#MAKMAEntrevistas | Reflexionar la pandemia. Cultura vs coronavirus (IV)
Domingo 22 de marzo de 2020

Un considerable (y, a buen seguro, mayoritario) número de artistas, gestores y empresas culturales, medios de comunicación y otros agentes activos del entorno cultural sustentan un relevante porcentaje de su economía a través de convocatorias públicas, subvenciones y apoyo institucional.

Durante la pasada semana, los ministros de Cultura de España (José Manuel Rodríguez Uribes), Francia (Franck Riester) y Alemania (Monika Grütters) coincidían en considerar la cultura como un bien de primera necesidad y no un lujo del que prescindir en la presente crisis sanitaria (y económica), si bien Riester aseveraba que “el propio futuro de nuestro modelo cultural está en juego”.

Y si, efectivamente, se encuentran en juego aquellos paradigmas que han conducido la metodología de nuestro comportamiento, creación y consumo cultural, nada mejor que materializar una radiografía, inmediata y crucial, de nuestras insuficiencias.

En consecuencia –tras la primera, segunda y tercera entrega de ‘Reflexionar la pandemia. Cultura vs coronavirus’–, desde MAKMA proseguimos invitando a difundir su testimonio a un diverso elenco de profesionales de las artes visuales, escénicas, literarias, musicales, cinematográficas, universitarias e institucionales, procurando respuesta a variadas cuestiones que nos ofrecen una interesante y lúcida reflexión acerca de cómo aquellas personas que vivimos y participamos de la cultura afrontamos desde el hogar la presente pandemia de coronavirus.

1) ¿Dónde y en qué situación te encuentras?
2) ¿Cómo te imaginas el escenario inmediato y cuáles serían, a tu juicio, las consecuencias a medio y largo plazo en lo social, cultural, económico y político?
3) Tras el decreto de estado de alarma, ¿de qué modo afrontas tu confinamiento? ¿Qué lecturas y/u otras actividades llevas a cabo?
4) Comentarios y conclusiones.

AIDA CHAVES (PRODUCTORA CULTURAL Y CODIRECTORA DE HYBRID ART FAIR | MADRID)

1) En casa, con mi marido, desde que le enviaron a teletrabajar el pasado miércoles. Así que yo también cogí los bártulos del estudio. Uno está en un despachito que tenemos y para el otro hemos montado un despacho improvisado en el salón. La verdad es que tenemos suerte de contar con algo de espacio para cada uno. Estamos un poco que no sabemos muy bien aún qué pensar sobre los tiznes que ha tomado la situación en tan poco tiempo. Ambos tenemos familiares que son personas de riesgo y solo esperamos que todo vaya bien en ese sentido.

2) El coronavirus va a marcar un antes y un después en la historia, creo que eso está clarísimo ya. Como es normal, ahora mismo se está priorizando la vida humana antes que la economía y espero que eso también pueda suponer un replanteamiento acerca de cómo hemos acelerado y enfocado nuestros comportamientos como sociedad, globalmente, en los últimos años, donde todo ha girado en torno al consumo. Esto, evidentemente, no quita que seamos muy conscientes de que nos vamos a enfrentar a una muy dura primavera; ya está afectando económicamente a muchas personas y a much@s compañer@s del sector. Esto nos va a golpear fuerte en muchos sentidos.

3) De momento, lo estoy llevando bastante bien. Estuve trabajando en casa muchos años, así que desde hace tiempo tengo rutinas: horarios marcados para trabajar, descansar, hacer deporte… Estos días he retomado la lectura de ‘Los jugadores de whist’, de Vicenç Pagès Jordà, he vuelto a oír música que hacía un montón que no escuchaba, como Jeff Buckley, MS MR, Alt-J… También he empezado y acabado series como ‘Years and Years’ y ‘Castlevania’. Además, en mi caso, me ayudan mucho las videollamadas o birraskype que también llevo haciendo años con mis amigos repartidos por el mundo.

4) Vamos a salir adelante. Desde luego, vamos a tener que agudizar nuestro ingenio para no caer en la desesperación, por más que nos guste el cine, leer, jugar videojuegos, dibujar… Está claro que vamos a querer salir del espacio y la situación que se nos ha impuesto. Pero lo importante tiene que ser pensar en el bien común, que esta medida no es un capricho.

