“Todos queremos más, y más, y más, y mucho más”. He ahí el estribillo de una popular canción. ¿Les suena? En esencia, podría ser la letra que ha provocado la crisis. Hablamos, sin duda, de la crisis económica, pero bien pudiera extenderse a la de pareja o a la familiar. Crisis, todas ellas, sustentadas en el posmoderno anhelo de la libertad sin restricción alguna. Queremos dinero, sexo y desprendernos cuanto antes del yugo paterno para gozar sin límites. Pues bien: las consecuencias ahí las tenemos; delante de nuestra hastiada vista.

El irreverente Darío Fo ya lo adelantó en sus obras de hace 30 y 40 años. Dos de ellas, Pareja abierta y La madre pasota, escritas junto a su esposa Franca Rame, se representan estos días en Valencia. La Sala Russafa y Teatre Flumen las acogen, respectivamente, para ofrecer el testimonio satírico de tanta libertad sin cortapisas. Pareja abierta, de la compañía Producciones Imperdibles, está protagonizada por Belén Lario y Javier Castro, y dirigida por José María Roca. La madre pasota, de Uroc Teatro, corre a cargo de Olga Margallo e interpretada por Petra Martínez y Juan Margallo.

“LA PASIÓN TIENE FECHA DE CADUCIDAD”

Pareja abierta es una comedia que nos habla de la rutina matrimonial. Porque, como explica José María Roca, “la pasión tiene fecha de caducidad”. Y no lo toleramos, puesto que siempre “queremos más y más”. De ahí que la pareja “progre” dibujada por Darío Fo y Franca Rame decida abrirse a otras relaciones “con total libertad”. Lo propone el hombre, y la mujer accede a regañadientes. Pero una vez abierta la veda…”Cuando ella se decide, la relación tiembla”, subraya el director de la obra.

Cuando Darío Fo escribió la pieza teatral a principios de los 80, “el hombre se comía el mundo y la mujer empezaba a emanciparse de manera tibia”. De forma que el “progrerío fácil” dictaba ese tipo de pareja abierta al estilo masculino. “El funcionamiento sexual del hombre es más primario”, precisa Roca. El famoso “aquí te pillo, aquí te mato”. Para la mujer, en cambio, el sexo “tiene más recovecos” y lo vive de una manera “menos oscura” que el hombre. Un reciente estudio acerca de la infidelidad así lo demuestra: ellos lo viven con sentido de culpa, mientras ellas le sacan más partido, recobrando el atractivo que les proporciona su aventura.

Es “un problema ancestral”, dice Roca. “Buscamos novedades cuando la pasión desaparece”. Por eso los hombres de 50 años pueden llegar a “comprarse motos grandes que le ponen en valor”, en lugar de ”buscar estímulos dentro de uno mismo”. Lo que adelanta José María Roca, porque así ha sucedido con anterioridad, es que las parejas que vayan a la Sala Russafa (hasta el 20 de enero), “saldrán discutiendo”.

“AHORA NO PUEDES PERMITIRTE SER PASOTA”

Petra Martínez es La madre pasota que hasta el domingo estará en Flumen. Una madre de afiliación progre que se las tendrá que ver con su hijo de extrema izquierda, orillado el padre tradicional. En su afán protector, la madre irá a manifestaciones hippies y terminará por asumir el pasotismo reinante para escarnio de un hijo que se volverá conservador. Un cambio de papeles, muy del gusto de Darío Fo, ahora entre una madre y su hijo. A Petra Martínez esa crisis familiar le lleva a la crisis económica actual.

“Antes los hijos se iban tarde de casa, pero es que ahora también e incluso vuelven”. Es “todo muy raro” por culpa de unos poderes a los que “se les ha ido la mano con la economía”. Petra Martínez protagoniza junto a su marido Juan Margallo el posterior Cosas nuestras de nosotros mismos, en la que ambos actores revisan la puesta en escena teatral de La madre pasota, rindiendo sus propias cuentas profesionales. “Crisis ha habido siempre, pero ahora es muy bestia”, subraya la actriz.

La guerra que esta madre mantiene con su hijo, por atraerle al redil familiar, se queda en nada, visto lo visto. “Quienes manejan todo, piensan que esta crisis económica es la menos mala de las guerras”. Porque Petra Martínez, tanto recorte y tanta subida del IVA, lo ve semejante a un conflicto bélico que arrasa con todo. “Un 50 % de la entrada se lo queda el teatro y el otro 50% es para ti, y de ahí tienes que restar el 21% del IVA, el 10% de autores y lo que te gastas en publicidad”. Por eso el pasotismo de la madre, que en su día describió Darío Fo, resulta actualmente impensable. “Ahora no puedes permitirte ser pasota”.