Refugi Il.lustrat. Entre el taüt i la maleta
Organizada por la Asociación Profesional de Ilustradores de València (APIV)
Col.legi Major Rector Peset
Plaza del Horno de San Nicolás, 4. València
Hasta el 25 de marzo de 2018

Hay datos escalofriantes. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de personas desplazadas en el interior de un país, pendientes de resolución tras haber solicitado protección internacional y refugiadas, supera los 68 millones. Ante semejante drama, la Asociación Profesional de Ilustradores de València (APIV) ha querido llamar nuestra atención con la muestra Refugi Il.lustrat. Entre el taüt i la maleta, que reúne en el Col.legi Major Rector Peset 150 ilustraciones alusivas al tema migratorio.

Ilustradores que, como bien apunta Manuel Garrido, comisario de la exposición que se puede visitar hasta el 25 de marzo, utilizan en unos casos el humor y en otros la crudeza, dependiendo del talante de cada autor que es luego extrapolable a la sensibilidad del receptor. Garrido apela al arte y a las demás manifestaciones culturales para dar visibilidad a una situación tan lacerante, que exige a su juicio la misma altura de miras de nuestros gobernantes. Éstas son algunas de sus reflexiones.

Ilustración de Materia Dispersa. Imagen cortesía de APIV.
Ilustración de Materia Dispersa. Imagen cortesía de APIV.

Refugi Il.lustrat, ¿el mejor refugio para combatir el drama de los refugiados es la ilustración, en el doble sentido de más pensamiento ilustrado y más arte?

Efectivamente, sería necesario regresar al pensamiento ilustrado, a la confianza en el conocimiento humano como herramienta para mejorar el mundo, pero de poco sirve la filosofía o la ética si no va acompañada de una férrea voluntad política y de una sociedad que la reclame. El arte, la ilustración y las demás manifestaciones culturales pueden contribuir a que la sociedad conozca y se cuestione la situación actual y, consecuentemente, exija a nuestros gobernantes que estén a la altura.

Al refugiado, si quiere sobrevivir, y visto lo que sugiere el título de la exposición, ¿en estos momentos no le cabe otra que coger la maleta y largarse?

Esa disyuntiva que plantea el título de la exposición se basa en una cita de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado – CEAR y no quiere decir otra cosa que la situación de las personas que huyen de una guerra o de la persecución por razones políticas, de etnia, de orientación sexual, etcétera, no lo hacen de una manera caprichosa sino porque, literalmente, se juegan la vida si se quedan.

Ilustración de Noemi Seguí. Imagen cortesía de APIV.
Ilustración de Noemi Seguí. Imagen cortesía de APIV.

Más de 68 millones de personas lo hacen, desde países como Afganistán, Irak, Nigeria, Sudán o Siria. Ahora que cierto discurso anticapitalista prolifera, alguna bondad tendrá ese capitalismo para que sea destino de quienes huyen de la guerra y la pobreza, ¿no?

Es fácil imaginar que los países de acogida de estas personas pueden resultar menos peligrosos que sus países de origen, pero no creo que haya ninguna bondad en el sistema capitalista que se perpetúa precisamente gracias a mantener los privilegios de unos pocos y en el binomio opresor/oprimido. No hay más que ver el insignificante número de personas a las que España ha otorgado el estatus de refugiadas a pesar de las cifras a las que se había comprometido. Eso, por no hablar de que el capitalismo es la razón última de algunas de esas guerras y regímenes corruptos de esos países a los que aludes.

Anotada esa cara más o menos amable de los países enmarcados en la denominada sociedad del bienestar, ¿tanto supuesto bienestar acolcha nuestra mirada ante el drama que nos asola y preferimos no querer ver?

Ese supuesto bienestar hace que, efectivamente, miremos hacia otro lado para que nadie nos pinche la burbuja o que no nos impresionen las tremendas cifras de muertos y desparecidos de distantes territorios. Que nos sobrecoja amargamente cuando algo parecido ocurre en nuestros países aunque sea a escala reducida, pero no tanto si se trata, como decía el poeta Ángel González, «de crímenes lejanos, de huérfanos pequeños».

Ilustración de Guridi. Imagen cortesía de APIV.
Ilustración de Guridi. Imagen cortesía de APIV.

La exposición pretende remover conciencias. ¿Cómo se remueven mejor con ilustraciones descarnadas, dramáticas, ásperas o mediante el sentido del humor?

En eso hay tantas sensibilidades distintas en los receptores como en los emisores: quien prefiera una imagen cruda que le revuelva las tripas, le contagie la rabia y le mueva a la acción, y quien prefiera un mensaje igualmente profundo pero dicho de un modo más amable, cosa que, en muchos casos, parece que llegue de manera menos incómoda.

La exposición reúne 150 ilustraciones, ¿cómo ha sido el proceso de selección, cuáles han sido los criterios?

A la campaña gráfica que lanzamos desde APIV nos llegaron más de 270 ilustraciones de distintos países del mundo y todas ellas pueden verse en la web refugioilustrado.tumblr.com pero por una cuestión de espacio físico tuvimos que realizar esta selección de 150. La única cortapisa que nos pusimos fue que las imágenes no atentaran contra los derechos humanos ni la dignidad de las personas, y los criterios de selección que primaron fueron los de calidad gráfica y conceptual. Eso no quiere decir que, con un comité de selección distinto, la selección no hubiera sido diferente.

Ilustración de Vicente Soriano. Imagen cortesía de APIV.
Ilustración de Vicente Soriano. Imagen cortesía de APIV.

De las tantas imágenes que integran la exposición, descríbame algunas cuya potencia y cualidad resida en el tono ácido, frente a aquellas otras que se caractericen por el tono irónico.

Preferiría no resaltar ninguna por encima de las demás, pero aprovecho para reivindicar el uso del humor, la crítica y la ironía en un momento en el que la libertad de expresión y de pensamiento se está viendo seriamente amenazada en nuestro país. No sólo como un ejercicio catártico sin igual sino, además, como una herramienta utilísima para difundir un mensaje y que corra como la pólvora. Ya lo dijo Óscar Wilde: “Si tienes que decirles la verdad, hazles reír o te matarán”. Eso sí, en mi opinión, el humor debe disparar siempre hacia arriba.

Ilustración de Mikko. Imagen cortesía de APIV.
Ilustración de Mikko. Imagen cortesía de APIV.

Salva Torres