ÁLVARO PONS (DIRECTOR DE LA CÁTEDRA DE ESTUDIOS DEL CÓMIC FUNDACIÓN SM-UV Y DEL AULA DE CÓMIC DE LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA | VALÈNCIA)

1) En casa y confinado… ¡Supongo que en la misma situación que casi todo el planeta!

2) Es muy difícil prever nada en esta situación. Es completamente inédita, cambiante a cada minuto, lo que hace complicadísimo hacer predicciones. En ese sentido, soy muy comprensivo con la clase política que está afrontando este reto. Es algo nuevo para lo que nadie estaba preparado y, peor, cómo se puede resolver. Las soluciones son resultados de prueba y error continuo, por lo que el escenario inmediato es complejo de imaginar. A modo general, es evidente que esta crisis no es comparable a la de 2008: no estamos hablando de una crisis sistémica como aquella, sino de un paro del sistema, un cierre inédito. Evidentemente, el golpe para la economía será brutal, desconocido, pero creo que a parada de burro le seguirá arrancada de caballo, con fuerza. El problema es que cambiará todo: esa arrancada solo podrá ser impulsada por el sector público y el privado más potente, las multinacionales, que pueden aprovechar para fagocitar todo resquicio de competencia, lo que genera no pocas incógnitas.

En lo social, espero que aprendamos todos y descubramos la necesidad de soluciones que favorezcan el mantenimiento de la salud pública, el sentido que tienen conceptos como la renta básica…

En lo cultural es donde veo más problemas: hoy por hoy, el sector cultural español depende profundamente del impulso público –por lo menos en actividades– y es más que probable que, durante un tiempo, todo el esfuerzo inversor público vaya al sector social, desplazando las partidas culturales a ayudas sociales y económicas. Eso implica un auténtico páramo para lo público: estamos viendo cómo casi todas las iniciativas culturales, jornadas, festivales, ferias, etc…, se están retrasando al último trimestre, creando una posible sobresaturación de oferta que no creo que ni llegue a darse ante la pérdida de ayudas públicas, como he comentado antes. Evidentemente, el consumo cultural caerá y para la delicada situación del sector puede ser una puñalada certera. En el caso de actividades culturales, creo que lo más sensato será hacer borrón y cuenta nueva, asumir que el 2020 no ha existido, y empezar a pensar en el 2021. Para la industria cultural, será necesaria una profunda actuación, que tiene que ir de ayudas públicas a campañas para estimular el consumo cultural.

3) Con paciencia y resignación. ¡Intentando que mi hijo no se vuelva ni un loco enjaulado ni un hikikomori pegado a la consola! Afortunadamente, tengo lecturas para diez cuarentenas, pero quiero compaginarlo con aprovechar para terminar de escribir un libro y preparar los materiales online de los cursos que doy en la universidad.

4) Solo animar a la gente a quedarse en casa, ser sensata con las indicaciones y paciente y tolerante: nadie sabe cómo afrontar esta situación y hay que asumir que solo con buena voluntad entre todos y todas podremos pasarla. Y que, cuando acabe todo esto, recuerden que la cultura en todas sus formas (lectura, cómics, películas, música, series…) habrá hecho mucho más leve el confinamiento. Entonces será cuando devolverle a la cultura su generosidad con la misma generosidad.

AMALIO VANACLOCHA (DIRECTOR DE LA GALERÍA VANGAR | VALÈNCIA)

1) Afortunadamente, me encuentro bien. El viernes 13 de marzo fue el último día que estuve en la galería. Desde entonces, en mi casa, en València, cumpliendo con el confinamiento, al tanto de todos los acontecimientos que se van sucediendo y procurando salir lo menos posible.

2) No me gustaría aventurarme, creo que todavía es pronto para sacar conclusiones, pero ya está siendo un duro golpe a todos los niveles. Pienso que, como sociedad, saldremos reforzados de esta crisis. Espero que la situación se alargue lo menos posible y la recuperación sea rápida.

3) Ante todo, de una manera positiva. Alternando trabajo pendiente de la galería y actividades que, desde que inauguré Vangar, el día a día no me permitía. Lecturas como ‘Historias de Nueva York’, del periodista Enric González, o series como ‘Stranger Things’, serán algunas de ellas. Me gustaría, también, visitar algunas de las exposiciones virtuales que están ofreciendo varios museos. Continuaré, en la medida de lo posible, haciendo algo de ejercicio.

