Hotel Proust (Cabourg, habitación 414)

Si los americanos encontraban inspiración en París, un parisino –al menos, en verano– la busca en la costa. En busca del tiempo perdido, Marcel Proust se subía en el expreso de Cherbourg, en la estación de Saint-Lazare. El destino final, tras cinco horas y media de viaje, era el Grand Hôtel de Cabourg.