When emptiness wears a dot of true red de Maria Anwander
Seeing is not believing de Ting Ting Cheng
Galería Luis Adelantado
C/ Bonaire, 6. Valencia
Inauguración: el 29 de noviembre 2013
Hasta el 16 de enero 2014

La galería Luis Adelantado de Valencia estrena este viernes dos exposiciones individuales de las artistas Maria Anwander y Ting Ting Cheng.

La primera exposición, titulada When emptiness wears a dot of true red (Cuando el vacío viene con un punto de rojo verdadero),  está compuesta de varias obras nuevas creadas para el espacio de la galería, ubicadas en dos de sus salas. Usando diferentes técnicas artísticas que incluyen la escultura, el objeto o el dibujo, la austriaca Maria Anwander cuestiona en sus proyectos, principalmente, la autenticidad de las obras de arte, y a su vez, polemiza con la brecha existente entre el mercado del arte y el artista como creador. En lugar de dar refinadas respuestas didácticas, sus obras muestran el proceso formal de sus investigaciones: memorias y archivos en forma de texto, que por su anticipación, evocan imágenes en la mente del espectador. En sus últimos trabajos, la propiedad, la autoría y el apropiacionismo, junto a la desmaterialización y a la desconstrucción de las obras,son el caldo de cultivo para la creación de sus proyectos.

En la primera sala Anwander nos muestra dibujos con los nombres de las distintas marcas de maquillajes y sus códigos específicos de color, pintados a su vez con el propio maquillaje. Uno de ellos, llamado “Rojo verdadero” puede ser visto en relación al IKB (International Klein Blue) que hace referencia al azul monocromo usado por el artista Yves Klein en sus trabajos. Anwander cuestiona de esta manera la estrategia económica de las grandes marcas de lujo comparándola con la práctica del negocio del arte que opera con los iconos del siglo XX.

French Kiss. Maria Anwander. Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado
Maria Anwander. French Kiss. Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado

Junto con los dibujos, la artista nos presenta bustos masculinos de personajes relevantes de la historia, acicalados con maquillajes de marcas de lujo, cuestionando el poder masculino en nuestra sociedad. El maquillaje le da a los bustos un aspecto de travestidos, término que viene del teatro, cuando los hombres tenían que adoptar las características físicas para hacer de mujeres en las representaciones, y a su vez también nos hace referencia a la idea de máscara, para esconder o ensalzar una parte del ser enmascarado. Delante de los bustos se nos plantea la siguiente pregunta: ¿Qué hubiera pasado en nuestra sociedad e historia si las líderes femeninas hubieran tenido más oportunidades desde el principio de la humanidad, considerando a su vez las encuestas y estadísticas que muestran que muchas más mujeres votan por partidos que tienen preocupaciones sociales y humanitarias, comparadas con los votantes masculinos cuyo porcentaje está más interesado en partidos populistas y que condenan los derechos humanos? A su vez, los bustos son una representación carnavalesca donde la sátira y la burla juegan un papel importante en la transformación de los bustos a modo de gamberrada pueril.

En la segunda sala, donde continúa su exposición, encontraremos una habitación que parece olvidada, casi vacía a primera vista pero, con una mirada más detenida, el espectador puede observar un pedestal, siendo esta misma la obra de arte. El pequeño texto de la cartela (Sin título / 2013 / 110 x 40 x 40,4 cm /compuesto mineral acrílico), con sólo información del material y las medidas, junto con el pedestal, revelan la obra. Aludiendo al trabajo de Piero Manzoni, el mundo entero en un pedestal, Anwander le da una vuelta más y crea una pieza donde el espectador puede imaginarse cualquier cosa del mundo puesta en él, o reflejada en las convenciones de las representaciones del arte, como hizo Arthur C. Danto, reflejando que marcos, vitrinas y escenarios son fronteras que permiten al espectador (que está dentro de las convenciones) reaccionar ante las obras como si no fueran solo una copia de la realidad. Anwander añade el cartel curatorial que juega un importante rol en su obra, hacia estas fronteras.

En el mismo espacio se puede reconocer otra obra, The sun is shining but not in this room (El sol está brillando pero no en esta sala), donde se dibuja un haz de luz con polvo de mármol, presentando el título de la pieza como reflejo de la propia luz. Su cuestionamiento del arte contemporáneo en la historia y de la presencia visible o invisible de la mujer en todos esos roles, aprendidos o reprimidos, serán los temas que nos presenta en esta exposición con una gran seguridad y una enorme rotundidad.