4) Mucho ánimo a todas aquellas personas que lo estén pasando mal. Esto también pasará.

ANA RAMÓN RUBIO (CINEASTA | VALÈNCIA)

1) Estoy bien. En nuestra casa, en València, con mi marido y mi perro. De momento, todo en orden.

2) El escenario inmediato, duro, bastante duro. Colas en los supermercados, cierto grado de racionamiento, figuras de autoridad por las calles… Es un escenario irreconocible y, probablemente, toda esta situación se alargue más de lo previsto, pero creo que todos tenemos que ser conscientes de la importancia que tienen nuestras acciones individuales en toda esta crisis y contribuir a que se estabilice lo antes posible.

A medio y largo plazo, creo que el mayor cambio va a ser social. La mayoría de los españoles nos hemos sentido privilegiados e intocables y ahora llega una pandemia que ha cambiado un poco la perspectiva. En parte servirá para que más personas entiendan mejor a quienes vienen a España huyendo de lo que nosotros ahora no tenemos, que es algo tan básico como libertad y seguridad, y también para volver a poner en el punto de mira algo que hay que cuidar ante todo, que es la sanidad pública.

Económicamente, es el sector servicios es el que verdaderamente va a pagar toda esta crisis y el que creo que tardará más en reponerse de ella. La parte buena, tanto para hostelería y turismo como para el ámbito cultural, es que creo que la gente va a salir a la calle con unas ganas increíbles de libertad, de volver a ir a conciertos, al cine, al teatro, a los bares, a viajar… Espero que haya sido un parón temporal, pero que volvamos a nuestras vidas con más ganas que nunca. Creo que, a largo plazo, las cosas volverán a su punto de partida.

3) Yo trabajo mucho en casa, especialmente cuando estoy escribiendo, con lo cual ya estoy acostumbrada a la rutina de lo que ahora estamos llamando “teletrabajo”, pero que para nosotros siempre ha sido “ser guionista”. Lo que me cuesta es el aspecto social: ver a mis amigos, a mi familia, o a cosas tan sencillas como salir a pasear. Normalmente, salgo a andar todos los días mínimo una hora para despejar la mente y ahora me cuesta más concentrarme y trabajar si no lo hago. Además, hay un olor a tristeza en las calles que no ayuda, pero me he propuesto aprovechar esta cuarentena para aprender a tocar la guitarra. Al fin y al cabo, estoy confinada con un músico y cinco guitarras.

4) He de decir que, aunque para mucha gente este es su día 8 de confinamiento, para mí es ya el día 12. Yo tomé la decisión voluntaria de aislarme definitivamente el 11 de marzo, y de semiaislarme otra semana antes. No fui ni a la manifestación del 8M, ni a ninguna mascletá, ni a ningún evento con más de 10 personas desde que todo esto empezó. Mis amigos me decían: “si no te apetece venir, dilo”. No se creían que no iba a los sitios por el COVID-19, pero en casa solemos ver ‘Cuarto Milenio’, que en febrero y principios de marzo era el único espacio en el que se miraba a China, y en el que se avisaba de la situación a la que íbamos a llegar en Europa.

ARÍSTIDES ROSELL (DISEÑADOR, DOCENTE, GALERISTA Y COORDINADOR DE RUSSAFART | VALÈNCIA)

1) Estoy en Russafa, en casa, hace días que no salgo… Aclaro, he salido a Imprevisual Galería para buscar el material de trabajo que necesito para recluirme voluntariamente forzado y trabajar telemáticamente desde el hogar (“Hogar, que no A-Hogar”). Al igual que la mayoría, nunca había vivido una situación similar, algo atípico en todos los sentidos. Muy difícil de digerir. Pero la salud es lo primero.

