Miguel Milá
Feria Hábitat de Valencia
Miércoles 20 de septiembre de 2017

Llegó sin apenas hacer ruido, pero al fin llegó. El pasado 20 de septiembre tenía lugar el esperado encuentro con Miguel Milá (Barcelona, 1931) en el Espacio Nude, habilitado entre los pabellones que han conformado la última edición de la Feria Hábitat en Valencia.

Muchos de los congregados, en buena parte jóvenes estudiantes, escucharon con atención el relato que Miguel Milá, Premio Nacional de Diseño de 1987, hizo de su paso por la profesión; a través de él pudimos comprobar una vez más la sólida sencillez de su ideario.

Lámpara de pie TMM de Miguel Milá. Imagen cortesía de SantaCole.
Lámpara de pie TMM de Miguel Milá. Imagen cortesía de Santa & Cole.

Milá comenzó casi por casualidad a diseñar objetos, principalmente lámparas, tras abandonar los estudios de Arquitectura. El primero de ellos fue la lámpara de espíritu racionalista que le hizo a su tía Nuria en 1956. Algo más tarde la perfeccionó y dio de sí la ya mítica TMC (acrónimo de “Tramo Móvil Cromado”), que con el tiempo se reinventaría en su modelo en madera (TMM; “mi favorita”, según expresó en el encuentro).

De este modo Milá conectaría en aquellos primeros años con el espíritu de una modernidad recuperada que impulsó el Grupo R (formado por arquitectos como Sostres, Bohigas o Moragas, entre otros); y, ya de paso, ayudó a consolidar el diseño industrial español. Más tarde llegaron la fundación del ADI-FAD y otros hitos en forma de premios (unos más sonados que otros) y un reconocimiento que hoy resulta unánime.

Lámpara de pie TMC de Miguel Milá. Imagen cortesía de Santa & Cole.
Lámpara de pie TMC de Miguel Milá. Imagen cortesía de Santa & Cole.

Miguel Milá reflexionó sobre el oficio insistiendo en ideas como la del diálogo con sus mayores -tuvo la fortuna de tratar desde bien temprano a José Antonio Coderch, quien además de influirlo en su manera de trabajar, le encargará su primer trabajo como interiorista; pero también a Federico Correa y a tantas otras figuras destacadas del momento-, o en esas otras que ha ido madurando en su cabeza con el correr del tiempo.

Por ejemplo, sobre su forma de trabajar aún hoy (aunque ya jubilado, lo que dice hacer a otro ritmo): “Yo diseño siempre. Me fijo en todos los defectos que encuentro, trato de corregirlos mentalmente, luego los traduzco en algo”. O sobre la importancia de la estética en el diseño, ya que, según Milá, los objetos con que convivimos nos conforman. Sobre esto último fue tajante: “Todos los objetos que me han rodeado me han hecho como soy”.

A Milá se le considera hoy un clásico. Él se mostró encantado con el calificativo que tantas veces le han dedicado porque ha hecho suya la definición que de “clásico” diera uno de aquellos toreros tan populares y dicharacheros de antaño. Esto es, “aquello que no se puede hacer mejor”. En este aspecto, el de la perfección y la atemporalidad de sus objetos, ha radicado toda su lucha durante más de medio siglo de diseño. Algunos de ellos seguirán acompañándonos durante mucho tiempo.

Miguel Milá. Imagen cortesía de Santa & Cole.
Miguel Milá. Imagen cortesía de Santa & Cole.

Rafa Martínez