‘Sympathy for the devil’ (‘Sympathie pour le diable’), de Guillaume de Fontenay
Con Niels Schneider, Ella Rumpf, Vincent Rottiers y Elisa Lasowski
Francia / Bélgica / Canadá, 2019
Atlàntida Film Fest | Filmin
Miércoles 26 de agosto de 2020

Antes de entrar en materia he de reconocer que llegué a ella en Filmin por su título, el mismo que mi canción favorita de la vida, de sus majestades los Rolling Stones y, todo sea dicho, esa mera coincidencia acabó resultándome un gran acierto cinéfilo.

Sympathy for the devil

De esta ópera prima del canadiense Guillaume de Fontenay es inevitable manifestar que estamos ante un excelente biopic sobre el célebre reportero de guerra francés Paul Marchand, encargado de cubrir, para los Gobiernos francófonos europeos de Francia, Bélgica, Suiza y Luxemburgo, el prolongado asedio que durante cuatro años sufrió la ciudad de Sarajevo por los serbios en el sangriento conflicto bélico de los Balcanes.

Escena de ‘Sympathy for the devil’ con los tres periodistas protagonistas. Fotografía cortesía de Filmin.

Desde el primer instante la peli consigue conectar y mantener en vilo al espectador gracias a un temor constante por la sucesión de acontecimientos, incluidos los momentos de ocio o más íntimos con la periodista Boba, interpretado por ese bellezón suizo que es Ella Rumpf. Digamos que da la sensación de que el sobresalto puede surgir en cualquier escena, sobre todo entre francotiradores y víctimas civiles. Al respecto, un servidor se acordó en más de una ocasión de la canción que los granadinos Lagartija Nick dedicaron a la pareja formada por una bosnia musulmana y un serbio ortodoxo, asesinados en su huída y conocidos como los «Romeo y Julieta de Sarajevo».

Escena de ‘Sympathy for the devil’. Fotografía cortesía de Filmin.

A nivel general también es muy destacable toda la labor técnica y fotográfica que nos introduce plenamente en el trepidante desarrollo de los incidentes que se vivieron en esa zona entre 1992 y 1995, incluidos extractos del documental de 1994 ‘Veillées d’arms’, de Marcel Ophüls, y, muy especialmente, la impecable labor del actor francés Niels Schneider en el papel del mencionado Marchand, un tipo inusual y carismático como pocos, tan duro como sensible, con cierta pose de adolescente rebelde, con su puro y su inseparable humo como gran escolta, con su forma de conducir o con su actitud para obtener información y sortear los controles militares. Ah, por cierto, entre el reparto de actores aparece también el español Diego Martín. 

Por otra parte, me parece muy interesante la banda sonora, desde ese acertado final con el mítico ‘Brothers in arms’, de los Dire Straits, a las pequeñas raciones de canciones como el éxito de los setenta ‘C’est ma prière’, del israelí Mike Brant, los clásicos discotequeros ochenteros ‘Fade to grey’, de Visage, ‘Enola gay’, de Orchestral Manoeuvres in the Dark ,o ‘Rebel yell’, de Billy Idol, además de la representación musical bosnia con Vesna Zmijanac i Dino Merlin en ‘Kad zamirisu jorgovani’ y Sikter con ‘Gudra’. 

Con todo, es una buena apuesta para aquellos que quieran sumergirse en hechos reales sobre el trabajo de los reporteros, sobre la desintegración de la extinta Yugoslavia y sobre la dureza y el horror que se vivió en la actual capital de la República de Bosnia y Herzegovina.

Juanjo Mestre