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‘Callback’, de Carles Torras
Con Martin Bacigalupo, Lilli Stein y Larry Fessenden, entre otros
Guion: Carles Torras y Martin Bacigalupo
Fotografía: Juan Sebastián Vasquez
80′, España, 2016

Aproximarse al desempeño cotidiano de un individuo sospechosamente perturbado, cuyo delirio se acrecienta hasta desembocar en la materialización homicida de su desequilibrio, ha sido y proseguirá atesorando morfología literaria, escénica y cinematográfica.

En turbias ocasiones, este vuelco sobre los más nimios detalles puede transformarse en una herramienta de seducción argumental que posibilita episodios de empatía o febril repulsión en el acomodado espectador, quien, durante el desarrollo del metraje, habrá de transitar por diversas reacciones psicofisiológicas, consecuencia del hilo conductual de cuanto se revela en pantalla.

Callback

Tales elementos son los que vertebran el raquis de la película que nos ocupa, ‘Callback‘, del director catalán Carles Torras, generosamente laureada en la última edición del Festival de Málaga, cosechando a finales de abril de 2016 la Biznaga de oro y plata a mejor película y guion, así como a la mejor interpretación masculina.

Un refrendo, presencia y trayectoria por la cronología de diversos festivales que hacen incomprensible su tardío estreno en salas españolas, lo que solidifica y acrecienta ese previsible e infausto abismo que media entre un cualificado propósito, gestado desde la emancipación, y su ulterior desarrollo comercial, supeditado ya a directrices ajenas.

‘Callback’ se erige en un proyecto alumbrado por el fructífero encuentro entre Carles Torras y el chileno Martín Bacigalupo, quien, además de ser responsable de los diálogos del guion cinematográfico, se consagra a la interpretación del personaje sustancial de la película, Larry De Cecco.

Un peón de mudanzas inmigrante en la ciudad de Nueva York cuyas aspiraciones dramáticas no solo alimentan el motor argumental y retratan el gélido y hostil microcosmos de las audiciones, sino que responden al objetivo primordial de De Cecco, que nos es otro que el de integrase y reproducir el american way of life hasta extinguir cualquier atisbo o vestigio de su ignota procedencia.

Por este motivo, ‘Callback’ se emparenta de un modo umbilical con la ciudad en la que transcurre la acción, amaneciendo Nueva York (tras el muy lúcido objetivo de Juan Sebastián Vasquez) no solo como presencia estética y arquitectónica –siempre sórdidamente adversa y fascinantemente universal–, sino como paradigma último de las mitomanías de un hombre solo.

Bacigalupo se encarga aquí de contruir a un Larry De Cecco contenidamente hiperbólico, sordamente rítmico, ofuscado y vidrioso, cuya elevación en el aparato fonador anuncia una incómoda y demente voz nasal impostada que contrasta, notablemente, con el registro de secundarios y terciarios que participan en la película.

Porque De Cecco, en su compulsión por integrarse en la sociedad norteamericana, reproduce en sus frases los clichés, la interacción esteriotipada de los seriales y la prosodia ficcional de la publicidad radiofónica.

‘Callback’ evoluciona bajo las vías elevadas de Brooklyn –cacofonía rítmica e injerente del ferrocarril urbano–, la mísera rutina tras las cerraduras de un impersonal apartamento, el crujido de los cereales matutinos, el espejo en el que acicalarse la demencia, las americanas holgadas y los pimientos verdes de Whole Foods.

Igulamente, el filme procura una incursión delictiva en domicilios en los que emular con vino espumoso la vida ajena desde los zapatos, y ofrece la estampa inerte de Manhattan a través de un puente que nunca termina de cruzarse.

Porque ‘Callback’ nos ensucia el espíritu con el olor de la carne frita y el suicidio, la periferia sempiterna y la triste luz artificial de sillas plegables y tóxicos aires acondicionados, el cristianismo evangélico, las existencias en off que pueblan los suburbios, asesinos en serie o spree killers engendrados por el costumbrismo, “con la gioia e col dolore/ della gente come me” de Jimmy Fontana y la prédica comunal del American Jesus.