2) El escenario inmediato es imprevisible, no lo saben ni los que saben. La fuerza de la pandemia hace prever el peor de los escenarios. Las informaciones que llegan (el constante bombardeo informativo) crean un estado general que desconcierta al contexto social; a la vez, crea mucha alarma. A medio plazo, nuestros negocios están cerrados, sin fecha de vuelta a la normalidad. Las galerías, salas de exposiciones, museos, librerías y teatros, todos cerrados. Conciertos cancelados, ferias anuladas (ej.: Feria del Libro), festivales o eventos culturales de relevancia aplazados sin fecha, otros anulados, a lo que se suman las cuantiosas pérdidas económicas y, en consecuencia, la cultura a la cola de la recuperación. Es cierto que muchas iniciativas están en curso y se agradece; la creatividad florece en tiempos difíciles. Conciertos online, bibliotecas virtuales gratis, museos virtuales a nuestra disposición que generan nuevos puentes con la cultura. Ojalá permanezcan en el tiempo, pero, por favor, que no generen nuevas formas de precarización. A largo plazo, creo que saldremos reforzados de esta situación, pero antes habrá que valorar el coste social y económico que va a suponer este tiempo de confinamiento, crisis y salud.

3) En el confinamiento voluntariamente forzoso que estamos obligados a cumplir por orden y fuerza mayor, en pos de la salud individual y colectiva, intento conciliar la calma en todo momento. Disfrutando de la familia, realizando actividades conjuntas, juegos y adelantando trabajo. Las nuevas condiciones laborales han activado el teletrabajo colectivo al que muchos nos hemos sumado, en la docencia sobre todo. En el tiempo que me queda, intento actualizarme con lecturas pendientes, fundamentalmente poesía. Del mismo modo, seguimos trabajando para la próxima edición de Russafart 2020, prevista para el 5, 6 y 7 de junio. Somos optimistas y espero que para esas fechas todo habrá pasado y que los artistas del barrio de Russafa volvamos a abrir los talleres y espacios expositivos para su cita bienal con el público valenciano. Estaremos ansiosos de abrazarles sin temor, eso sí, para contagiarles de cultura.

4) Comentarios o preguntas sin respuestas, etc.: ¿Qué se oculta detrás de esta situación límite? Nueva crisis económica mundial, liderazgo económico, supremacía, no lo sabremos nunca. Con lo cual me quedo con lo más cercano. ¿Qué pasará con la cultura?, ¿qué medidas se tomarán desde la administración local, autonómica o estatal para paliar la crisis que se avecina? Gestionar una crisis sanitaria de tal magnitud y sin precedentes no es fácil, pero de ahí las fortalezas y debilidades de un sistema de gobierno democrático. Deben dar respuesta a todos los sectores que se han visto afectados con medidas que apoyen la reactivación económica y que permitan el reflote sin grandes consecuencias. Y, por desgracia, la cultura está al final de la cola. Espero que esta vez me equivoque o que todo haya sido un sueño.

CARLOS MADRID (DIRECTOR DE CINEMA JOVE – FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE VALÈNCIA | VALÈNCIA)

1) En casa, y teletrabajando en la medida de lo posible.

2) La pregunta es muy general…, pero supongo que una reordenación de prioridades, un aprendizaje, crecimiento en lo personal, otra gestión del tiempo, del aguante, de la paciencia…

Espero que mucha gente aproveche para ejercer un mayor consumo de cultura. Las nuevas tecnologías nos lo ponen muy fácil, así que no hay excusa para leer libros pendientes de nuestra estantería (o versiones que podemos encontrar en PDF o ePub), ver películas, escuchar discos, ver conciertos… Y tampoco debería ser un drama no ver a nuestros amigos presencialmente. El Skype o cualquier modo de videollamada nos viene de perlas. Lo fundamental es adaptarse, hacer una vida lo más normal posible y tener en mente que esto no será para siempre.

En lo político, por lo que observamos, es el momento de ver cómo actúan ciertas personas en momentos de crisis en los que conviene estar unidos. Simplemente, vamos a ver quiénes hacen un ejercicio de responsabilidad y quiénes no.

3) En mi caso, y de momento, puedo hacer la mayoría de gestiones laborales desde casa (en un par de meses, ya veremos…). Aprovechamos, además, para hacer arreglos domésticos pendientes, algo de ejercicio para que los músculos no se atrofien y ver mucho cine (en esto último tampoco cambia mucho la cosa…). Con respecto a lecturas, aprovechando el tiempo libre, estoy acabando el clásico ‘Mientras agonizo’, de Faulkner, y a punto de empezar ‘La vida instrucciones de uso, de Perec. En cuanto a cine, estamos viendo alguna película que se nos escapó el año pasado y que ya se encuentra en alguna plataforma (‘The Souvenir’, de Johanna Hogg, o ‘Martin Eden’, de Pietro Marcello, además de revisitar el clásico ‘La ventana indiscreta’, de Hitchcock, en solidaridad con el pobre James Stewart, confinado seis semanas en su casa y aburriéndose como una ostra…), y, recientemente, hemos visto la serie ‘Heridas abiertas’, protagonizada por la gran Amy Adams, y que recomiendo a todo el mundo.

