Ver visiones. Reinterpretando el presente
Centro del Carmen
C/ Museo, 2. Valencia
Comisariado por Álvaro de los Ángeles y José Luis Pérez Pont
Hasta el 13 de julio de 2014

Darío Villalba (Galería Luis Adelantado) / Amparo Tormo (Galería Thema)
CIS: Los problemas de índole social / Los problemas relacionados con la juventud

Vista de sala con obras de Amparo Tormo en Ver visiones. Foto: Nacho López. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.
Vista de sala con obras de Amparo Tormo en Ver visiones. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.

Sería por el año 1994 cuando leyendo el diario autobiográfico de Peter Bayne, se despertara en mí la curiosidad y me levantase a rebuscar en el último cajón de mi escritorio. «¡Bien! Encontré la regla». Decididamente, con la intención de comprobar si la investigación del médico americano que señalaba el protagonista era verdad, me bajé el pantalón, seguido de mis calzoncillos, y coloqué la regla sobre mi pene. El protagonista hablaba de la existencia de una correspondencia entre la edad de los chicos u hombres y la longitud del pene. «Puedo estar tranquilo, el mío entra en la media». El libro Diari d’un jove maniàtic se convirtió en una especie de guía de salud y, sobre todo, de sexualidad para parte de los jóvenes que cursaban la asignatura de valenciano en la década de los noventa. En él se trataban de una forma divertida los problemas y dudas que tienen los jóvenes.

Vista de sala con obras de Darío Villalba y Amparo Tormo en Ver Visiones. Imagen cortesía de los artistas y galerías Luis Adelantado y Thema.
Vista de sala con obras de Darío Villalba y Amparo Tormo en Ver Visiones. Imagen cortesía de los artistas y galerías Luis Adelantado y Thema.

Pero más allá de estas anécdotas juveniles, se suele pensar que los jóvenes adolescentes, tanto los de antes como los de ahora, se preocupan sobre todo por temas relacionados con la sexualidad –la masturbación, la pérdida de la virginidad, el interés por cuidar o resaltar el propio atractivo–. Y quizá sí haya algo de cierto en ello, de hecho, la iniciación en la práctica sexual en el colectivo juvenil es cada vez más prematura con un alarmante aumento de riesgos como los embarazos o el contagio de enfermedades. La necesidad de conocer y experimentar con el propio cuerpo y con el del otro, así como de establecer la identidad sexual y de género son cuestiones necesarias para la constitución de nuestro yo, que ahora se nos muestra múltiple y mutable. Sin embargo, si acudimos al Informe de la Juventud de España de 2012 es significativo que entre los aspectos más relevantes que afectan a la gente joven, la sexualidad se sitúa por detrás de cuestiones como la amistad, la familia, la salud, el trabajo, el ocio, los estudios o el dinero. La particularidad es que estos valores son tratados desde una posición individualista, hedonista, donde se da prioridad al aquí y ahora, y se desea retrasar cualquier responsabilidad. Estamos inmersos en una sociedad de yoicos o sociedad del yo, siguiendo al sociólogo alemán Ulrich Beck.

Vista de sala con obras de Darío Villalba. Foto: Nacho López. Imagen cortesía del artista y Galería Luis Adelantado.
Vista de sala con obras de Darío Villalba en Ver visiones. Foto: Nacho López. Imagen cortesía del artista y Galería Luis Adelantado.

En el trabajo más reciente de Darío Villalba, lo carnal y lo sexual –como parte fundamental de la realidad del ser humano– aparece de una forma más rotunda y evidente. La insistencia por encontrar ese deseo (sexual) en la vida misma, así como su interés por el cuerpo y el placer, consecuencia de su experimentación, le ha llevado a recurrir a imágenes de chicos jóvenes y atractivos. Tanto el políptico Homeless doble (2009) como en el de Picadilly Rent (2013) presentan una composición y un lenguaje muy similar: el rostro de un joven se repite en varias ocasiones y se acompaña de imágenes del sexo del retratado. Villalba pinta con imágenes fotográficas todo el poder e intensidad emocional de las figuras, captando todo su exceso. Aunque siempre abordado desde una visión metafísica en el que los temas existenciales y los conflictos vitales de este mundo se manifiestan. Si bien, advertiremos que en ambos casos se trata de seres límite o marginados: un doble retrato sonriente de un joven rubio que dormía en la calle y un chapero adolescente del Picadilly Circus. Individuos que, en definitiva, han sido excluidos por su miseria física y existencial.

Vista de sala con obra de Darío Villalba. Foto: Nacho López. Imagen cortesía del artista y Galería Luis Adelantado.
Vista de sala con obra de Darío Villalba en Ver visiones. Foto: Nacho López. Imagen cortesía del artista y Galería Luis Adelantado.

Los principales problemas de exclusión social de los jóvenes a día de hoy son el paro y los problemas eco­nómicos. Muchos jóvenes españoles se ven actualmente empujados hacia el abismo. Según la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2013 más del 55% de los jóvenes se encuentran en paro (el doble que la tasa de desempleo en 1999), siendo el colectivo más castigado por la crisis económica. De los que el 15,6% ni trabajan ni estudian o como bien indicaba José Luis Sampedro, “ni tiene nada ni aspira a nada”. Como consecuencia de esta situación, más de la mitad de los jóvenes viven actualmente en casa de sus padres sin conseguir emanciparse. A esto hay que sumarle la precarización de los con­tratos, la disminución del salario medio y el recorte de las horas laborales. La idea que prevalecía en las generaciones pasadas de relacionar empleo con seguridad ha desaparecido. Ya no existe un trabajo de por vida, ni opciones donde elegir, lo que provoca una ruptura generacional, expulsando a los jóvenes del sistema. Así, estos se ven sumidos dentro de profundos cambios e incertidumbres, en los que la deriva, según Zygmunt Bauman, se presenta como una de las características de nuestro tiempo.

Vista de sala con obra de Amparo Tormo. Foto: Nacho López. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.
Vista de sala con obra de Amparo Tormo en Ver visiones. Foto: Nacho López. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.

La incertidumbre causada por no saber a qué nos enfrentamos es un recurso particular en el trabajo de Amparo Tormo. La artista produce un extrañamiento entre sus obras y el espectador a partir, no sólo de la confusión por no reconocer a simple vista los materiales utilizados, sino también por las composiciones que elabora. En su pieza La duda (2010) provoca una tensión pues la estructura principal –una figura rectangular de dm lacada en negro– aparece en un equilibrio aparente al quedar suspendida casi en el aire. Sobre ella se apoyan diversas placas de metal que refuerzan esa idea de inestabilidad. En la segunda obra seleccionada, el “elemento peso” condiciona la dirección de la línea, formando un ángulo de 90º. Le interesa enfatizar el espacio creado entre las diferentes piezas con el fin de contraponer la sensación de pesadez –aquello evidente– e inestabilidad –aquello imprevisible–. Las trayectorias, que para los jóvenes antes eran claras y fijas, ahora se mueven en un contexto de gran vulnerabilidad y precariedad. Los referentes se han desdibujado o, como en los dibujos de Tormo, tachados o silenciados. Ahora sólo cabe empezar de nuevo, plantear alternativas, que ni los mismos adultos ni las instituciones saben. Y mientras tanto, sólo queda resistir.

Vista de sala con obra de Amparo Tormo. Foto: Nacho López. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.
Vista de sala con obra de Amparo Tormo en Ver visiones. Foto: Nacho López. Imagen cortesía de la artista y Galería Thema.

José Luis Giner Borrull