Exposición colectiva
Galería Alba Cabrera
C / Félix Pizcueta, 20. Valencia
Hasta finales de agosto

Mónica Oltra y Manuela Carmena, recién alcanzado el poder en Valencia y Madrid, ya se codean con grandes monarcas. Al menos en la galería Alba Cabrera, donde Javier Marisco las incluye en su serie de ilustres personajes bajo el título de M Onarchy. Ejerciendo el papel de los antiguos pintores de corte (Velázquez, Rubens o Goya), Marisco superpone imágenes para construir mediante dispositivo LED retratos poliédricos de reyes y reinas de once monarquías. Oltra y Carmena se cuelan entre ellas, como representantes del poder plebeyo.

Javier Marisco ante sus obras LED de Mónica Oltra y Manuela Carmena, en la galería Alba Cabrera. Cortesía del autor.
Javier Marisco ante sus obras LED de Mónica Oltra y Manuela Carmena, en la galería Alba Cabrera. Cortesía del autor.

Se trata de “dibujos sueltos” sobre metacrilato, realizados a partir de “imágenes de revistas” como “reflejo de personajes públicos”. Con un estilo de línea de calco y en papel cuché, Marisco superpone en una misma imagen tres generaciones dinásticas que, en el caso de España, representarían la Reina Sofía, Doña Letizia y su hija Leonor. También ilustra las líneas sucesorias de Inglaterra, Holanda, Bélgica o el “presidencialismo eterno” de Corea del Norte. “Me apetecía ponerme en la situación de aquellos pintores de la corte”. De hecho, en una de las obras aparece él mismo retratado igualmente por triplicado.

Más que una crítica a la monarquía (“aunque los dibujos sean frívolos”), a Marisco le interesaba el rastro pictórico de quien realiza su trabajo por encargo del poder, en tiempos siempre difíciles para el artista que intenta avanzar por libre. La galería Alba Cabrera acoge, además de la obra de Javier Marisco, la de otros seis artistas, cuyas obras poseen un mismo trasfondo crítico, siempre supeditado a cierta visión poética de la realidad. Como son los casos de María Albero-Maestre y CoRTarcabezas (Toño FM y Raúl Lago).

Obra de María Albero.
Obra de María Albero-Maestre en la exposición colectiva de Alba Cabrera, por cortesía de la galería.

Bajo el título de Coordenadas de ausencia, Albero-Maestre se sirve de diferentes tejidos y de hojas que encuentra por las montañas de Biar, su pueblo natal, para hablar del dolor que provoca la pérdida de seres queridos. “La gente me dice que la obra es alegre y yo no la veo así”. Los colores otoñales, siendo amables, remiten precisamente a ese ocaso estacional de la luz que poco a poco se esconde y desaparece. Materiales orgánicos que aluden a su vez al trabajo del bordado caracterizado como femenino. “Lo hacían mujeres que para nada eran frágiles”. Esa fragilidad sin duda resistente es la que Albero-Maestre muestra en Alba Cabrera como “expresión visual de lo que no alcanza a decir las palabras”. En suma: “Apelo a la emoción”.

Obra de CoRTarcabezas en la colectiva de Alba Cabrera, por cortesía de la galería.
Obra de CoRTarcabezas en la colectiva de Alba Cabrera, por cortesía de la galería.

Toño FM afirma que lo de CoRTarcabezas, nombre con el que se presentan él y Raúl Lago, “no está planteado como algo violento”. De hecho, la utilización del infinitivo conecta, según su comisaria Ania González, “con la acción viva del lenguaje, que recorta y monta para construir diversos significados”. A la manera de Josep Renau o Martha Rossler (recién expuestos en el IVAM), CoRTarcabezas utiliza la técnica del collage para criticar aspectos denigrantes de la realidad mediantes contrastes de imágenes de gran potencia visual. “Son paradojas del mundo contemporáneo”, subraya Toño.

La exposición colectiva que hasta mediados de septiembre permanecerá en Alba Cabrera la completan los trabajos de Lourdes Fisa, Jacinto Moros, Marga García Polanco y Carmen Baena. Mónica Oltra, invitada al pase de prensa, todavía tiene tiempo de contemplar el que quizás sea su primer retrato público en el marco de una singular muestra de jóvenes artistas.

Salva Torres