Francisco Peinado, Alunizaje. 2011 oleo sobre lienzo. 130 x 195 cm. Imagen cortesía de Galería JM.

Made in Germany. Francisco Peinado
Galería JM
Duquesa de Parcent 12, Málaga
Inauguración: viernes, 5 de abril a las 21,00 h.
Hasta el 25 de Mayo de 2013

 

El capitán. 2013 óleo sobre madera. 20 x 20 cm. Imagen cortesía de Galería JM.
Francisco Peinado, El capitán. 2013 óleo sobre madera. 20 x 20 cm. Imagen cortesía de Galería JM.

 

Un gran cementerio de reliquias desgastadas, vulgares, terriblemente frecuentes y ensalzadas como signo heráldico. Estas son las premisas con las que el pintor malagueño Francisco Peinado construye “Made in Germany”, un canto a la decrepitud del espíritu hegemónico alemán y un grito de socorro sarcástico ante el fracaso del Gigante europeo.

La mirada punzante e irónica de Peinado ha  buscado y encontrado en diversos tópicos alemanes el leitmotiv de esta nueva serie, emblemas a los que regresa una y otra vez, reiterando precisamente su carácter tópico. El automóvil, protagonista estelar de la industria alemana desde 1950, transita las calles de la urbe como único habitante de la misma. La presencia humana queda empequeñecida ante la preeminencia de la maquinaria automovilística, la cual acaba adquiriendo personalidad individual. Estrechamente vinculado a éste, el otro gran protagonista de la iconografía alemana: la salchicha, elemento cargado de una potente simbología sexual (la penetración y los “penetrados”) que acaba erigiéndose como blasón familiar o símbolo de estirpe. Con grandes dosis de fábula, Peinado otorga a los objetos y animales cierto carácter humano o metafórico: el toro español que se orina sobre una silueta de automóvil; la araña y la cucaracha, símbolos de miedos, fobias o inseguridades, aunque sin duda, son los naufragios el conjunto pictórico de mayor calado alegórico, estéticamente cercanos a las tormentas de Turner y guiñando un ojo al movimiento literario germano “Sturm und Drang”,  representan  el siniestro y fracaso del mercado euro.

No podemos perder de vista, que su obra más que un repertorio simbólico de imágenes, pretende reflejar el desasosiego de la situación a la que nos enfrentamos actualmente, y lo hace a través de una veintena de pinturas, en su mayoría tablas de muy pequeño formato, ventanas que permiten generar esa atmósfera, donde la carga existencialista propia de los grandes lienzos es prácticamente inexistente. Un formato y unos soportes adecuados al lenguaje pictórico de Francisco Peinado, quien ejecuta la obra in situ, sin boceto previo, enfrentándose directamente a la base de modo insistente, construyendo cuadros densos y cargados. Los empastes oleosos y engrosados contrastan con la sutileza y plenitud de algunas imágenes o detalles.

La clasificación de su trabajo dentro de un cajón histórico estanco se convierte en una labor prácticamente imposible, ya que las referencias estéticas son diversas. Su pintura es de naturaleza expresionista, porque busca con ahínco traducir una pasión, aunque la forma adoptada sea surrealista, herencia de su prolongada estancia en Brasil donde aprendió a fabricar “lo inusitado” a través de extraños personajes y situaciones caprichosas. Expresionismo y Surrealismo han sido constantes en su producción. Qué duda cabe que este trabajo es también un homenaje al Expresionismo alemán, no ya por los planteamientos estéticos que plantea, sino por la revitalización de sus principios teóricos: el conocimiento emocional como auténtica fuente de certeza.

Francisco Peinado, el pintor estigmatizado por la soledad, cuya obra emana de la pura necesidad creativa, quedando ésta estrechamente ligada a su vida, ahora nos habla de un malestar colectivo, simpatizando con el espíritu lacerante, burlón y asfixiante que ha germinado en una España arrastrada por la enérgica “Locomotora germana”. La actualidad de su pintura y su compromiso con la realidad del momento no le hacen olvidar la pureza de un lenguaje pictórico que lleva macerando décadas, por eso confluyen en Peinado la rebeldía del emergente y la madurez del consagrado.

Francisco Peinado, Alunizaje. 2011 oleo sobre lienzo. 130 x 195 cm. Imagen cortesía de Galería JM.
Francisco Peinado, Alunizaje. 2011 oleo sobre lienzo. 130 x 195 cm. Imagen cortesía de Galería JM.