Encuentro con Javier Royo
Video entrevista
Confinados Covid19

Javier Royo, etiquetado como humorista gráfico, nos concede unos momentos en estos tiempos de pandemia para descubrir mejor su obra y a él mismo.

Abierto, sincero y dispuesto a no dejarse abatir por ninguna piedra del camino, Javier Royo consigue causar un gran furor entre el público ¿su secreto? La síntesis; nos confiesa que, en una sociedad capaz de visualizar más de cien imágenes por minuto, aquello que marca es lo directo, los trazos sencillos que él mezcla con textos.

Javirroyo – My Charm School
Ilustración de Javirroyo

Sus primeros pasos se inician en un barrio obrero de Zaragoza, devorando comics infantiles, hasta que llegaron a sus manos las páginas underground de los años 80, donde violencia, sexo y drogas, son los protagonistas. A los 23 años, ya pudo subsistir de sus ideas y proyectos y, a día de hoy, ha conseguido ser editor en El Estafador, dirigir la empresa de vinilos decorativos Chispum, escribir 15 libros y dar forma al vegetal más peligroso de todos los tiempos: La Cebolla Asesina.

La cebolla asesina #3 (Subterfuge Comix)
La cebolla asesina. Cómic nº3. Javier Royo Espallargas

Últimamente, su arma principal reside en las ilustraciones; considera que se trata de un arte emergente y que aún no ha llegado a su pico más álgido, pero que ya empieza a tener mucho peso en el mundo del arte. Dichas ilustraciones se suelen inspirar en la actualidad, destacando por la forma de despertar a la población a través del ingenio; critica aquello que no considera justo con el humor, cuyos límites se encuentran en el contexto, en la ética y en la moral: “el humor reside en el plano cultural, hay que saber cuándo utilizarlo, y la única norma que me autoimpongo es que siempre tiene que ir a por los de arriba, nunca utilizarlo contra las minorías, contra los desfavorecidos y, en ningún momento, atentando contra los derechos humanos”.

Javirroyo: «Los hombres somos víctimas del patrón de macho que nos ...
Ilustración de javirroyo en su libro Homo Machus.

Para él, el universo artístico está plagado de definiciones y atributos que pueden provocar un estancamiento en la trayectoria de un artista. Según Javier “un artista tiene que sentirse feliz con lo que realiza, independientemente que sea por encargo o por cuenta propia, ambos forman parte de su día a día”. Y es que, en esta realidad dinámica, engullida por la tecnología, rebosante de publicidad e imágenes, a un artista ya no se le puede colgar la etiqueta de genio o artesano, ha ido evolucionando hasta lo que podría ser una hibridación. Por otra parte, nos subraya la importancia de una formación teórica en todos aquellos que se van a dedicar a la creación de arte, pues «solo si conoces a los grandes, puedes aprender de ellos y acabar creando tu propio estilo«.

Como pincelada final, nos subraya la importancia de las redes sociales en su trabajo, así como la débil línea entre utilizarlas, y acabar siendo súbditos de ellas. También se dirige a aquellos artistas principiantes para darles un pequeño consejo: se pueden perder muchas cosas con el paso de los años, pero la imaginación y la creatividad son un bien que nunca desaparece; hay que pasear por las ciudades con determinación y autoestima, creyéndonos capaces de todo, aunque los edificios se vayan derrumbando por los lados. Como manifestó Javier Royo antes de finalizar la videoconferencia, al mirarnos al espejo tenemos que pensar: “Encantado de haberme conocido”.

Tamara Pérez