Círculo de Bellas Artes
C / Maldonado, 48. Valencia
Inauguración: jueves 28 de septiembre de 2017

“Estamos limpios totalmente. No debemos nada a nadie”, afirmó con rotundidad Gerardo Stübing, presidente del renacido Círculo de Bellas Artes de Valencia. Y cuando dijo eso, se refería al 1,8 millones que suponía el conjunto de la deuda de una institución que busca precisamente arrancar desde un “punto cero”. “Arrastramos la mala fama de tiempos anteriores, pero la gente que estamos ahora no tenemos nada que ver con eso”, remachó. De manera que no solo “está todo finiquitado”, sino que Stübing confía en ir ganándose poco a poco a la sociedad y las instituciones valencianas.

De hecho, habló de las conversaciones ya mantenidas con la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de Valencia, con el fin de establecerse en un espacio mayor al que ahora tienen. Conversaciones que avanzan con las lógicas reservas. “Tienen miedo; están a la expectativa después de todo lo que ha llovido. Cuando vean que funciona y que no hay ninguna historia detrás que pueda comprometerles, pienso que se animarán”. De momento, inauguran la sede de la calle Maldonado con la exposición Abstrac3, de los artistas Vicent Carda, Luis Moscardó y Manuel Rey-Fueyo.

Gerardo Stübing, en primer plano, y Aureli Domènech. Imagen cortesía del Círculo de Bellas Artes.
Gerardo Stübing, en primer plano, y Aureli Domènech. Imagen cortesía del Círculo de Bellas Artes.

“Es la primera exposición dedicada al arte abstracto puro y duro, porque en la colección del Círculo no hay abstracción”, señaló su director artístico Aureli Domènech. Es otra forma de romper con ese pasado del que pretenden desprenderse a toda costa: “Rompemos el muro del realismo pictórico con la abstracción”, subrayó Domènech. El patrimonio artístico del Círculo de Bellas Artes lo integran alrededor de 200 obras, cuya colección está “custodiada en un ayuntamiento, cuyo nombre no podemos dar por razones de seguridad”, apuntó el director.

Siguiendo con esa política de punto cero, Stübing también destacó el hecho de que estuvieran igualmente reelaborando los estatutos jurídicos del Círculo de Bellas Artes “para que no vuelvan a ocurrir las cosas del pasado”. Por ejemplo, “blindar la colección” para que las obras no fueran objeto de especulación económica. “Esto es de los artistas y de los amantes del arte, de manera que las obras están para exhibirse”. Y Stübing puso los ejemplos de Pinazo y Sorolla, que en su momento donaron obra al Círculo pensando en la institución como garante de ese ideario socio cultural.

Interior del Círculo de Bellas Artes de Valencia.
Interior del Círculo de Bellas Artes de Valencia.

Tampoco los socios, ahora en torno a los 160 con una cuota mensual de 17 euros, tienen garantizada una exposición. “El Círculo no está para entronizar a los socios. Yo, de hecho, nunca haré una exposición mía aquí”, resaltó el presidente. La intención es precisamente abrir la institución “100% privada” a la toda la sociedad y todos los artistas. “Queremos ser independientes y libres”, para ello hizo un llamamiento público para que la gente se hiciera socia. “Con 225 ó 250 tendríamos autonomía suficiente”.

Fachada del Círculo de Bellas Artes de Valencia.
Fachada del Círculo de Bellas Artes de Valencia.

Tampoco la pintura será protagonista exclusiva de la nueva etapa. “El Círculo no es solo pintura, sino que habrá fotografía, videocreación, paisaje sonoro, incluso teatro y cualquier otra manifestación artística que no tenga cabida en otros espacios. También didáctica, porque para nosotros es muy importante no solo exhibir, sino reflexionar en torno a las exposiciones”, señaló Domènech. También llevarán fuera la propia colección en el denominado El Cercle en Moviment, cuyas primeras muestras tendrán lugar durante la próxima Navidad en los municipios de La Llosa de Ranes y Sumacàrcer.

El Círculo de Bellas Artes potenciará el carácter asociativo, ofreciendo una cuota especial a las asociaciones que se vinculen a la institución, frente al concepto más empresarial que, por ejemplo, tiene el de Madrid. “No vamos a comprar obra, sino a potenciar la donación”, dijo Domènech, algo más propio del espíritu que desde 1893 posee el Círculo. Para ello, trabajan ya con el fin de aumentar la colección mediante la denominada Siglo XXI, con donaciones de artistas recientes, como Michavila cuya familia ha ofrecido “generosamente” alguna obra. “Si nuestro espacio expositivo se prestigia, muchos artistas querrán hacerlo”, concluyó Stübing.

Interior del Círculo de BBAA.
Interior del Círculo de Bellas Artes de Valencia.

Salva Torres