Xavier Arenós. La presencia y la ausencia
IVAM
C / Guillem de Castro, 117. Valencia
Hasta el 7 de mayo de 2017

“No me interesa la visión idealizada de la República”, advirtió Xavier Arenós (Vila-real, 1968). Su trabajo pone el acento en ese periodo, durante el cual Valencia fue precisamente capital de la Segunda República, para “dialogar con los fantasmas que produce todo trauma”. He ahí, sintetizada, la tarea que se impone el artista una vez decide explorar las tensiones de tan controvertida etapa. Y lo hace indagando en ese pasado, en “el peso que tiene en nosotros”, con el fin de reconocerlo “para que la historia no se repita”. De manera que la exposición ‘La presencia y la ausencia’, que permanecerá en el IVAM hasta el 7 de mayo, “no es histórica, sino una reflexión sobre el pasado”.

Y la reflexión de Arenós es exhaustiva y diríase que arqueológica. Toma como puntos de partida el Pabellón Español para la Exposición Internacional de París y el Instituto para Obreros de Valencia, para rastrear en sus respectivas memorias mediante un profundo trabajo archivístico. Trabajo que hace aflorar a través de las siete piezas de la exposición, y una octava que será el propio catálogo, esos fantasmas que él libera para dar cuenta del trauma que supuso la República española. “El buenismo que idealiza la República me obligaba a reflexionar”, dijo.

La presencia y la ausencia, de Xavier Arenós. Imagen cortesía del IVAM.
La presencia y la ausencia, de Xavier Arenós. Imagen cortesía del IVAM.

La Galería 6 del IVAM pone en relación los espacios dedicados a la rememoración del Pabellón Español y del Instituto Obrero. Arenós los recorrió subrayando las tensiones detectadas durante su labor arqueológica. Así, del primero de los lugares destacó la escultura de Alberto Sánchez, ubicada entonces en el exterior del pabellón, cuyo título ya era elocuente: El Pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella. “Estrella comunista que se asemeja a un nicho mortuorio”, agregó. De manera que la relación entre la utopía y su siniestro correlato una vez materializada se hacía evidente en esta primera pieza Promenade (et promesse).

Con Tensegridad roja y blanca, Arenós prosigue en su indagación mostrando tres columnas similares a las que soportaban el Pabellón Español. Un “juego de tensiones” metaforizado en esa “composición constructivista” formada por pilares rojos y blancos, a modo de conflicto entre las fuerzas de izquierda de entonces. Peana para tres banderas viene a ser una réplica del cubículo que albergó los mástiles de las tres banderas republicana, catalana y vasca. De nuevo lo arqueológico (“barco varado”) ligado con lo tétrico (“parece un féretro”). Y de nuevo la crítica del artista: “Incluso en la más loable y justa de las luchas, las banderas imponen la obediencia y el acatamiento de la soberanía nacional por encima de la personal”.

Una composición de 24 dibujos remite a las sillas de la época sobre las que se sentaron ilustres como Max Aub, Josep Renau o Luis Lacasa, sirviendo de memoria de los exiliados. Las huellas impresas han sido obtenidas mediante la técnica del frottage, recogiendo la sombra que deja lápiz al presionarlo sobre las cuerdas de la silla. Violencia, derrota y soledad en el marco épico del Pabellón Español.

Obra de Xavier Arenós en 'La presencia y la ausencia', que se expone en el IVAM.
Obra de Xavier Arenós en ‘La presencia y la ausencia’, que se expone en el IVAM.

Las piezas que tienen que ver con el Instituto Obrero, paradigma de la innovación pedagógica y herramienta de emancipación educativa, también revelan idénticas tensiones. “Se les da a los obreros por primera vez la posibilidad de estudiar, pero hay al mismo tiempo un adoctrinamiento y un montaje político de propaganda”, subrayó Arenós. Las franjas rojas y negras de la CNT, antaño símbolo de la resistencia contra el franquismo, envuelven el perímetro superior de la Galería 6 ahora “como algo decorativo, minimalista e inocuo”.

La estrella de cinco puntas da igualmente pie a la evocación del símbolo transformado en banco de madera “irregular e imperfecto”, mientras en Arco voltaico se reproduce un antiguo pupitre que queda como esqueleto y reflejo del marco de un antiguo libro de Ruedo Ibérico, editorial fundada por exiliados españoles. “No me gusta hablar de la República a partir del blanco y el negro; sintonizo con ella pero hubo aspectos que no me gustan, porque hubo cierto cainismo”. Y Arenós insistió: “Me interesa el pasado para reactivarlo y aprender de él”.

Xavier Arenós en su exposición 'La presencia y la ausencia'. Imagen cortesía del IVAM.
Xavier Arenós en su exposición ‘La presencia y la ausencia’. Imagen cortesía del IVAM.

Salva Torres