4) En mi caso, el teletrabajo es una opción, pero para mucha gente no, y esta situación va a implicar un drama económico en poco tiempo. Solo espero que las prometidas ayudas a quien lo necesite se agilicen y podamos estar orgullosos (y tranquilos) de que nuestros impuestos sirvan para lo fundamental y ayuden a quien más sufre.

Por otro lado, lo de quedarse en casa no es opcional. Quien sale a pasear por desafío, chulería o por pensar que la cosa no va con él debería pensar en dar ejemplo a los demás; en que mucha gente lo ve desde sus casas y puede optar por despreocuparse y seguir su ejemplo. Es un ejercicio de responsabilidad que deberíamos seguir todos. No vale con pensar en que las medidas son exageradas o dejan de serlo; hay que pensar en el ejemplo que se da a los demás con nuestras acciones, en tener sentido común y quedarnos en casa.

CARLOS SALAZAR (ARQUITECTO | VALÈNCIA)

1) En casa, con teletrabajo.

2) Una crisis general en todos eso ámbitos de la cual costará salir.

3) Sobre todo, trabajo, y lecturas, música, películas, televisión, redes sociales y teléfono.

4) Cuando pase todo podremos sacar conclusiones y discutir. Ahora solo toca actuar.

CHEMA LÓPEZ (ARTISTA Y PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE PINTURA DE LA FBBAA DE LA UPV | VALÈNCIA)

1) Tras superar el pasado viernes (13 de marzo) la desagradable sensación de estar protagonizando ‘Years and years’, en estos momentos me encuentro muy tranquilo, en modo zen, consciente de que esto va para largo. Estoy en casa, con Marta y nuestro hijo Dani, por tanto, no puedo sentirme mejor acompañado. Lo que peor llevo es estar lejos de mis padres, que, como todos los mayores, son los que se encuentran en peor situación (no voy a entrar en detalles).

2) Las consecuencias son impredecibles; además, no sirve de nada plantear futuribles, las cosas nunca acontecen como imaginamos. Sin embargo, lo que más me preocupa, incluso más que la pandemia, es la inevitable crisis económica y que todo esto se convierta en excusa para un definitivo giro autoritario a nivel global, cosa que, por otra parte, ya se estaba produciendo.

3) Para pasar estos días estoy aprovechando para leer todos esos libros que vas acumulando y que nunca encuentras tiempo para leer. Además del surtido material para las clases (me ha gustado especialmente ‘El ojo y la navaja, el mundo como interfaz’, de Ingrid Guardiola), tengo pendiente una biografía de Otis Redding y acabar el magnífico número de la revista Concreta que Pedro G. Romero ha dirigido sobre gitanos y flamencos. Por otra parte, llevo entre manos tres novelas, ‘Enciclopedia B-S’, de Burucúa, ‘La batalla de Occidente’, de Vuillard, y lo último que han publicado de Lucia Berlin, con un título muy apropiado para estos días: ‘Bienvenida a casa’.

A nivel familiar hemos creado un pequeño cronograma de actividades, no muy rígido, una guía que sirva para crear rutinas a un niño de 11 años encerrado todo el día en casa. Además de las tareas del cole, lecturas varias, sesiones de clásicos del cine (‘Con faldas y a lo loco’, ‘Dos hombres y un destino’, ‘La lengua de las mariposas’, etc.), incluso unas tablas de gimnasia a las que desgraciadamente aún no he tenido tiempo de incorporarme.

4) Para terminar, sigo esperando ansioso y muy atento la anunciada donación de 65 millones a la sanidad pública por parte del rey emérito.

