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Concierto del Grup Instrumental de València
Galería pazYcomedias
Plaza del Patriarca, 5, bajo. Valencia
31 de octubre de 2015, 20.30 h.

Este concierto del Grup Instrumental de València, en colaboración con la Galería pazYcomedias, forma parte del ciclo Arts Happens comisariado por Carlota Rodríguez y Rafa Martínez. Un concierto que se formula como una referencia directa a la exposición del artista Ernesto Casero en pazYcomedias, comisariada por José Luis Pérez Pont, presentando una suerte de imágenes paralelas, en este caso sonidos similares, a la reflexión visual: la eugenesia musical. Varias preguntas pues son posibles: ¿existe una vinculación política y social de la cultura en relación a una idea de una sociedad mejor?; esta sociedad resultante y vinculante ¿qué música escucharía?, ¿es la música pues transmisora de valores e ideas?, etc. sin duda un arduo camino musicológico que nosotros no podemos, ni debemos, discutir en este sencillo foro, en este concierto, cuya misión es principalmente entretener, al cual podemos añadir, como misión estimulante, reflexionar in sieme, conjugándolas con las imágenes del artista, sobre la función del arte, sobre la sociedad y sobre sus formas de comunicarse. Podemos, en resumen, vivir la música como un espacio de reflexión, de comunicación y también como entretenimiento.

Ernesto Casero. I am a man, 2015. Lápiz compuesto sobre papel. 70x100 cm. Cortesía galería pazYcomedias.
Ernesto Casero. I am a man, 2015. Lápiz compuesto sobre papel. 70×100 cm. Cortesía galería pazYcomedias.

 

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Programa:

Jean-Philippe Rameau (Dijon, 1683 – París, 1764) Rigaudon (de Dardanus) (1739) ( 3’)
para violín y violonchelo

Ulysses Kay (Arizona 1917 – New Jersey, 1995) Prelude W14 (1943) ( 3’)
para flauta

Anónimo Lichtenburger Lagerleid (c. 1933) ( 3’)
Joan Cerveró (Arr.)
para ensemble y banda sonora

Igor Stravinsky (1882-1971) Trois Pièces (1918) ( 4′)
para clarinete

Joseph Boulogne L’Amant Anonyme (G 75) / Ouverture ( 4’)
(Chevalier de Saint-Georges, 1745 – 1799) para ensemble

Anthony Braxton (Chicago, Illinois, 1945) Composition No 358 ( 8’)
para ensemble

Ernst Krenek Sonata No. 2 Op.115 (1948) ( 9′)
para violín

Rudi Goguel (Melodía) Börgermoorlied (1933) ( 5’)
Johannes Esser (Texto) para ensemble y banda sonora
Joan Cerveró (Arr.)

Joan Cerveró (Valencia, 1961) Waltz und Tango (1993) de Wozzeck ( 5´)
para ensemble

Joan Cerveró, director/acordeón
José Mª Sáez Ferríz, flauta
José Cerveró, clarinete
Mª Carmen Antequera, violín
Mayte García, violonchelo
Comisarios del ciclo Arts Happens Carlota Rodríguez/Rafael Martínez

Grup Instrumental de València.

El Grup Instrumental de València enfoca así los contenidos del concierto, enunciados en el programa:

En el prefacio del Tratado de Contrapunto del afamado y reverenciado teórico de la música alemana Heinrich Schenker (1868 – 1935) se puede leer: «… el hombre es superior a la mujer, el productor es superior al comerciante o al peón, la cabeza prevalece sobre los pies,…», etc. Esta afirmación, que en nuestros días sería considerada como menos «políticamente incorrecta», es una muestra más de como la idea de orden piramidal, de organicidad y de estructura normativa se ha venido utilizando para justificar y explicar, maliciosamente según nuestra opinión, la supremacía del orden «armónico» de la música frente a todo aquellos que sonase a diferente, alejado de la norma, demonizando con ello la disonancia y la experimentación, es decir la diferencia.

Esta idea de «ideal normativo» , en la cual se ha invertido mucho dinero, tiempo y energía no es ajena a los deseos hegemónicos de las fuerzas políticas y económicas que dominaron (y siguen dominando) nuestro viejo continente europeo e incluso el norteamericano como un fiel reflejo de occidente. Esta fuerzas políticas son las mismas f que anteriormente apoyaron, como un caso extremo, la eliminación de todo lo anormal, lo diferente, lo impuro, apoyándose y justificándose en una locura eugenésica llevada a los extremos del paroxismo ideológico. Y esto que se dio en la sociedad y en la cultura también afecto al arte y, por supuesto, a la música, fiel reflejo de los valores espirituales de los pueblos. Es en el arte sonoro donde los afectos y las emociones se vinculaban más directamente con «el alma del pueblo».

Las piezas que os proponemos escuchar en este concierto tratan todas de un mismo tema, central o lateralmente, todas tienen una relación con la exposición propuesta. Y los comentarios de Schenker apuntados al inicio de estas notas, nos ponen en el camino de nuestras especulaciones. Shenker, quién fue el impulsor teórico e ideológico de una música alemana sobria, consolidada, orgánica, basada en la tradición, asoció de manera tácita la consonancia al orden y a la salud corporal, mientras que la disonancia era representativa de la anormalidad, la deformación y la parálisis. Apoyados en una tradición occidental, (políticamente manipulada), buscaron y apoyaron argumentos para alejar al demonio de la disonancia negando y despreciando a autores que propusieron tolerancia y apertura estilística, como lo fueron en su época Jean-Philippe Rameau (1683 – 1764), posiblemente el músico y teórico francés más importante hasta el siglo XIX, quien en su «Démonstration du principe de l’harmonie» escribió: «… De la sola resonancia del cuerpo sonoro, acaban de ver nacer la armonía, la base fundamental, el modo, sus relaciones en sus adjuntos, el orden o el género diatónico(…) sin hablar del modo menor, ni de la disonancia, siempre emanadas del mismo principio, (…)». La disonancia era parte ya de la música para Rameau y no había pues necesidad de eliminarla, al contrario de adoptarla y tolerarla.

