Juan Fuster
Coroinflables. Elucubraciones lúdicas en el espacio

Sorprende al contemplar las piezas tridimensionales o “Coroinflables” de Juan Fuster que el autor se considere a si mismo “un pintor de pintura”, “pintor-pintor”… Esta definición parece contradictoria y, sin embargo, es totalmente cierta, y es que Fuster tiene una fuerte base técnica en dibujo y pintura que le ha permitido explorar otra forma de pinceladas en el espacio, en las que la geometría, el gesto, los materiales y el concepto de abstracción se unen para mostrarse ante nosotros y tentarnos a alargar nuestros dedos e intentar tocar aunque sea brevemente las mullidas piezas que cuelgan en la pared, los coroinflables. Cada obra es un todo conformado por distintos elementos que se engarzan de forma sutil: un soporte de cartón que ofrece un tenue relieve, remates triangulares que se desbocan ordenadamente por fuera de la línea de los límites del rectángulo o caja y donde se sitúa el orificio por el que la rellena pieza forrada de negro -sin forma concreta pero con carácter geometrizante- se suspende por alcayatas gracias a un invisible hilo de nylon. Alcayatas, nylon, cartón, pieza textil rellena… como en un puzzle chino en el que con deleite y paciencia vamos desentrañando el misterio de encontrar el justo lugar de cada elemento, estos van encajando perfecta y armónicamente hasta conformar un uno. El autor crea también el vocablo, dota de nombre propio a estas piezas únicas, diferentes, nuevas y surge “coroinflable”, uniendo en la imposibilidad del tiempo y el espacio el homenaje a la genial pintura del francés Corot- mostrando la vocación paisajística tradicional que siempre ha mantenido el propio Fuster- con los materiales sintéticos producto de nuestra era actual.

Pero ¿cómo ha llegado el artista hasta aquí? No ha sido un camino fácil, como no lo es nunca el camino del iluminado. Las sendas se presentan y hay que elegir una, recorrerla y llegar hasta el siguiente destino. Poco a poco se va alcanzado lo deseado, por más tortuoso que el viaje haya sido, y en este andar se vacían bolsillos de monedas en desuso y  viejos envoltorios y se guardan en el corazón los valores que más se acercan a la esencia más pura de nuestro ser.  En su formación americana – pintar, borrar, volver a pintar sobre lo borrado- encontramos la clave de la obra de Juan Fuster, de lo aprendido el creador es capaz de desprenderse de lo que no funciona para crear una nueva fórmula. Fuster dibujó, pintó de la manera más clásica, con ahínco, hasta encontrar que la textura, el gesto de pintar no sólo proviene del pincel, el lápiz, la brocha. De la tradición clásica, le quedó el trabajo a conciencia, el gusto por la impresión espiritual que produce el paisaje. Del arte contemporáneo toma el concepto de la abstracción mental, la negación de la forma reconocible, la búsqueda de la emoción interior y el placer por experimentar con diferentes materiales: maderas, cartones, papeles, plásticos, objetos reciclados que son retados por el pintor hasta los límites de sus propias características consiguiendo curvar rectilíneas tablillas de madera -lo que podemos apreciar en piezas como Costa-, consiguiendo livianas piezas realizadas con metales que suspendidas en el aire ofrecen sombras y gráciles movimientos -algo de lo que disfrutamos en su serie Aluminium, juegos de jóvenes espartanos-, papeles que se unen de forma sólida con pequeñas bridas de colores -como los cartones de la Amistad social-, piezas que brillan con  recortados y retorcidos plásticos, muchas veces encontrados… resultando composiciones de equilibrada belleza estética que confortan el ánimo.

Para conseguir esto, el artista tiene que dominar nuevos lenguajes, como el del cosido a máquina que le ocupa en la actualidad y que enlaza con una de las tradiciones industriales más importantes de la zona. Se zambulle durante meses en los detalles artesanos de colocar cremalleras, resolver patrones, rellenar las piezas hasta obtener no la pieza útil con un uso concreto, sino la pieza inspiradora para observar y disfrutar.

Los coroinflables se originaron como recónditas y exquisitas piezas listas para desembarcar en los brazos de nuevos propietarios en sus cajas de cartón a medida, pero enseguida rompieron los límites preestablecidos convirtiéndose en insólitos y dúctiles lienzos de soporte ligero y materia pictórica compuesta por foam y revestimiento de lustrosas superficies negras cosidas a máquina.  Los juegos espaciales de la serie Aluminium, un trabajo cronológicamente anterior a los coroinflables, rompen la barrera del estatismo del objeto artístico convirtiéndose en “móviles” de una única acción o de sutil oscilación y sugerentes sombras. Y es que en la trayectoria artística de Fuster encontramos un camino muy claro hacia lo tridimensional. Echando la vista atrás encontramos paisajes de colores y geometrías compuestas con pintura sobre maderas ensambladas, o cartones pegados unos a otros, hasta la unión de los materiales por medios que no sean el tradicional encolado, como las bridas de plástico, tornillos, alambres plastificados,… De la pintura al collage, del collage al ensamblaje, del ensamblaje a la pieza ya inclasificable que hoy presenta en esta exposición. También el movimiento es una constante en su obra, conseguido a través de contrastes de formas y colores, la colocación de los elementos o por mecanismos que obligan a la pieza a posicionarse de determinada manera en contacto con el vacío –como ocurre con la serie de Aluminios, que me gusta llamar espaciales. Porque tanto la presencia del “aire”, el vacío, es característica común a su obra y clave del perfil escultórico que ofrecen las piezas, así como la impresión lúdica que éstas evocan al verlas, reminiscencia del deleite del autor durante el arcano proceso de creación y que, ahora, provoca en nuestra mirada la voluntad de desentrañar el juego hermético de su plástica artística.

Natalia Molinos

Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista
Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista

Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista
Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista

Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista
Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista

Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista
Juan Fuster. Coroinflables. Imagen por cortesía del artista