CONCHA ROS (ARTISTA Y PRESIDENTA DE LA DELEGACIÓN TERRITORIAL DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y MURCIA DEL IAC | VALÈNCIA)

1) Estoy en València, en mi casa, con mi hija Julia, mi perro Teo y mi canaria Roxy, que nos alegra las mañanas. Me encuentro en una situación envidiable, la verdad, si pienso en todas las personas que están teniendo que dar la cara para hacer frente al maldito virus…

2) No quiero ser ceniza, pero me temo que el escenario inmediato va a seguir siendo el que ahora mismo es, es decir, el de confinamiento, al menos durante un mes. Ya que estamos haciendo este esfuerzo, este parón tan brusco en nuestras enloquecidas rutinas diarias, deberíamos arremangarnos, mentalizarnos y “hacerlo bien”, eliminando, al menos en un gran porcentaje, la posibilidad de contagio.

Las consecuencias desde el punto de vista social las veremos a medio plazo, pero necesito ser optimista y pensar que esta barbaridad va a servir para espolear conciencias y parar la locura neoliberal en la que estamos (¿estábamos?) inmersas. En el plano cultural…, vislumbro, de nuevo, el desierto… Pero, como comentaba hoy con una amiga, la gente del arte y de la cultura en general tenemos un máster en resiliencia, así que aquí seguiremos cuando todo esto acabe. ¿Lo económico? Sin comentarios. Y respecto a lo político, en estos momentos tan críticos solo le pido a la clase política que trabaje codo con codo, como dice Drexler, para salir de esta distopía en la que nos hemos visto envueltos sin comerlo ni beberlo. ¡O, mejor dicho, sin besarlo ni abrazarlo!

3) Afronto el confinamiento con mucha serenidad, la verdad. En el fondo soy un poco rata de biblioteca y, además, esto me permite charlar más con mi hija, leer, ver cine, ordenar papeles de esos que se amontonan junto al ordenador y, sobre todo, dibujar. ¡Bisogna fare di necessità virtù!

4) Quiero hacer un alegato a favor de la cultura y la educación, dos cosas que para mí son la misma. Está resultando evidente, tras solo unos pocos días de confinamiento, lo importante que es para las personas tener “la cabeza bien amueblada” para poder sobrellevar esta situación, y lo mucho que en ello tiene que ver la presencia de la cultura en el currículo educativo. Saquemos conclusiones y, por encima de todo, pongamos el foco en la empatía y los cuidados.

Aprovechemos la ocasión y humanicémonos de nuevo, por favor.

EDUARDO GUILLOT (DIRECTOR ARTÍSTICO DE MOSTRA DE VALÈNCIA-CINEMA DEL MEDITERRANI | VALÈNCIA)

1) En casa con mi pareja, la mejor compañía posible, encerrados desde que se impuso el confinamiento. Y en permanente comunicación con mis padres, porque ambos viven solos y están en edad de riesgo.

2)
Es una pregunta amplísima, pero diría que las cosas van a cambiar bastante si la situación actual se prolonga. En ámbitos relacionados con la cultura, se están cancelando rodajes y todo tipo de actividades que no siempre se van a poder reubicar en el calendario, lo que afectará a un elevado número de trabajadores, especialmente a los freelance. De hecho, creo que el impacto va a ser más económico que sanitario. A largo plazo, y por cuestiones de agenda, me parece casi imposible que todo lo que se está suspendiendo pueda recuperarse. Y si se hace, la oferta cultural de otoño e invierno será de tal calibre que el consumidor no podrá abarcarla, con las consecuencias que eso puede acarrear. En muchos casos, sería más sensato dar 2020 por perdido (como se rumorea que va a hacer Cannes) y seguir trabajando de cara a 2021, recuperando lo que se pueda y haciendo borrón y cuenta nueva con lo que no. A otros niveles, me encantaría que esta crisis supusiera el colapso definitivo del podrido sistema capitalista, pero me temo que no tendremos esa suerte.

3) Hace poco que se abrió la convocatoria de recepción de películas para la Mostra 2020, que se celebrará en octubre, si todo va bien y la situación se ha normalizado para entonces, por lo que mi teletrabajo está consistiendo, básicamente, en ver cine sin parar. Tenemos ya más de 150 títulos inscritos, así que no tengo tiempo de aburrirme. Además, cuando quito la vista de la pantalla, estoy poniéndome al día con lecturas pendientes, como “Vivir abajo”, de Gustavo Faverón Patriau, o “GB84”, de David Peace.

