‘El Palacio Ingrávido’, de Deva Sand
Galería Mr. Pink
C/ Guillem de Castro, 110. Valencia
Hasta el 21 de abril de 2016

El largo pasillo que nos adentra en la galería Mr.Pink parece ser el preámbulo a una dimensión paralela y Deva Sand, con su nueva exposición, se hace eco de ello. Es quizá por esto que, no solo nos da una serie de indicaciones que nos ayudarán a enfrentarnos a la exposición, sino que también se interesó por guiar a los primeros espectadores de su obra y demostrarles cómo se hacía.

En la hoja de sala podemos leer las siguientes instrucciones: “adopta una postura recta y relajada, respira profundamente y sitúate en la puerta, prepárate a cruzar el pasillo de la galería contando 11 pasos de una manera muy consciente, con la mirada alta y a la vez ensimismada, inhalando despacio, caminando sigilosamente y sintiendo cómo se moviliza cada músculo de tu cuerpo, cómo se desplaza por el espacio tu esqueleto. Sitúate en el medio de la galería, cara al Este (la pared hieroglifeada), cierra los ojos, conéctate con tu respiración y muy suavemente, sin ruido, deja fluir todos tus sentidos hasta abrir los ojos, de nuevo”. Una vez preparado o preparada y con los ojos bien abiertos, no podrás perderte detalle.

Vista general de la exposición. Imagen cortesía de la galería Mr. Pink.
Vista general de la exposición. Imagen cortesía de la galería Mr. Pink.

Se inicia el recorrido leyendo sobre la pared una larga fórmula matemática. El resultado o conclusión extraída de esta pieza depende de la perspectiva de cada espectador, de la codificación de sus cánones o simplemente de su grado de diligencia de ese momento. Ya desde el principio se puede intuir: no es una fórmula cualquiera pues aguarda un secreto, algo complicado de hallar. Este es el primer paso hacia todo lo demás, una manera de poner al observador en sobre aviso, de hacerle entrar en conexión… Pues el principal objetivo de la instalación de Deva Sand es mostrarnos sus maneras, sus intrínsecas conclusiones, aquellas a las que ha llegado penetrando en la más profunda meditación consigo misma y a las que ha llamado su ‘palacio ingrávido’.

La intuición arquitectónica al palacio se referencia continuamente durante la muestra con piezas casi escondidas, y otras retroiluminadas. Sobresale entre el conjunto quizá por su anárquica estética, ‘Koan’, un collage volumétrico en el que se incluyen algún mueble, dibujos, lienzos o papel pintado; todo ello, queda sujeto a la pared por una serie de maderas en posición diagonal que se alzan desde el suelo. Recuerda inevitablemente a un cuadro enmarcado al que le hubieran dado la vuelta por completo y cuyos bastidores hubieran sido arrancados y pegados a la superfície. El significado de esta pieza representa como a veces, de manera consciente o inconsciente, arrinconamos las emociones y pensamientos a un lado, intentando olvidarlas pero que continúan ahí y marcan nuestro camino.

Los muebles y la madera tienen un protagonismo esencial. Son símbolos repetidos a lo largo de todo el recorrido,  incluso están semiescondidos, como ocurre con la extraña posición de ‘Fruto del azar’ o con la unión entre paredes que produce ‘Inconexo’. No nos podemos olvidar, por supuesto, la pieza principal realizada por Deva Sand, aquella imagen que cubre una pared entera. Este auténtico trampantojo donde unas niñas se asoman por una ventana y donde la vigas y la madera actúan de nexo de unión con el resto de la exposición, nos traslada si nos hemos concentrado adecuadamente, a través de su imaginario, al ‘palacio ingrávido’ de cada uno. El sitio donde todo puede tener lugar.

Vista general de la exposición. Imagen cortesía de la galería Mr. Pink.
Vista general de la exposición. Imagen cortesía de la galería Mr. Pink.

María Ramis