Inocentes, García de Marina
Sala de exposiciones La Lonja del Pescado
Paseo Almirante Julio Guillén Tato, Alicante 
Hasta el 23 de febrero de 2020

La puesta en valor del objeto como obra de arte no es una novedad en la práctica artística, pero quizá sí la pausa que implica el fotografiar y observar detenidamente, hallando y construyendo el valor oculto en la poética del objeto. Esta sensación se potencia más aún si tras cada componente fotografiado existe una historia sobre los derechos humanos. ‘Inocentes’ son 48 historias que se van descubriendo a lo largo del recorrido expositivo. El número 48, al igual que el año en el que se firma la Declaración Universal de Derechos Humanos, es también significativo. El ser humano como mercancía, el maltrato a lo mujer, las limpiezas étnicas, intolerancias, xenofobias, abusos de poder… La interrupción del derecho humano intrínseco al ser y que se vulnera, desgraciadamente, en cualquier momento y en cualquier parte del mundo.

García de Marina trabaja la composición dentro de una estética muy apurada. El fondo neutro ayuda a mejorar esa concepción del objeto y centra en el espectador la capacidad de las lecturas posibles. El placer de observar el objeto casi pulido gracias al ojo experto detrás del disparo, se complementa con la nada arbitraria elección del elemento. Y a pesar de ese trabajo de imagen, refinado hasta casi el extremo, García de Marina no se olvida de la palabra, el diálogo o la historia. 

Panorámica de la exposición ‘Inocentes’ de García de Marina. Fotografía: María Ramis.

El simbolismo transmitido hace que no se focalice en la crudeza de la vulneración del derecho, no hay imágenes crudas, no son necesarias. Mostrando solamente el recuerdo o la transgresión intuida a través de la imagen, García de Marina ha querido subrayar la atemporalidad de las historias. Situaciones que se repiten a lo largo de la historia, que se denuncian y olvidan para que vuelvan a producirse. Son precisamente las piezas del ajedrez elegido las que claramente dignifican la vulnerabilidad del ser humano. Piezas de ajedrez en solitario se contraponen con aquellas representaciones masivas, una metáfora perfecta del panorama comunicativo actual donde la información voraz nos arrastra y nos recuerda que tras la pantalla solo parece existir soledad. 

José Luis Argüelles caracteriza la obra de García de Marina como “raras metáforas de lo cotidiano” en el catálogo de la exposición ‘Dialo2’, donde de nuevo la palabra – esta vez la del poeta Joan Brossa-, se entrelaza con la simbología del fotógrafo. En el caso de ‘Inocentes’ esa cotidianeidad deja paso a la crudeza que se plasma con la interacción con otros elementos: el hielo como base y altar de un peón, las pinzas de batería que conectan dos peones de bandos contrarios o la aguja hilvanada que atraviesa la superficie de otra figura idéntica. En resumen, un panorama que pudiera parecer desolador pero que también induce al agradecimiento, al repensar la actualidad desde una perspectiva crítica y sobre todo estimula la transmisión de conocimiento en un golpe de imagen sobria y enérgica. 

Panorámica de la exposición ‘Inocentes’ de García de Marina. Fotografía: María Ramis.

María Ramis.