IÑAKI TORRES (ESCRITOR | ALGORTA, GETXO)

1) En Algorta, de la playa al monte, por calles desiertas como en una novela de Ballard.

2) Cada vez más aislados, en medio de tanta comunicación. Nos gusta pensar que somos independientes, individualistas, cuando la realidad grita lo contrario, que todo está interrelacionado: cualquier interrupción crítica como esta hace que las piezas caigan en un efecto dominó. Estaría bien no perder de vista que todos somos necesarios y estamos mejor juntos, colaborando.

3) Como el aislamiento, sobre todo el forzado, nos habla de lo que estamos hechos, es una buena oportunidad para ver qué es eso: la hoja en blanco.

JOSÉ LUIS MORENO (DIRECTOR ADJUNTO DE AUDIOVISUALES Y CINEMATOGRAFÍA DEL IVC | VALÈNCIA)

1) Seguimos trabajando para que la maquinaria cultural administrativa no pare. En cuanto a salud bien, sin problemas.

2) Va a ser un escenario “apocalíptico”, que se suele decir. Vamos a tener que construir casi desde cero porque las consecuencias económicas para el sector cultural van a ser muy duras. A largo plazo nos recuperaremos, pero tendremos que hacer un sobreesfuerzo cuando pase esta cuarentena. Si todos aportamos, lo lograremos.

3) Será un confinamiento laboral, ya que seguimos trabajando en normativa y convocatorias que afectan al sector audiovisual y que deben publicarse en abril o mayo para no causar más perjuicio al sector.

Dedicaremos tiempo para hacer ejercicios dentro de casa para mantenernos en forma. Y aprovecharé para recuperar películas que nunca tengo tiempo de ver.

4) Mucho ánimo a todo el mundo. De esta saldremos. Ahora mismo hace falta apoyo y solidaridad, y luchar todos juntos contra esta epidemia que no esperábamos.

Mª ÁNGELES FAYOS (GESTORA DEL TEATRO OLYMPIA Y TEATRE TALIA Y PRESIDENTA DE AVETID | VALÈNCIA)

1) Actualmente en casa y conectada por WhatsApp, FaceTime e e-mail.

2) Se ha paralizado todo y es un mazazo económico sin precedentes, porque no solo se han cerrado los teatros, sino que todos los agentes culturales están parados. Va a costar mucho a nivel económico recuperarse. Pero a nivel social estoy gratamente sorprendida, no solo por cómo ha respondido el equipo humano que trabaja en Olympia Metropolitana, arrimando el hombro, sino por las espectadoras y espectadores que están pendientes de aplazamientos de las obras y con una paciencia infinita en las devoluciones. Va a haber un antes y un después del coronavirus.

3) Al principio es difícil parar, pero luego es muy bueno poder estar más tiempo con la familia y, como no estoy mucho en casa, aprovecharé para organizar y leer libros de un tirón, aparte de ver películas y series, sin ir directa al último episodio.

4) Aunque ahora todos estamos muy preocupados, es curioso que muchas propuestas de amigos son siempre culturales y eso indica la importancia que tiene para el ser humano respirar arte, música, teatro, danza… La cultura nos enseña a pensar y a mirar y ver, y la pandemia nos ha llevado a pensar sobre nosotros mismos y a mirarnos a los ojos, los unos a los otros. Debería hacernos más fuertes como sociedad y, si somos capaces de aprender, algo bueno podría quedar de este difícil período.

SILVIA MERCÉ CERVELLÓ (ARTISTA, DOCENTE Y SUBDIRECTORA DEL DEPARTAMENTO DE DIBUJO DE LA FBBA DE LA UMH DE ALTEA, ALICANTE | VALÈNCIA)

1) Vivo en València con mis dos adolescentes, Alejandro y Nacho, en un 2º piso con balcón a la calle, en el Ensanche, y nos quedamos los tres en casa hasta nueva orden.

La única privilegiada que baja por el barrio, dentro de los parámetros permitidos, soy yo. Surrealista, caótico, solidario, contundente y desconcertante es el poso que te deja acercarte a la farmacia o a por productos de necesidad. De puertas adentro, sin horario y a la espera de calendario, o como bien dice una famosa publicidad: “Bienvenidos a la República Bananera de mi Casa”.

