Los secretos de la señorita Isbel de Isbel Messeguer
Galería Kessler-Battaglia
Pasaje Giner, 2, Plaza de la Reina, Valencia.
Desde el 29 de Noviembre
Hasta el 14 de Diciembre.

Los secretos de la artista Isbel Messeguer.

“La forma de andar, la voz, el aroma que emana el cuerpo o ciertas partes del cuerpo, el odor di femina, resultan importantes y se convierte en causa de una atracción irresistible, como también muchas veces de un rechazo invencible. ¡Cuánto puede un vestido que da plasticidad a los encantos del cuerpo, que hace el pie chico, la cintura esbelta y la cadera opulenta! ¡El apetito que puede despertar la indumentaria, la tela, el corte del vestido, la obra del modisto! Estamos en un camino que no conduce solamente al fetichismo de ciertas partes del cuerpo, sino también al fetichismo de la vestimenta y al de las telas y que, en suma, lleva del fetichismo fisiológico al patológico.”
Eulenburg. Über Sexualle Perversionem (1914)

“Es el perfecto uso de este misterio lo que constituye el símbolo: evocar paso a paso un objeto para mostrar un estado de ánimo, o, a la inversa, escoger un objeto y extraer de él un estado de ánimo, a través de una serie de desciframiento”
Mallarmé (1891)

 

Srta. es término de cortesía que se aplica a hijas de personas de representación y damas solteras y que también se aplica a maestras, profesoras y a otras mujeres que desempeñan algún servicio, incluyendo aquí, aunque más ocasionalmente, los de dudosa moralidad. Por otra parte Srta. Pepis es la supuesta creadora de unos maletines de maquillaje infantil que hicieron furor en los 60 y 70.

Así, Los secretos de la Srta. Isbel presentada esta quincena en la pequeña y recoleta Galería Kessler Battaglia es una suerte de cámara o camerino entre el escaparate y la instalación, donde la profesora de Proyectos de Moulage Isbel Messeguer, coloca un provocador conjunto de objetos de tocador: fotografías y espejos, peluches y collares, dibujos, palabras, caligrafías y autógrafos, que habrán de ser complementadas en loor de la autora con una pasarela de temática isabelina, denominada Desfile Performance Mami Club que tendrá lugar el día de la inauguración entre nubes de almizcle marroquí y un pequeño número de amigos, admiradores, discípulos, devotos, imitadores y alter egos que imaginamos más bien atónita multitud.

La tarjeta simula ser una foto arrancada de una libreta escolar, en la que detrás de la información puntual, lugar, fecha, etc, aparece el espaldar orondo y mollar de la propia modista. El hombro marcado con los azules desteñidos de un tatuaje, picassiano y grotesco, contrasta con la silueta simétrica de una mujer, joven y morena, que esta vez desnuda un hombro virginal, sin mácula. Se trata esta vez del famoso cuadro de Salvador Dalí muchacha de espalda, que retrataba a su hermana Ana María a la edad de 17 años. Aquí está situado en último término, en el pasado, como una imagen de la entereza perdida. Se trata también de una declaración de principios.

Fotógrafa Eva Mañez. Fotografía por cortesía de la Galería.
Fotógrafa Eva Mañez. Fotografía por cortesía de la Galería.

Isbel Messeguer Talens con casa en Les Palmeretes, nació en Sueca en 1964, y en el esplendor de los 80, aún como estudiante, pudo a la vez interesarse por las historietas del Dadaísmo, el pene minúsculo de Dalí, y los prometedores intentos por parte de políticos y empresarios de apuntalar, a través del IMPIVA y las Ferias de Muestras, algo así como un sector industrial potente de moda valenciana. Ahora es una profesional más que competente emperrada en hacer una tesis doctoral sobre la minifalda. Pero la estupenda rubia que yo conocí, henchida de amores, alegría y confianza, inició muy pronto una serie de exposiciones autobiográficas, desde Isbelín (Postpos 1989) a la que ahora comentamos, pasando por Amor Reciclado, cualquiera diría que esto es una
instalación pero es la antología de mi vida hecha de todo corazón (La Llotgeta 2002) y otras muy similares.

Quiero decir con esto que la autora se ha ocupado regular y sistemáticamente de construir un personaje excesivo y sentimental, rebosante de apetitos maternales y que paradójicamente ha carecido, al menos hasta ahora, de misterio. ¡Pero si las cosas de Isbel las sabe todo el mundo! Sin embargo la fabulación ha ido subiendo de tono e incluye ahora fotografías de mujeres humilladas y poseidas, fantasmas que no saben que lo son, y una pequeña prole de muñecos que cobra vida cuando cierra la galería.

Un primer problema sería saber sí este salto cualitativo, desde lo cursi a lo casi siniestro, responde a razones biográficas, a una mayor familiaridad con algunas subcorrientes contemporáneas (arte del cuerpo, arte feminista, de género, queer…) o a la lectura o relectura de fuentes freudianas, o postfreudianas, con las que estas tendencias comparten el mismo diagnóstico respecto a la no-unidad de la conciencia, la enajenación del cuerpo, la perversidad estructural de la familia, y en general sobre la futilidad de la cultura.

Es verdad que los tiempos no están siendo muy buenos, así que será mejor acudir a la fiesta. Los secretos de la Srta. Isbel son los secretos de toda creación.

Luis Armand