vale Chema López para crear “un lugar incierto entre el gesto de la víctima y el del victimario”. De víctimas habla igualmente la pieza de Alejandro Mañas, evocando el escenario de “[sufrimiento]” en el que pudieron tener lugar ciertos fusilamientos de la Guerra Civil española.

De la soledad de lo cotidiano se ocupa Alejandro Casanova, escenificando la “identidad perdida” de unos sujetos “que se aferran a sus entornos inanimados”. Entornos con sus luces y sus sombras, de las que se hace cargo Concha Ros mediante el cuerpo femenino, “su propio cuerpo, su identidad como mujer, como persona y como artista”, tal y como se va recogiendo en los textos explicativos que acompañan a las obras.

Un total de 37 piezas que, junto a las 73 adquiridas en los tres años anteriores, van dando forma a la Colección de Arte Contemporáneo con la que la Generalitat Valenciana quiere convertir en triunfo la derrota inicial. Como diría el filósofo Johan Huizinga, “si deseamos preservar la cultura, debemos continuar creándola”. Larga vida, pues, a la Colección.

Obra de Chema López. Imagen cortesía del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana.

Salva Torres