12ª Bienal Martínez Guerricabeitia
Avaricia omnium malorum radix
Sala Acadèmia de La Nau de la Universitat de València
Hasta el 30 de marzo

Hace 25 años cayó el muro de Berlín, también llamado el muro de la vergüenza. Justo entonces se inauguraba el IVAM y se fundaba el Patronato Martínez Guerricabeitia. Desde entonces han pasado muchas cosas, entre ellas una escalada sin precedentes de la acumulación de riqueza en las altas esferas. Como si la caída del muro, además de libertad, hubiera abierto la puerta de par en par a la voracidad de las grandes fortunas. Como señaló el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, “ha sido precisamente en las sociedades democráticas, basadas en la equidad, donde se ha permitido una concentración extraordinaria de la riqueza”. Lo cual da mucho que pensar. Algo que viene haciendo el Patronato Martínez Guerricabeitia desde su nacimiento a través de sus bienales.

Obra de Adrian Melis en la 12ª Bienal Martínez Guerricabeitia en La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.
Obra de Adrian Melis en la 12ª Bienal Martínez Guerricabeitia en La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.

La celebración de su 25º aniversario coincide además con la 12ª Bienal, este año dedicada precisamente a la avaricia, pecado capital que, de un modo u otro, ha figurado siempre como trasfondo de cada una de las bienales. José Pedro Martínez, director de actividades del Patronato, se dio cuenta de ello al hacer balance del camino recorrido. “Ya sea en Contra natura, en Inmigración y emigración o en Violencias, el tema de la avaricia está en todas ellas”. Ahora, de un modo explícito y como queriendo cerrar el círculo, se han presentado 20 obras de otros tantos artistas bajo el lema ‘Avaricia omnium malorum radix’ (El origen de todos los males es la avaricia).

Obra de Cristina Lama en la 12ª Bienal de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabietia.

Colección inigualable de 500 obras

La Nau de la Universitat de València recoge toda esa avaricia en una veintena de piezas plásticamente diversas, pero que viene a reflejar en conjunto el despropósito económico que ahora padecemos. “Y no vamos a peor, porque hay mucha solidaridad entre la gente de a pie”, subraya José Pedro Martínez, que apunta en esta dirección positiva de cara a futuras bienales. Entretanto, ahí está la 12ª Bienal Martínez Guerricabeitia haciendo especial hincapié en la avaricia mediante obras “no sólo plásticamente atractivas, sino que inducen a la reflexión”.

Confidential de Juan José Martín Andrés en la Bienal de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.
Confidential de Juan José Martín Andrés en la Bienal de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.

Tal es el espíritu con el que nació el Patronato: fomentar y difundir el arte contemporáneo, promover vías de debate social e incrementar el patrimonio artístico de la Universitat de València, en cuyo seno de integró por expreso deseo de Jesús Martínez Guerricabeitia. Su hijo José Pedro adelanta que con las “seguramente dos compras” que hagan de obras de la presente Bienal, la universidad pública alcanzará ya las 500 piezas. “No hay ninguna otra a nivel nacional, ni siquiera en Europa, con semejante colección de arte contemporáneo”.

He ahí una excelente noticia, que sirve en cierto modo para compensar el desastre económico y social motivado por la avaricia, y que se ha cebado singularmente en territorio valenciano. José Pedro Martínez, a pesar de los signos de recuperación anunciados últimamente, cree que todo sigue “exactamente igual”. Y se explica: “Al poder financiero no le interesa que esto siga así, porque se están dando cuenta que puede acabar en una revuelta social. De manera que hay cierta tendencia a la recuperación pero a nivel macroeconómico, porque a nivel de población apenas se notará lo justo para que esa revuelta no se produzca”. Eso sí, aunque el mal de la crisis “es común”, en la Comunidad Valenciana ha sido “especialmente doloroso”, producto del “cúmulo de despropósitos sin punto de comparación con otras comunidades autónomas”. Aunque luego matiza: “También ha sido consecuencia, en buena medida, de la infrafinanciación que sistemáticamente hemos ‘recibido’ de la Administración central”.

Senyoa B, de Mavi Escamilla, en la 12ª Bienal de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.
Senyoa B, de Mavi Escamilla, en la 12ª Bienal de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.

¡Ley de Mecenazgo, ya!

La 12ª Bienal Martínez Guerricabetia cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia y el patrocinio de Banco Santander y de la Fundación Cruzcampo del Grupo Heineken. La inversión privada, dado el calamitoso estado de las arcas públicas, es la vía a seguir y, para ello, nada mejor que la puesta en marcha de una ley de mecenazgo a la que se invoca, pero no termina de llegar. “La iniciativa privada no sólo espera un beneficio moral por apoyar a la cultura, sino cierta recompensa económica. Por eso la Ley de Mecenazgo es la única solución, que ya funciona en otros países, y que resulta urgente implantar aquí, porque si no poco se puede hacer”, afirma tajante José Pedro Martínez.

La avaricia, que los 20 artistas seleccionados recogen en sus múltiples variantes de corrupción, especulación financiera o abusos de poder, convierte esta última Bienal en inmejorable escaparate de la sociedad contemporánea. “El arte no es arte sin ética”, señaló Antonio Ariño durante su presentación en La Nau. “Cada obra es motivo de reflexión, sin dejar aparte su belleza”, subrayó José Pedro Martínez. A caballo entre esa calidad estética y esa cualidad ética que el arte ofrece, en tanto vía privilegiada para acceder a verdades más profundas que las recogidas en cifras, alcanza sus 12 años la Bienal Martínez Guerricabeitia a lomos del cuarto de siglo de un Patronato que, en esto sí es avaricioso, ya piensa en nuevas fórmulas para seguir avanzando.

Detalle de la obra de Ruth Gómez en la exposición de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.
Detalle de la obra de Ruth Gómez en la exposición de La Nau. Imagen cortesía del Patronato Martínez Guerricabeitia.

Salva Torres