PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo
Comisariada por David G. Torres
Artium. Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo
Frantzia Kalea, 24. Vitoria
Hasta el 31 de enero de 2016

Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, presenta la exposición PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo  en su Sala Norte hasta el 31 de enero. Comisariada por David G. Torres, la muestra pretende poner de manifiesto cómo en el arte actual, “más allá de divisiones entre artistas y tendencias, hay un ruido rabioso que une a muchos creadores” y que la actitud punk sigue presente en la producción artística contemporánea.

La exposición cuenta con más de 50 artistas internacionales y más de 60 obras de las más diversas técnicas: fotografía, vídeo, pintura, instalación, escultura y documentos, entre otros objetos. La inauguración el pasado 23 de octubre contó con una performance de João Onofre con la colaboración de la banda de death metal Sorgerth, además de un concierto del grupo Piztu Punk!. PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo es una producción de Artium y el Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles, comisariada por David G. Torres y patrocinada en Vitoria-Gasteiz por la Diputación Foral de Álava.

Obra de Jean Michel Basquiat en 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Obra de Jean Michel Basquiat en ‘Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

El punk como movimiento musical conoció una breve e intensa explosión en la segunda mitad de los años 70 del pasado siglo. Sin embargo, el punk como “manifestación de de la incomodidad frente al sistema económico, político, social y cultural”, tal y como lo define David G. Torres, es una actitud “hecha de rabia, velocidad, ruido, incorrección, inconformismo, anti, negación, oposición o provocación que recorre el siglo XX, que se estira más allá de los 70, más allá del contexto anglosajón y más allá de la escena musical“.

Los ecos de la actitud punk se pueden rastrear, antes de su eclosión, en movimientos como el dadaísmo o el situacionismo, pero sobre todo, y tal y como muestra la exposición, siguen vivos y son un referente en el arte contemporáneo. “Los motivos que llevan a la insatisfacción, el inconformismo, la pérdida de fe en el progreso o la crítica feroz a los iconos del sistema económico y social siguen vigentes y son intrínsecos a la práctica de muchos artistas”.

Obra de Carlos Aires en 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Obra de Carlos Aires en ‘Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

Seis espacios

La exposición PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo ocupa los 1.500 metros cuadrados de la Sala Norte de Artium organizada en seis ámbitos conceptuales distintos. El primero está vinculado a la importancia de la superficie en el movimiento punk: la moda, el diseño y el aspecto exterior como medios para hacer frente al convencionalismo. Esa influencia se ve en la recuperación de eslóganes, canciones y personajes, en el recurso al feísmo y el mal diseño, y en el uso del ruido y la música punk por artistas como João Onofre, Pepo Salazar, Jamie Reid, Carlos Aires o Dan Graham.

Fotografía de Jordi Colomer en 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Fotografía de Jordi Colomer en ‘Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

El punk reclama un espacio para la diferencia ante una sociedad que impone límites y que deja escasas salidas. La alienación, el gore, lo psicótico, eran recurrentes en la escena punk y han sido elementos presentes en las obras de Martin Kippenberger, Paul McCarthy, Raymond Pettibon, Santiago Sierra o Jordi Colomer, como se ve en el segundo de los espacios de la exposición.

Obra de Pepo Salazar en 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Obra de Pepo Salazar en ‘Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

Por otro lado, el punk como respuesta violenta a un sistema que considera violento encuentra ecos en obras de Jean Michel Basquiat, Jimmie Durham, Nan Goldin, Chris Burden, Claire Fontaine o Pepo Salazar. A continuación, la muestra alude a la vinculación de muchos de los protagonistas de este movimiento con el anarquismo. Su huella es uno de los elementos más identificativos del punk y configura una actitud presente en el arte contemporáneo, como puede comprobarse en piezas de Federico Solmi, Claire Fontaine, Juan Pérez Agirregoikoa, Tere Recarens o Itziar Okariz.

Obra de Chiara Fumai en 'Punk. Rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Obra de Chiara Fumai en ‘Punk. Rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

Como recuerda David G. Torres, “elcontexto en el que surge el punk en la década de los setenta está marcado por el terrorismo y las acciones violentas”. El quinto espacio de la muestra revela esta marca en obras de DETEXT, Chiara Fumai, Mabel Palacín, Tony Cokes, Christoph Draeger o Joan Morey.

Obra de Guerrilla Girls en 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'. Imagen cortesía de Artium.
Obra de Guerrilla Girls en ‘Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo’. Imagen cortesía de Artium.

La exposición se cierra con un grupo de obras que hacen referencia al sexo, muy presente en todo el movimiento punk como reivindicación libertaria. La referencia al sexo como denuncia, como reivindicación o como arma para recuperar el sarcasmo se encuentra presente en estas piezas de Guerrilla Girls, Tracey Emin, Raisa Maudit o María Pratts.