‘No sólo mujeres’, de Carmen Grau
Sala de Exposiciones de La Rambleta
Bulevar Sur esquina calle Pío IX, s/n. Valencia
Hasta el 8 de marzo 2020

La artista valenciana Carmen Grau inauguró el pasado 18 de enero en la Sala de Exposiciones de la Rambleta, ‘No solo mujeres’, una muestra plural que puede considerarse antología de su extensa obra y también la primera en la que aborda de forma explícita uno de los temas que han marcado su trayectoria, la mujer y su voz silenciada. En coherencia con el contenido se podrá visitar hasta una fecha significativa, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 

El elemento central es el políptico Mujeres compuesto por 169 piezas de 22 por 22 centímetros dedicada cada una de ellas a una mujer real o imaginaria. Desde las 13 Rosas a actrices y escritoras famosas o personajes literarios imaginados por hombres como La Maga de Cortázar. De ahí el título, ‘No sólo mujeres’. «Empecé esta serie en 1998 con Maruja Torres y Rosa Montero, dos periodistas y escritoras que en ese momento estaban de plena actualidad y me inspiraban mucho», recuerda Grau. «He seguido tantos años con ella porque me apetecía. Hay personas que visibilizas enseguida y no me costaba mucho tiempo reflejar».

Obra de Carmen Grau por cortesía de Rambleta.

Cada pieza hace visible plásticamente una visión acerca de la mujer y, en su conjunto plasman la evolución estética de Grau a lo largo de ese amplio periodo. La muestra se completa con la caja de abanicos de La Dama de los abanicos, y  una serie de pequeñas esculturas que simbolizan aspectos referentes a la posición de la mujer ante la sociedad.

Muy satisfecha con la exposición, Grau analiza con contundencia cuestiones como la actualidad, la liberación de la mujer o el arte. «Lo veo todo muy mal. Como escribió Borges, los hombres son «preciosos y patéticos», capaces de lo más sublime y la peor bestialidad, y la bestialidad continúa. El mundo es muy grande y terrorífico, y ocurren cosas tremendas por debajo del espectro visible. Tenemos los mismos sentimientos y reacciones que el hombre primitivo y cuando nos creemos agredidos sacamos el sable de samurai».

Grau deplora la explotación de los animales, desde hace 30 años no come carne, y siempre ha tenido perros y gatos a los que adora. En cuanto a la situación de la mujer reconoce que «algo ha mejorado», pero «a la que te descuidas, te hacen esclava». «Mientras no se tomen medidas desde arriba, no se consolidarán las conquistas del feminismo porque pese al esfuerzo de algunos y los avances surgen otras remesas que dan pasos atrás». El panorama artístico actual le parece desalentador. «Hay un menosprecio hacia la pintura y la escultura, y el arte se concibe sobre todo como espectáculo», afirma.

Obra de Carmen Grau en Rambleta.

Paseante del Rastro

Hija de José Grau, decano de los ilustradores valencianos, casada con Mariano Maestro, también artista y profesor de Bellas Artes y madre de la pintora Carolina Maestro y el músico Julio Maestro, Grau ha vivido entre lápices, lienzos y pinceles desde la tierna infancia cuando su padre le permitía acceder a su taller. También es una fiel seguidora del principio que le inculcó uno de sus maestros, Víctor Gimeno: «El arte es todos los días».  De taller en taller, de la calle Orihuela a La Eliana, incluidas sus estancias en Alicante y Lugo, no ha dejado nunca de crear.

«Mi material preferido es la tabla y soy sobria con los colores, porque si das protagonismo al trabajo con la materia la pintura es secundaria», comenta. «En cuanto colores, mi preferido es el azul ultramar». 

En 1986 empezó a dar clases en la Facultad de Bellas Artes y, aunque guarda buenos recuerdos de sus alumnos, no tan buenos del ambiente académico, esa faceta docente sólo fue para ella un complemento, un modus vivendi, que la alejaba de su territorio natural, el taller.

Obra de Carmen Grau en Rambleta.

El compromiso político y espíritu crítico expresados a través de la ironía y el juego con materiales son sus señas de identidad. Fue pionera en el uso de materiales de desecho, habitual paseante del Rastro, donde encontró más de una vez inspiración para sus relatos pictóricos. Como un viejo futbolín desvencijado cuyos jugadores muñecos todavía conserva.

Doctora en Bellas Artes y catedrática de Pintura por la Universidad Politécnica de Valencia, ha participado en más de 150 exposiciones colectivas y treinta individuales. Con las colectivas su obra se ha expuesto en Ulan Bator, Helsinkin, Marrakesh o Nueva York. Es una de las pocas firmas femeninas de la colección Martínez Guerricabeitia y una de sus esculturas se integra en el jardín de la Universidad Politécnica.

Obra de Carmen Grau por cortesía de Rambleta.

Bel Carrasco