La idea de eliminar lo diferente, (-Delete where not like- es como hemos titulado a nuestra concierto), lo que se aparta del orden (político, económico y social, por supuesto) perduró muchos años tanto a partir de las teorías de Schenker, quien criticaba y deploraba los, según él, experimentos y excentricidades de Schönberg o Stravinski (este último también presentado en este concierto). Se interpretan pues en este concierto obras de autores que de una manera u otra han sido postergados, silenciados, anulados o, en el peor de los casos, aniquilados. Autores que como muy apropiadamente señala Alex Ross en su imprescindible libro El ruido eterno (Seix Barral, 2009) donde sólo se les da una opción: Fuga o muerte. Tal es el caso del checo Ernst Krenek, nacionalizado posteriormente estadounidense, quien tuvo que huir de la alemania nazi de una muerte segura por dos razones, la primera por ser judío y la segunda por haber escrito una ópera que utilizaba técnicas contemporáneas y se apoyaba en el jazz, a lo que habría que añadir que en su obra principal, la ópera Jonny spielt auf («Johnny empieza a tocar», 1926) personaje principal era de color. Debido a esta circunstancia fue incluido en la lista de la llamada Entartete Musik o música degenerada, lista de autores corrompidos que se apartaban de la ortodoxia y que había que prohibir, silenciar o eliminar. Hoy se interpreta en este concierto su exigente y bella Sonata No. 2 Op.115 para violín solo. Como ilustración y acompañamiento también se interpretaran dos obras que pertenecen al imaginario sonoro de los campos de exterminio nazi, donde la música, a pesar de todo fue una válvula de escape y de esperanza para alejarse de una muerte segura.

Dentro de los casos extremos de alienación y eugenesia es posiblemente en los casos de músicos de color donde ha existido una relación más conflictiva, a parte de la barbarie contra el pueblo y los artistas judíos como ya hemos dicho, ya que músicos de color son prácticamente  inexistentes en la música clásica.

La música clásica debido a sus altas necesidades técnicas y económicas ha sido patrimonio de las clases altas y estas siempre han protegido y defendido este atributo de clase (que se ha consolidado a través calificativos alienantes como: «la música culta», » la alta cultura» o términos altamente sectarios que lo único que proponían, y aún proponen, es una utilización de la estética como diferencia, la pertenencia «al grupo de los elegidos». Tres músicos negros son propuestos como punto de referencia de esta reflexión, por una parte el primer compositor cuyas raíces son origen africano, el conocido como «el Mozart negro» Joseph Bologne, Chevalier de Saint-Georges (1745 -1799) nacido en la colonia francesa de Guadalupe.  Los dos compositores que también se presenta en este concierto tienen orígenes e influencias del jazz, aunque cada uno de ellos evolucionó de manera diversa, incluso divergente. Por un lado Ulysses Kay (1917 – 1995)   compositor estadounidense de origen afro-americano que después de estudiar con Luenig y Hindemith optó por un lenguaje neoclasicismo. Su Preludio para flauta es un compendio de recursos técnicos y expresivos que intentan aportar otras visiones de la música sin apartarse de la tradición. Caso contrario es el de Anthony Braxton (1945) quien desde sus orígenes como músico de jazz y como colega y participante en proyectos con grandes nombres de la historia del género como violinista Leroy Jenkins, el trompetista Wadada Leo Smith o en el proyecto de la Association for the Advancement of Creative Musicians, fundada en Chicago. Sus influencias van desde Ornette Coleman, John Coltrane, Paul Desmond o Eric Dolphy hasta  artistas «no de jazz» como John Cage o Karlheinz Stockhausen. De este carismático autor se va a interpretar un fragmento de su obra Composición #358, última de sus composiciones de lo que él titula con el distintivo de Ghost Trance Music. En esta obra se ven reflejadas todas la influencias históricas y estéticas de un periodo que va desde los años 50 a la actualidad, donde convergen el free-jazz, el fluxus, John Cage, la improvisación , la música ritual y la protesta política sobre la opresión estética e ideológica de la música blanca.

Para finalizar el concierto hemos elegido un fragmento de la música de escena de la obra teatral del dramaturgo y médico alemán George Büchner, compuesta por Joan Cerveró (Valencia, 1961) para la producción homónima dirigida por Carles Alfaro en 1993. En esta obra, además de muchos otros dramáticos sucesos se narran, se presentan los experimentos realizados por los médicos con «voluntarios» quienes a cambio de dinero ofrecían sus cuerpos a la experimentación, a estas prácticas antinaturales, donde la persona se convertía en un producto, un medio para conocer los efectos de las drogas y las medicinas para así producir nuevos productos para una futura sociedad mejor (que es el título de esta exposición de Ernesto Casero: Better humans tomorrow!). El dramático y espasmódico vals , donde se inocula la droga al soldado Woyzec y el decadente y despiadado tango que baila este joven soldado cuando asesina a su amante María junto al lago iluminado por la luna, un lago teñido de sangre y locura. Música que nos habla de la vida y vida que nos lleva hacia la música.

Joan Cerveró. Foto: Marino Scandurra.
Joan Cerveró. Foto: Marino Scandurra.