Luna de Perigeo, de Elena Casero
Editorial Enkuadres

Igual que un adicto al cacao disfruta paladeando todos los bombones de la caja, si son de calidad suprema, los adictos a la buena literatura devorarán con fruición el último libro de Elena Casero, ‘Luna de Perigeo’ (Enkuadres). Una recopilación de 76 microrrelatos en el que se pone en evidencia que lo menos es más. Que, según el célebre proverbio de Gracian, ‘Lo bueno si breve dos veces bueno’ o ‘lo bre si bue dos ve bue’, como rezaba aquel chiste de la mítica revista La Codorniz.

“El título del libro está tomado de uno de los relatos”, dice Casero. “Después de terminar la recopilación, me di cuenta de que la mención de la luna y su influjo sobre los humanos y los animales era un tema recurrente. El orden en el que aparecen no es cronológico. El único criterio que he seguido ha sido intercalar micros cortos con otros un poco más largos para hacer la lectura más amena”.

Luna de Perigeo, de Elena Casero.
Luna de Perigeo, de Elena Casero.

Casero pertenece a esa estirpe de escritores que van por libre sin acomodarse a las directrices de cenáculos y balnearios literarios. Es técnico en Empresas Turísticas,  jubilada parcial de la multinacional Ford, autora de cinco novelas y una amplia colección de relatos. Mediante un lenguaje sobrio y depurado transmite su rico mundo interior en el que lo macabro, el humor negro o muy negro, y cierto punto de crueldad se combinan con una extrema sensibilidad y ternura.

Sus microrrelatos contienen un destilado de esos ingredientes, su marca de fábrica, sus señas de identidad. Cada uno abre una aspillera en el muro de la rutina gris que permite divisar una gran diversidad de paisajes como las cambiantes facetas de un caleidoscopio. Pero sus sueños y fabulaciones jamás dejan de poner pie en la realidad con un agudo componente de crítica social y compromiso con los más débiles. Éste es el más corto de la colección: ‘Sonreía mientras lo veía correr espoleado por el pánico. El eco aplaudió su puntería. Satisfecho recogió de la boca de su lebrel un pedazo de tela de rayas’.

En total son 76, la mayoría nuevos, escritos en estos dos últimos años, alguno  premiado o finalista de algún premio. Por ellos desfilan criminales y asesinos, fantasmas, dementes y lunáticos, madres protectoras, muñecos zombies y hasta un puesto de mercado donde venden palabras al detalle. Aunque cada uno podría ser un buen arranque para  una novela, Casero asegura que no derrocha creatividad. “Más bien lo contrario”, afirma.

Elena Casero en la presentación de uno de sus libros. Imagen cortesía de la autora.
Elena Casero en la presentación de su libro. Imagen cortesía de la autora.

“Los microrrelatos contienen su propia historia, igual que una novela, con la salvedad de su tamaño. Cuando se comienza a escribir se sabe de antemano si la idea puede ser el germen de una novela, de un cuento o de un micro. Hay historias que no se pueden alargar más de lo debido porque, posiblemente, perderían su esencia. Creo que la creatividad no tiene porqué ir dirigida en una sola dirección”. A veces le salen casi a vuela pluma, pero “siempre hay que podar y matizar”, comenta. “Escoger las palabras adecuadas, quitar lo que no aporta, y darle las vueltas precisas para que quede, digamos, redondo. El microrrelato necesita intensidad, tensión narrativa y dejar al lector sorprendido, sin aliento. Y eso solo se consigue trabajándolo mucho”.

En España no se publican tantos libros de microrrelatos como novelas pero este nuevo género sigue muy vivo tras vivir un impresionante boom. Ginés S. Cutillas ha publicado este año un decálogo práctico del microrrelato, ‘Lo bueno, si breve, etc’. y  en 2017 Talentura Libros editará ‘Las herramientas del microrrelato’, de Manu Espada. En la cosecha del 2016 se pueden mencionar: ‘Maleza Viva’, de Gemma Pellicer (Jekyll & Jill); ‘La microenciclopedia ilustrada del amor y el desamor’, de Ernesto Ortega y ‘Voces para un tímpano muerto’, de Miguel A. Zapata, ambos en Talentura. En Cuadernos del Vigía, ‘Vosotros los muertos’, de Ginés S. Cutillas y en Isla de Síltola, ‘Fuerza Menor’, de Javier Puche.

Por su parte Enkuadres ha publicado a Kike Parra, Víctor Lorenzo, Ana Vidal, David Vivancos y a Elena Casero. Páginas de Espuma ha apostado por cuatro escritoras: Eva Díaz Riobello, Isabel González, Teresa Serván e Isabel Wagemann que reúnen sus micros en un libro titulado Pelos. Patricia Esteban Erles, Rosana Alonso, Susana Camps, Lola Sanabria, Beatriz Alonso Aranzábal, Iván Teruel son, asimismo,  un referente para los que aficionados a las distancias cortas y a los contenidos concentrados e intensos. Lo bueno si breve…

Elena Casero.
Elena Casero. Imagen cortesía de la autora.

Bel Carrasco