The sun is shining but not in this room.
Maria Anwander. The sun is shining but not in this room. 2013.                             Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado.

Con formación en el mundo de la fotografía, la artista taiwanesa Ting Ting Cheng ha sabido captar y transmitir en sus proyectos el lenguaje como símbolo de identidad, examinando la comunicación entre las diferentes culturas, mostrando en sus obras connotaciones ocultas que a la vez parecen evidentes a nuestra razón. Jugando con la sátira transforma el contexto de lo representado.

En Seeing is not believing (Ver no es creer), nos hace reflexionar sobre el juego de percepción al que vamos a asistir mediante fotografías de paisajes, de libros o de plantas, dándonos a entender que lo que veremos no siempre será lo que se creía.

La exposición incluye cuatro proyectos fotográficos: Doppelgängers (We are those who represent us / (Qué son quiénes nos representan), KUNST (This is what we do / Esto es lo que hacemos), Mountains [de las series Robert Story (Lonely Planet Taiwan)] y I judge a book by its cover (Juzgo un libro por su cubierta).

Doppelgängers (We are those who represent us):
Doppelgängers es una palabra alemana que hace referencia al doble paranormal de una persona viva que se percibe como una forma siniestra con indicaciones o augurios de mala suerte. En esta serie Cheng fotografía plantas de interior desafiando la línea entre lo natural y lo artificial, confrontando imágenes de plantas reales con copias artificiales. Siendo las plantas de interior la forma más común de naturaleza viva en la vida urbana, al llevar al mismo nivel la copia y el original, Cheng nos hace plantearnos cuestiones tales como el valor de lo real, el intercambio de roles o la copia como modelo perfeccionado de la realidad.

Ting Ting Cheng. Doppelganger. 2013.  Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado

En KUNST (This is what we do / Esto es lo que hacemos), Cheng coleccionó información relacionada con el arte, como folletos, planos de galerías, información de exposiciones…, clasificándolos de manera característica: por orden alfabético, por fecha, por código postal, por tamaño, con o sin la palabra “kunst”,…etc.

De su proyecto de investigación Robert Storey (Lonely Planet Taiwan) nace la serie Mountains, donde la artista estudia ediciones de guías de turismo sobre Taiwán escritas en inglés desde el año 1981. En ellas se examina la transformación de la sociedad, mediante la identidad y la política del país, y la relación oscilante que existe entre Oriente y Occidente, explorando así su propia identidad. Cheng recoge imágenes de las guías de montañas rodeadas por nubes y niebla, y a su vez, acompañadas por árboles que forman un prototipo exótico y romántico semejante al de la pintura china de paisaje. Sin embargo, todas las montañas no tienen su nombre propio, ya que la artista, original de Taiwán, no puede reconocerlas con exactitud a pesar de encontrarse en su territorio. Aquí, la generalización del término “Asiáticos” surge para entrar dentro del juego de la discusión y ofrecer diversificación de opiniones.

El proyecto I judge a book by its cover (Juzgo un libro por su cubierta) explora las relaciones entre la lengua, la identidad y lo extraño. En esta serie, Cheng fotografía libros en diferentes idiomas, apilados uno encima de otro sin posibilidad de ver sus títulos. Aparte de la pista en los títulos (Spanish books, Chinese books, etc..), se desconoce en qué idioma están escritos. Eligiendo al azar libros en lenguas extranjeras, la artista posiciona a modo de ‘outsider cultural’, el que ‘juzgues un libro por su cubierta’, dándole el significado de la distancia existente entre las diferentes culturas y cómo influyen en la nacionalidad y en la identidad de uno mismo. Por otra parte, los libros han perdido su función y pasan a convertirse en una estatua, una moraleja de la Torre de Babel, simbolizando la divergencia y la barrera creada por los diferentes idiomas.

En Doppelgängers, la línea existente entre lo artificial y lo real es borrosa, estamos sorprendidos por el déjà vu de la dualidad. En KUNST sólo la objetividad de los folletos es relevante, mientras que la información interior permanece en un plano oculto de cara al espectador al igual que en I judge a book by its cover. En Mountains se explora la fachada de la cultura creada por la industria del turismo a través de las guías. Todos los proyectos pretenden examinar nuestra percepción, recepción y distorsión de la realidad. Lo que vemos ya no es lo que debemos creer.

Mountains. Ting Ting Cheng. Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado
Ting Ting Cheng. Mountains. 2013. Imagen cortesía de la galería Luis Adelantado