Romance, de Polock
Sale publicado el 31 de enero de 2020
Presentación: Sala Stereo (Alicante), el 28 de febrero, y Sala Jerusalem (Valencia), el 29 de febrero

“Somos dinosaurios”. Lo dice Papu Sebastián, cantante, guitarra y compositor de Polock. Lo dice pensando en el tiempo que lleva, pese a su juventud, sacándole chispas a su guitarra para extraer un sonido ligado a su carácter independiente y melodioso. Cumple 12 años al frente de una banda que completan Pablo Silva y Marc Llinares. Dinosauros que, como dejó escrito el paleontólogo Stephen Jay Gould, evolucionaron hasta convertirse en pájaros. De aquellos dinosaurios, que empezaron con el disco Getting down from the trees, a estos pájaros que levantan ahora el vuelo con su cuarto álbum Romance, que saldrá publicado el próximo viernes.

“Tengo amigos que dicen que la gente no tiene ni idea de la carretera que hemos hecho. ¡Más carretera que vosotros no se ha comido nadie! Y es verdad. Hemos viajado por todo el mundo, siempre por nuestra cuenta. Hemos estado en Inglaterra, Holanda, Alemania, Francia, Japón”. Precisamente en Japón, cuenta la siguiente anécdota reveladora del impacto causado por el grupo nada más comenzar: “En la mítica tienda Tower Records, coincidiendo con la salida de nuestro primer álbum, sacaron las caretas de la portada y los que trabajaban en esas tiendas las llevaban puestas. Fue muy chulo”.

Portada del disco ‘Romance’, de Polock. Fotografía de Rubén Vega y diseño de Ibán Ramón.

Ahora, después de tantos años cantando en inglés, han decidido publicar Romance con todas las letras en castellano. “Este cambio tiene que ver con un momento vital”. Dice Papu Sebastián que llevaba tiempo anotando cosas en una libreta y que empezó a probar las nuevas canciones ya con estribillos en castellano: “Vi que funcionaba muy bien. Además tenía cosas que decir, después de una ruptura tras muchos años con mi anterior pareja, y me apetecía un cambio. Fue una necesidad propia de cerrar una etapa”.

Le ha resultado complicado dar ese salto, porque la mayor parte de la música que escucha dice que es en inglés. “Me di cuenta que no había grupos en español que tratasen de usar el castellano de una forma melódica”, señala. De ahí que su intención haya sido mantener la esencia de Polock a nivel sonoro, sin perder de vista la voz. “Siempre he tratado de buscar las palabras adecuadas para que melódicamente estuvieran dentro de un registro. De hecho, la gente, cuando ha escuchado los nuevos temas, se queda extrañada porque son en castellano, pero dicen que sigue sonando a Polock”.

A Papu le gusta que las letras de sus canciones sean muy directas. “No soy un escritor que le dé muchas vueltas o de reivindicar algo, sino que procuro concentrarme en lo que al final mueve el mundo, que es el amor”. Por esos sus temas hablan de relaciones personales y de momentos de su vida durante estos años con Polock. “Son directas y comprensibles para el público, porque son reales y nacen de vivencias. Cada canción tiene mucha entidad”. Y puestos a buscarle un compromiso a sus letras, él lo tiene claro: “Has de estar comprometido contigo mismo, con lo que quieres expresar y con cómo quieres sonar y verte en el mundo. ¡Más comprometido que contigo mismo no se puede estar!”.

El título de su cuarto álbum alude a cierta visión romántica de la existencia. “Romance es una palabra en desuso”, subraya, pero que “expresa muy bien el contenido de todas las letras”. “Son vivencias y al final cada uno puede meterse en ese mundo del idilio y de las sensaciones cuando estás conociendo a alguien. Son como diferentes historias”. Historias desenfadadas, a tono con el espíritu del videoclip promocional del disco. “Queríamos hacer un homenaje a los primeros videoclips de la televisión de los 80 y 90, con ese aire un poco psicodélico y un tratamiento muy manual. Muy de ir por casa, pero con mucha gracia”.

Dice que han “sobreproducido” muchos discos, metiendo en ellos “un montón de capas”, como si estuviera aludiendo al mismísimo Jackson Pollock, de sonoridad autobiográfica. “La pintura tiene una vida propia. Yo trato de dejar que aflore”, decía el pintor estadounidense. Como él, Papu ha pretendido que este último álbum “fuera más directo, que predominasen una o dos líneas de melodía. Ser mucho más claros en ese sentido y sonar más a banda en directo”.

Papu Sebastián. Fotografía de Alfonso Calza.

Tienen pensado sacar una edición limitada de 100 copias de Romance, “cada una con su pegatina, todo hecho a mano”. Cuando tengan las copias de CD ya distribuidas, quieren sacar vinilos, sobre todo para vender en los conciertos. “Ya lo hicimos con Magnetic Overload [su anterior trabajo]”, asegura Sebastián, para quien el vinilo ha resurgido: “Se ha convertido en un objeto de culto. Lo mismo sucede con los libros. Las editoriales están también ahondando mucho en el diseño, los materiales, el lomo, y al final prefieres tener un buen libro en papel, que tenerlo en una Tablet, donde todos los libros son iguales”.

Papu Sebastián ha introducido el boxeo en su rutina diaria. “Llevo boxeando desde hace dos años y pico. Ha sido mi manera mental de estar en tierra, sano y bien conmigo”. ¿Conexiones del boxeo con la música? “Pues de igual manera que uno se protege en el boxeo con la guardia, te proteges también escribiendo”. ¿Protegerte de qué? “De los golpes que te dan algunas personas y de las inclemencias de la vida, para que no te afecten más de lo normal”. Y añade: “El boxeo tiene mucho más que ver con saber moverte y protegerte, que con saber golpear muy fuerte. Es mucho más estratégico de lo que la gente se piensa”. Polock en estado puro.