Basta con vivir, de Carmen Amoraga
Editorial Destino (2017)

La responsabilidad que supone el cargo de Consellera de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana no ha apartado a Carmen Amoraga de su vocación más profunda. La voluntad de escribir y contar historias. En su séptima novela Basta con vivir (Destino) relata la de dos mujeres situadas en dos mundos paralelos cuyos caminos se cruzan por esos azares de la vida. Pepa, una persona adusta y amargada y Crina, una joven rumana víctima de las redes de explotación sexual. En torno a ellas un mundo reconocible  y una serie de personajes bien perfilados psicológicamente por una autora que sabe muy bien cómo transformar la realidad en ficción.

¿Realmente, basta con vivir?

Realmente, basta con vivir. Es mucho más sencillo de lo que parece, lo que ocurre es que muchas veces jugamos en nuestra contra, nos complicamos la vida y nos enredamos en problemas que tienen solución pensando que no la tienen.

Una mujer que habla con su perro que tiene nombre de persona. Una joven africana vendida en matrimonio. Dos hechos reales desencadenaron esta historia en su mente. ¿Sus novelas siempre parten de hechos reales?

Yo creo que en realidad nunca he escrito ficción. Siempre hay algo de la realidad que desata la historia que luego convierto en novela. La realidad es una fuente inagotable e increíble, hasta el punto de que si lo vemos escrito pensamos que es fruto de la imaginación del autor. Pero a mí lo que me interesa es contar lo cotidiano, ficcionar lo cotidiano, eso que todos compartimos, en lo que todos nos vemos reflejados. Y, en este caso, ¿qué hay más próximo a nosotros que la soledad y las mujeres obligadas a ejercer la prostitución, aunque a estas últimas no queramos verlas?

Portada de 'Basta con vivir', de Carmen Amoraga. Editorial Destino.
Portada de ‘Basta con vivir’, de Carmen Amoraga. Editorial Destino.

¿Pepa, la protagonista es una persona amargada, antipática e infeliz. En resumen, su polo opuesto. ¿Cómo ha conseguido darle vida y verosimilitud?

Por pura observación. ¿Verdad que a diario nos encontramos con gente a la que decimos “buenos días” y parece que nos vaya a morder? A diario. Y yo estoy segura de que es por algo, de que les pasa algo que ha generado esa frustración, ese enfado. Y también estoy segura de que en la mayoría de las veces lo que la causa es un error, algo que se puede revertir. Cuesta mucho menos cambiar de actitud que seguir cargando con una situación que nos hace infeliz.

La relación que tiene Pepa con su perro es la típica de las personas solitarias y carentes de afecto. Usted que es amante de los animales, ¿no cree que estamos usando demasiado a las mascotas como sustitutivos de otra cosa?

Puede ser, en casos extremos. Pero creo que los animales son completamente susceptibles de ser queridos, incluso más que algunas personas.

Pepa nunca ha tenido un orgasmo hasta que, siguiendo los consejos de su psicóloga decide ponerse manos a la obra. ¿Piensa que el placer y la felicidad son territorios que se pueden conquistar a base de esfuerzo y voluntad?

Por supuesto. Creo que, muchas veces, tenemos que hacer el esfuerzo de permitirnos a nosotros mismos ser felices y disfrutar.

¿El tráfico de personas, la mayoría mujeres y niñas objeto de explotación sexual es una de las tramas de la historia. ¿Se documentó al respecto para relatar la odisea de la joven rumana Crina?

Sí. Hay una documentación exhaustiva, a varios niveles. Por un lado, las hemerotecas de los periódicos están llenas de noticias que cuentan la historia de Crina; por otro lado, he contactado con mujeres que sufrieron esta tragedia y que me contaron sus experiencias. Les estoy tan agradecida por haberme abierto sus heridas… especialmente a una de ellas, a la que le dedico la novela. Y también la policía me ha ayudado mucho, para explicarme los protocolos de las liberaciones. Incluso en el caso de Pepa, que sufre un trastorno emocional, hay una documentación clínica y terapéutica con una psicóloga.

¿Este libro enlaza de alguna manera con los siete anteriores que ha publicado? ¿Hay algún denominador entre ellos?

Realmente, creo que siempre escribo la misma novela. Una que cuenta las historias de personajes que se caen y se levantan las veces que haga falta para salir adelante. Esas son las historias que me interesan, los personajes que me interesan. Prefiero las derrotas a la suerte, porque las derrotas implican lucha y la suerte casualidad.

Carmen Amoraga. Imagen cortesía del autor.
Carmen Amoraga. Imagen cortesía del autor.

Bel Carrasco