2) Desde una mirada expectante, el escenario más inmediato que se nos plantea nos sumerge en una sensación de fragilidad y fuerza, a la vez que no sigue ningún hilo conductor establecido, más allá de una dinámica cambiante por su falta de precedentes, pero con una desbordante capacidad de unión, por aquello de que «la unión hace la fuerza»… Nos encontramos desnudos ante una marea de situaciones nuevas que nos viene grande.

A pesar de la crisis socioeconómica que apunta con fuerza, no dejan de venirme a la cabeza canciones como las que tanto hemos escuchado estos días: ‘Resistiré’, del Dúo Dinámico, o ‘Brindemos por la vida’, de Macaco…; o ‘Gracias a la vida’, que tan bien han interpretado Joan Báez y tantas otras voces.

Gracias al personal sanitario, a todas los que trabajan y reponen en establecimientos alimentarios, a los cuidadores, a quienes están detrás de todas las necesidades para que este planeta siga girando. GRACIAS.

3) Aprovecho para darle cuerpo a mi próxima propuesta artística: ‘Travesía/tránsito’, libros de viajes, como el muy recomendable ‘Viaje al Mekong’, de Javier y Gorka Nart (que terminé ayer), ‘Viajeros por el Conocimiento’, de Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, o lecturas de pensamiento artístico y novelas de escritoras favoritas, como la última de Amy Tan, ‘Recuerdos de un sueño’…

Lo compagino produciendo obra, viendo películas y alguna serie, y, por supuesto, conectándome al mundo del ocio, la cultura y las redes sociales por Internet y móvil. Pero de lo que más disfruto en este confinamiento es de compartir con Alejandro y Nacho opiniones que cruzamos entre comidas y ratitos de los que ellos escapan al mundo del wifi.

4) Amigos, familia y querido mundo: besos voladores y no dejéis de cumplir para hacernos fuertes y de tomar vitaminas para reforzar defensas…

Y… “Quédate en casa”. Nos conectamos esta tarde en los balcones para aplaudir a todos los que batallan en primera línea.

SUSO GIMÉNEZ (NEUMÓLOGO Y COMPOSITOR, GUITARRA ACÚSTICA Y VOCALISTA DE PETIT MAL | VALÈNCIA)

1) Con mi familia en nuestra casa de Burriana. Estamos bien, pero son días de desasosiego. Aunque las cosas por aquí aún no están muy mal, todo puede cambiar rápidamente y alterar nuestras vidas: mi mujer y yo somos médicos.

2) Viendo cómo evolucionan las cosas en Italia, en Madrid…, es difícil ser optimista a corto plazo. Se aproximan meses muy duros en lo profesional. Como neumólogo, tendré que atender en los próximos días a mucha gente que lo estará pasando muy mal y espero estar a la altura.

Las consecuencias de esto son imprevisibles.

En cuanto al futuro, sí que quiero tener cierto optimismo: echando la vista atrás, no hay que olvidar que tras la terrible pandemia de gripe de 1918 y de la Primera Guerra Mundial, con un sufrimiento inimaginable para la población, lograron sobreponerse, y lo que vino después fueron “Los felices años veinte”. Ojalá todo pase y logremos superarlo pronto.

3) El tiempo que no estamos trabajando lo pasamos, efectivamente, confinados en casa, con nuestros hijos, que aún son pequeños. De momento lo llevamos bien, pero me temo que aún quedan muchos días de estar en casa por delante.

Los pocos ratos que no estoy estudiando y formándome para lo que vendrá lo empleo en estar con mis hijos y, si me queda algo de tiempo, en tocar la guitarra intentando relajarme y hacer canciones nuevas. Ahora mismo, mientras escribo esto, estoy escuchando un maravilloso vinilo que adquirí en Discos Amsterdam hace unas semanas: ‘Cry’, de Cigarettes After Sex.

Mi libro de cabecera estos días está siendo ‘Fractura de tibia y peroné’, de Dani Cardona, que está consiguiendo abstraerme algunos ratos de la dura realidad, porque es realmente ameno y divertido.

4) Cada día que pasa queda menos para que esto acabe. Estoy deseoso de volver a la normalidad y de poder abrazar a mis padres, al resto de mi familia, a mis amigos…

Merche Medina