La puta enamorada, de Chema Cardeña, bajo dirección de Jesús Castejón
Con Eva Marciel, Federico Aguado y Javier Collado
Teatro Rialto (Plaza del Ayuntamiento, 17. Valencia), del 13 al 16 de noviembre
Sala Russafa (C/Denia, 55. Valencia), del 21 al 30 de noviembre

‘La puta enamorada’, escrita por Chema Cardeña, se estrenó en 1999 en Valencia y se hizo ese año con el Premio Max Aub al Mejor Texto. Ahora vuelve igual de enamorada, bajo la dirección de Jesús Castejón, pero quizás más desencantada por el contexto difícil que le toca vivir. “Entonces el teatro estaba en ebullición y ahora prácticamente no existe”, explica Cardeña. “No existimos”, apostilla, en referencia a los actores y al teatro sacudidos por la crisis especialmente virulenta con el sector de la cultura.

De izquierda a derecha, Javier Collado, Eva Marciel, Jesús Castejón y Chema Cardeña, durante la presentación de 'La puta enamorada' en el Teatro Rialto. Imagen cortesía de Sala Russafa.
De izquierda a derecha, Javier Collado, Eva Marciel, Jesús Castejón y Chema Cardeña, durante la presentación de ‘La puta enamorada’ en el Teatro Rialto. Imagen cortesía de Sala Russafa.

Chema Cardeña señala que el 21% del IVA cultural “nos condena al suicidio”, dadas las “dificultades para mantener el teatro, mantener una obra en cartel y con ayudas que son simbólicas”. Y si “antes teníamos presencia y hasta molestábamos”, ahora ya “ni eso”. Ahora “somos como un ruido de fondo al que los políticos se han acostumbrado”. Todo esto lo dice en el Teatro Rialto, donde ‘La puta enamorada’ se representa hasta el 16 noviembre. Luego lo hará en la Sala Russafa del 21 al 30, protagonizada por Eva Marciel (La Calderona), Federico Aguado (Diego Velázquez) y Javier Collado (el pícaro sirviente).

“Los artistas no han sabido autogestionarse y dependen de los políticos y del dinero que manejan ellos”, afirma Castejón. Y tirando de ese hilo llegamos a esto: “Ahora ni gestionamos ni se nos hace caso”. El director de ‘La puta enamorada’ opina que todo ello se debe a la “inexistencia de tradición teatral” en un país como España que no la incluye en la educación, lo cual “es preocupante”. Precisamente la relación entre el poder y el arte es uno de los asuntos tratados en ‘La puta enamorada’ a su regreso a Valencia.

“El arte ha necesitado el poder y el poder ha utilizado el arte”, dice Cardeña de un texto que sitúa la acción en el siglo XVII del pintor Diego Velázquez. He ahí un tema que traspasa el tiempo. Sólo que ahora “al poder no le interesa el arte, luego estamos mucho peor”. Se entiende que en medio de esas tinieblas, la luz sea tan importante. “La luz es el cuarto personaje”, apunta Castejón. Y la luz es lo que encuentra Velázquez al aparecer en su vida La Calderona, la actriz amante del rey Felipe IV, que se convertirá en La Venus del espejo del pintor, por obra y gracia de Chema Cardeña.

Escena de 'La puta enamorada', de Chema Cardeña, bajo dirección de Jesús Castejón. Imagen cortesía de Sala Russafa.
Escena de ‘La puta enamorada’, de Chema Cardeña, bajo dirección de Jesús Castejón. Imagen cortesía de Sala Russafa.

“Con La Calderona entra la luz en la vida de un Velázquez que era pintor de la corte, retratista de enanos y reyes feos”, afirma Jesús Castejón, que ha preferido desnudar el espacio escénico para que “la verdad aflore”. Y la verdad pasa por “la palabra y la emoción”. De ahí el miedo del director a que un exceso de elementos sobre el escenario tapara esa “búsqueda de la verdad”. Algo que tiene que ver con “el poder de la madre” y ese regreso al “seno materno” que representa para Velázquez la amante del rey. “Es un rayo de luz en su oscura vida”.

Para Cardeña, Velázquez se enamora de una mujer “libre, sin prejuicios”, que supone para él “un soplo de aire fresco” en medio de aquella corte que le encorseta. Pero una mujer ¿puta? “El título puede echar para atrás, sobre todo en un momento como el actual de mojigatería generalizada, pero la obra lanza una mirada a la sociedad de entonces, tan parecida a la actual. Basta sustituir el poder de los reyes por el de los políticos”, sostiene Cardeña.

‘La puta enamorada’ regresa a Valencia con funciones en dos espacios distintos: el Rialto y la Sala Russafa. “El público verá dos montajes diferentes, porque en Russafa, al ser la sala más pequeña, podrá tener a los actores más cerca, aunque igual se pierda algo de luz”, observa Cardeña. Todo ello en el “templo de la verdad” que para Castejón sigue siendo el teatro. “Nada que ver con lo que se representa en los Congresos”, agrega. He ahí de nuevo el poder y el arte de ‘La puta enamorada’.

Una escena de 'La puta enamorada', de Chema Cardeña, dirigida por Jesús Castejón. Imagen cortesía de la compañía.
Una escena de ‘La puta enamorada’, de Chema Cardeña, dirigida por Jesús Castejón. Imagen cortesía de Sala Russafa.

Salva Torres