Arquilecturas, de Silvana Andrés y Sonia Rayos

Acercar la arquitectura a los niños a partir de cuatro años, fomentar su creatividad e interés hacia el entorno físico, su curiosidad por diversos modelos de ciudades y desarrollar su inteligencia visual-espacial. Son algunos de los principales objetivos de Arquilecturas un novedoso proyecto puesto en marcha por la profesora de Plástica Silvana Andrés y la arquitecta Sonia Rayos. Consiste en talleres de arquitectura para niños en los que se trabaja con medios de representación arquitectónica como maquetas, fotomontajes, collages, planos, dibujos y medios digitales entre otros materiales.

Los primeros talleres de Arquilecturas se realizaron el pasado curso con gran éxito en diversos espacios culturales y en el Colegio de Arquitectos de Valencia. “En colaboración con la Concejalía de Juventud, este otoño ofreceremos los talleres a los centros educativos que lo soliciten, y también formamos parte del  Plan Joven de la Ciudad de Valencia”, dicen Andrés y Rayos. “A partir de octubre impartiremos el curso completo de extraescolares en colegios, en algunos aún pendientes de la matrícula y en otros, como el CEIP Pinedo, con dos grupos por la alta demanda. Participaremos en varios certámenes culturales, como Intramurs en octubre, y en noviembre en los talleres infantiles del festival femenino She’s the fest en las Naves”.

Imagen del taller Le Corbu. Cortesía de las autoras.
Imagen del taller Le Corbu. Cortesía de las autoras.

Conscientes de la importancia de la imagen como herramienta de comunicación, Andrés y Rayos han incluido el diseño gráfico con la colaboración de Ibán Ramón, autor de la identidad corporativa y del dossier de presentación.

Para poner en marcha su proyecto se han inspirado en otros semejantes que funcionan en  Europa. Entre ellos “las escuelas Vittra, colegios públicos suecos con una arquitectura increíble. ARKKI una escuela de arquitectura finlandesa para niños y jóvenes. Francesco Tonucci, con su proyecto Ciudad de los Niños, en el que se propone que las ciudades estén estructuradas y pensadas para los más pequeños.  Las propuestas de Maushaus en San Sebastián. También la revista de arquitectura para niños AMAG que es un referente, no sólo por las propuestas sino también porque trabaja con material de libre acceso OER recursos educativos abiertos”.

¿Cómo se les ocurrió la idea de Arquilecturas?

Procedemos de dos campos diferentes, la Arquitectura y las Bellas Artes, y nos apasiona confrontar nuestros puntos de vista sobre la concepción del espacio. Compartimos inquietudes sobre dos aspectos que nos parecen fundamentales en la educación. En primer lugar, la necesidad de introducir en los colegios la educación de la ciudadanía en el campo de la arquitectura y el espacio urbano. En segundo lugar, el interés sobre la función de la arquitectura en el ámbito de los espacios educativos, convencidas de que la calidad del aprendizaje está directamente influenciada por las características del entorno.

Imagen del taller Le Corbu. Cortesía de las autoras.
Imagen del taller Le Corbu. Cortesía de las autoras.

¿Cómo se aproxima un tema tan complejo a la mente infantil?

Al hablar de arquitectura para niños se puede interpretar la propuesta como entretenimiento, pero ese no es el objetivo de Arquilecturas. Que en los talleres utilicemos el juego como medio, no quita para que en esencia, el objetivo sea formativo. Tampoco se trata de formar futuros arquitectos, pero sí de aprender a pensar a partir de experiencias.  Queremos abrir las posibilidades del aprendizaje infantil con múltiples lenguajes, con múltiples lecturas de la realidad. La arquitectura nos habla del espacio que habitamos, nos interesa aproximarnos a la arquitectura superando lo descriptivo y adentrándonos también en un trabajo narrativo. Nos parece esencial conectar los conocimientos sobre arquitectura con la vida de los niños, trabajar los espacios donde suceden cosas que afectan a la vida de las personas.

¿Cómo se desarrolla un taller?

Priorizamos el juego como herramienta básica de aprendizaje. El juego no es únicamente algo lúdico, requiere de constancia y esfuerzo. Los adultos estamos presentes en los talleres como mediadores, no nos interesa que el proceso se quede solo en autoexpresión, manejamos conceptos arquitectónicos e introducimos un lenguaje técnico que despierta la curiosidad de los niños. Mediante la introducción del estímulo son los niños los que plantean las preguntas, entendemos que de otro modo no puede darse un aprendizaje significativo. Por ejemplo, en el taller ‘Mi casa tiene raíces’, conocen los cimientos del edificio y las zapatas, recuerdan el nombre asociándolo con sus zapatos, soplan sobre un árbol de papel con y sin raíces, experimentan y sacan sus propias conclusiones. En el taller de ‘Le Corbu’ conocen a ese señor de gafas que hacía casas. Les enseñamos la Unite d´habitation de Marsella y la terraza donde el arquitecto tuvo en cuenta a los niños. Les explicamos lo que es el hormigón y construyen entre todos una estructura para una vivienda plurifamiliar en la que colocan después sus propios diseños de viviendas pasantes.

Profesora de Plástica durante 13 años, Silvana Andrés critica la reducción de esta asignatura convertida en optativa. “Al pasar a ser optativa en secundaria, un alumno puede acabar bachillerato sin haber recibido educación artística desde primaria. Es un gran error, pues todos los niños tienen imaginación y creatividad, el problema es mantenerla cuando se acaba la infancia. De hecho los niños entienden muy bien el arte y tienen muchos menos prejuicios que la mayoría de los adultos. Vivimos en un mundo repleto de estímulos visuales que afectan directamente al desarrollo de nuestros alumnos, por esto es fundamental dotarles de las herramientas apropiadas para desarrollar un espíritu crítico. Este es el objetivo prioritario de la asignatura, el desarrollo del pensamiento crítico visual. La educación artística es investigación, reflexión, enseñar a pensar y trabajar además con un lenguaje universal”, concluye Silvana Andrés.

El próximo mes Arquilecturas inaugura su sede en el barrio de Russafa (Calle Buenos Aires, 26)

Arquilecturas.
Sonia Rayos (izquierda) y Silvana Andrés, responsables del proyecto Arquilecturas. Imagen cortesía de las autoras.

Bel Carrasco