Palau Ducal dels Borja/Gandía

IRENE GRAU-ROCÍO GARRIGA-XIMO ORTEGA GARRIDO-DANIEL TOMÁS MARQUINA

De lunes a sábado de 10 a 13:30 y de 15 a 18:30h. Domingos y festivos de 10 a 13:30.

(Entrada libre si en taquilla se indica que va a ver la exposición)

Hasta el 30 de julio.

Décimo cumpleaños del certamen Arts al Palau, iniciativa cultural que invita al espectador a reflexionar sobre las posibilidades de diálogo entre patrimonio histórico y arte contemporáneo. Una aventura cultural entre el edificio más emblemático de la ciudad de Gandía y las propuestas artísticas contemporáneas. Para esta ocasión, los artistas seleccionados son Irene Grau, Rocío Garriga, Ximo Ortega Garrido y Daniel Tomás Marquina que bajo el título In medias res presentan sus intervenciones para dicho diálogo con el emblemático edificio. La exposición aúna cuatro perspectivas creativas diferentes en las que los avatares históricos de sus estancias y salones sirven de detonante para las instalaciones propuestas. Dentro de este marco común los artistas han alternado intervenciones individuales con propuestas conjuntas que han sido desarrolladas específicamente para el edificio, partiendo siempre de las connotaciones e historias propias del palacio y de algunos de sus espacios concretos. De manera que dichas instalaciones están estrechamente vinculadas, no sólo con el contexto, sino también entre sí, fruto de un intenso trabajo de colaboración entre estos cuatro artistas. Durante el recorrido del Palau el público podrá encontrarse con las diversas propuestas  en la Capilla Neogótica, el Salón de Coronas, la Galería Dorada, la Sala Verde, la Habitación de la Duquesa y el Aljibe o Cisterna que se encuentra en el Patio de la Cisterna. El banquete se desarrolla a lo largo de la Galería Dorada y recorre tres de sus cinco salones. Esta propuesta ha sido desarrollada por los cuatro artistas que han planteado aquí la sátira de un banquete, en contraposición a la ostentación barroca de la galería. De forma longitudinal se ha situado una mesa de 18 metros presidida por la enorme cabeza de un cerdo de madera, y sobre ella se han distribuido toda una serie de cucharas de pan con sus respectivas servilletas de tela que marcan la cadencia de una mesa que finalmente se deshace. A continuación, en la Sala Verde, Irene Grau muestra 2’68m³ amarillo, una estructura de madera con dos paneles de papel teñido ubicada justo en el centro de la sala. El desarrollo de esta pieza parte de los conceptos de riqueza, ostentación y poder que parecen invadir a todo aquel que recorre el palacio. A partir de ahí se ha establecido una conexión con lo inmaterial basada en la experiencia del color y de la luz dorada que se filtra a través de los paneles y que se proyecta en el espacio. Se trata de una propuesta fundamentalmente pictórica que persigue la experiencia del color en el entorno a través de un juego con la luz y que hace hincapié en el espacio recogido entre los dos paneles de color, de ahí el título que hace una alusión directa a la cantidad de espacio comprendido entre las dos superficies amarillas. La Habitación de la Duquesa, sala donde nació Francesc de Borja, se encuentra Good Save the Queen del artista Daniel Tomás Marquina. Una propuesta que nos sorprende al descubrir sobre el suelo de la sala una escultura de silicona de un niño con un chupete y una serie de abejas de bronce sobre una pequeña superficie ovalada de cera virgen. En la Capilla Neogótica se encuentra la instalación Little Nothings de Rocío Garriga, que versa sobre la comunicación, en base al poder del lenguaje, el silencio y las creencias. Una jaula forrada de palabras, y en cuyo interior encontramos un vídeo que recoge un pequeño fragmento de mar, preside una sala ahora completamente invadida por cientos de perlas ingrávidas que parecen girar en torno a ella, en la tensa y silenciosa calma de la capilla. El Salón de Coronas acoge de nuevo una intervención conjunta basada en la relación que se establece entre conceptos como justicia e injusticia, jerarquía y las relaciones de poder que ello implica. Bajo el título homónimo Salón de Coronas una instalación que consta de 72 sillas, de pequeño formato y realizadas con madera reciclada, que se distribuyen a lo largo del espacio enfrentadas a los sillones que lo presiden, proponiendo una relación de inferioridad y en contraste frente al símbolo de poder. Finalmente, y ya fuera del recorrido habitual del Palau, en el Aljibe se ha desarrollado una instalación audiovisual conjunta, titulada Linterna, con la que se pretende enfatizar su carácter como lugar de memoria. Con ello se produce una suerte de volver a habitar el espacio desde las historias que encierra, vinculadas al agua y a la guerra. Alude así a sus dos usos principales a lo largo de la historia: como almacenamiento de agua y como refugio, ya que se usó como tal durante la Guerra Civil. De manera que cohabitan dos usos, que de otra forma serían totalmente incompatibles, a pesar de estar ambos relacionados con la supervivencia. Destaca especialmente el impacto de la instalación sonora en el interior del espacio, debido al aprovechamiento de la particular reverberación del lugar. Asimismo encontramos en el pequeño espacio colindante de acceso a la cisterna una proyección de vídeo sobre el suelo que lo convierte en una superficie de acuosa sobre la que caen continuamente pequeñas gotas de agua. Pese a la austeridad de su puesta en escena, sorprende la contundencia de la instalación.