El cataclismo nos alcanzará impávidos, de Greta Alfaro
Galería Rosa Santos
C / Bolsería, 4. Valencia
Inauguración: viernes 30 de octubre
Horario de los pases de video durante la inauguración: 20.00, 20.45 y 21.30 horas
Hasta el 18 de diciembre de 2015

El cataclismo nos alcanzará impávidos reúne diversas fotografías de naturalezas muertas, una instalación con teléfonos móviles y la proyección, como elemento central, de un video de media hora de duración, protagonizado por Tim Kruger, que fue realizado por Greta Alfaro durante su estancia en la Academia de España en Roma como parte de una investigación en torno a la iconografía del martirio.

Escribe Bataille1, “La moral de Sade, según Maurice Blanchot, se funda en el hecho primario de la soledad absoluta. Sade lo dijo y repitió de todas las maneras; la naturaleza nos hizo nacer solos, no hay ningún tipo de relación entre un hombre y otro. Así pues, la única regla de conducta es que yo prefiera cuanto me afecta felizmente y que no me importe nada cuanto de mi preferencia pueda resultar perjudicial para el otro. El mayor dolor de los demás siempre cuenta menos que mi placer. No importa que tenga que comprar el más insignificante goce con un inaudito conjunto de fechorías, ya que el goce me halaga, está en mí, mientras el efecto del crimen no me afecta, está fuera de mí».

Creo que la inquietud que expone irónicamente El cataclismo nos alcanzará impávidos no es ni sobre la naturaleza, ni sobre la naturaleza del hombre, sino sobre lo que a la naturaleza y a la naturaleza del hombre les supone estar sometidos a la acción del hombre mismo.

La situación representada es extraña, desconcertante, como lo son los hechos sociales y de la historia radicalmente injustos, aquellos que evidencian el dominio y la incomprensión de unos hombre hacia otros y que resultan, verdaderamente, difíciles de entender.

1. Bataille, George, El erotismo

Obra de Greta Alfaro. Imagen cortesía de la Galería Rosa Santos.
Obra de Greta Alfaro. Imagen cortesía de la Galería Rosa Santos.

Nacho Paris*

*Extracto del texto para la exposición por cortesía de la Rosa Santos