Mil noches y una noche, de Jesús Madriñán
Centre del Carme
C / Museo, 2. Valencia
Hasta el 30 de marzo de 2019

El Centre del Carme acoge la exposición ‘Mil noches y una noche’, de Jesús Madriñán, comisariada por Montserrat Pis, dentro de los proyectos resultantes de su convocatoria V.O. de comisariado. El trabajo de Madriñán explora los procesos de construcción de la identidad juvenil recurriendo a un formato clásico, el retrato, pero situándolo fuera de contexto. Armado con focos, trípode y una cámara analógica de gran formato, el artista improvisa un estudio fotográfico en locales de ocio nocturno.

Según el director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, “esta exposición nos invita a reflexionar sobre el concepto de identidad en el siglo XXI, una muestra introspectiva ya que detrás de esos 37 rostros se encuentra el del artista, artífice de esta creación y de su propia búsqueda del yo”.

Mil noches y una noche, de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.
Mil noches y una noche, de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Haciendo una analogía con los cuentos de ‘Las mil y una noches’ las diferentes series fotográficas de Madriñán expuestas en Tabacalera de Madrid, en la Academia de España en Roma o en Paris Photo se reúnen por primera vez juntas en el Centre del Carme como un conjunto de relatos que se suceden en el tiempo, nutriéndose los unos a los otros de sus experiencias. “Cada noche lleva en sí el germen de la próxima”, explicó la comisaria Montserrat Pis, quien subrayó la coherencia de la trayectoria del artista.

“Cada fotografía puede entenderse como un capítulo autónomo, vinculado al resto en el acabado y la temática, pero sobre todo en su profunda humanidad. A través de sus retratos, Madriñán se cuestiona a sí mismo y nos expone a unas miradas directas, intrigantes e inquisitivas que jamás ofrecen respuestas definitivas. La exposición concluye del otro lado de las tinieblas, cuando la luz se perfila en el horizonte y la velada toca a su fin. Como en la ficción literaria, la llegada del amanecer determina la suspensión de la narración. Por ahora” explicó la comisaria.

Vista de la exposición 'Mil noches y una noche', de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.
Vista de la exposición ‘Mil noches y una noche’, de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.

La obra de Jesús Madriñán está a medio caballo entre la fotografía documental y la escenificación. Según el artista “no hay nada amañado en las fotografías, es todo espontáneo”. La espontaneidad del momento de tomar las fotografías contrasta con la técnica depurada y minuciosa empleada por el artista, entre la fotografía narrativa y la comercial “de esa contradicción surge una fotografía que resulta onírica, casi poética”, explicó Madriñán quien define sus fotografías como un “choque de trenes, entre el siglo XIX, en cuanto a la técnica utilizada y el siglo XXI, por el contexto y la escenografía.

Esta serie surgió mientras el artista cursaba un Máster de Fotografía en Reino Unido. El concepto original está basado en sus vivencias y retrata a jóvenes londinenses que frecuentaban varias discotecas de la zona del East End. Pese a ser la serie más corta de las tres que integran esta muestra, ‘Good Night London’ marcó el camino que seguirían los dos proyectos posteriores. Sus imágenes rezuman cosmopolitismo, elegancia y sobriedad. La aparente simplicidad y la ausencia de anécdota otorgan a las fotografías una fuerza expresiva y una universalidad que permiten que funcionen en contextos y ante públicos muy diversos.

Obras de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.
Obras de Jesús Madriñán. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Al retorno a su Galicia natal, Madriñán emprendió un proyecto que pusiese de manifiesto el contraste entre la juventud urbana de Londres y la del ámbito rural gallego. Durante  un año el artista visitó una decena de discotecas alejadas de los principales núcleos de  población de la comunidad, incorporando imágenes de los parajes naturales en los que estas se encontraban.

La juventud de ‘Boas noites’ está dotada de una espontaneidad y una frescura casi ingenuas, al tiempo que las naturalezas imprimen un espíritu introspectivo y contemplativo. Estas últimas suponen una pausa visual para el espectador mientras establecen un vínculo entre los retratados y su entorno.

Su otro trabajo Dopo Roma’ es fruto de una estancia en la Real Academia de España en Roma. Supuso el  salto a un formato mayor (8 x 10 pulgadas, 20 x 24 cm.) con respecto al de las series  anteriores. Durante su estancia, Madriñán se percató de que la auténtica Roma se ocultaba en la  periferia, lejos de la superficialidad del turismo de masas. Los jóvenes que emergen de los after romanos son tan monumentales como su ciudad. En Roma amanece como no lo hacía en Londres o en Galicia, y cabe preguntarse qué traerá el azul tenue de ese nuevo día. Dopo significa después, pero también más allá.

Jesús Madriñán en su exposición 'Mil noches y una noche'. Imagen cortesía del Centre del Carme.
Jesús Madriñán en su exposición ‘Mil noches y una noche’. Imagen cortesía del Centre del Carme.