THE JAYHAWKS, palabras mayores

La verdad es que eso de comenzar las ansiadas vacaciones estivales asistiendo a un concierto de los Jayhawks lleva implícito afirmar con la boca grande que se inician amenas, con buen pie, (El Loco, 15-7-14). El directo de los de Minnesota es un valor seguro, un auténtico regenerador neuronal y, en un momento determinado, el mejor de los refrescos ante el imperante y agobiante calor levantino.

THE JAYHAWKS venían sin Mark Olson pero con el resto de la troupe, encabezada por el orfebre Gary Louris, a continuar la mini-gira veraniega por España (Riaza -Segovia-, Barcelona, Valencia y Nigrán -Pontevedra) con el objetivo de recordar a los privilegiados asistentes de esos cuatro emplazamientos que existieron tres discos en los que no participaba el mencionado Mark («Sound of lies», «Smile» y «Rainy day music», de 1997, 2000 y 2003 respectivamente) donde había material suculento por doquier, como se dice por estos lares «para dar y vender».

Lleno hasta la bandera en la Sala El Loco de Valencia, entradas agotadas como debe ser al tratarse de uno de los mejores grupos de rock en el último cuarto de siglo pero, por encima de todo, un lujo poder ver a un grupo de este calibre en un recinto que por sus dimensiones tiene un aforo relativamente limitado.

THE JAYHAWKS GIRA ESPAÑA JULIO 2014

Cada uno de los miembros puso las gotas oportunas y necesarias para demostrar cuanta grandeza atesoran, una magnitud que abandera la mejor escuela emocional. Si Karen Grotberg puso con sus teclas y con su voz la mejor de las compañías, Marc Pelman fue junto al fichaje de la mandolina el que aportó la elegancia y el equilibrio. Y si Tim O’Reagan demostró que además de ser un crack con las baquetas es un magnífico vocalista, Kraig Jarret Johnson de los legendarios Golden Smog fue un invitado de lujo mientras Gary Louris dejaba patente por enésima vez que posee una de las voces más emotivas así como una varita mágica a la hora de parir las melodías más artesanales y atractivas.
El buenrollismo reinante era perceptible entre abundantes muestras de mesura y solemnidad con detalles de aparente modestia, espontaneidad y cordialidad que intercalaron dentro de una impresionante sucesión de megatemazos, de esos que la inmensa mayoría de la concurrencia sabía que son perennes.

Vamos con la lista de imperecederos, «All the night reasons» y los pájaros volaron alto, praderas, cielo y estrellas. «Queen of the world» y sirvió de resorte para contagiar al abundante y admirable colorido femenino allí congregado. «Jennifer save me», perlita acústica poco conocida a tener en cuenta. «Fools on parade», otra perlita más de tipo country oculta entre los bonus tracks de los días de lluvia. «If i only had a car», sorpresa Golden Smog con Kraig de capitán.

Más. «Stick in the mud» y algún fan se arrodilló. «It’s up to you», melodía imbatible, y algún extraño cuento de humo dorado añadido como «Until you came». «Eyes of Sarahjane», ojazos y la gente a la que le gusta divertirse. «Life’s ups and down», otra sorpresa desconocida, al menos para el que suscribe. «I’m gonna make you love me», para secar lagrimillas de los más entregados.

Más. «The man who loved life», fantasía. «Think about it», uh uhuhuhhhh, se veía venir. «Trouble» y las claves de tanta grandeza. «Stumbling in the dark», delicadeza, elegancia. «Angelyne», cosa bonita, bonita, bonita, pero bonita del tó.

Más. «Smile», pues eso, de oreja a oreja. «Somewhere in Ohio», ba-ba-ba-ba-ba…, al unísono. «Waiting for the sun», de carretera. «Bottomless cup» Tim al mando sin dejar las baquetas. «Haywire», vital, existencialista.

THE JAYHAWKS -  CARTEL DEL CONCIERTO en EL  LOCO

Más. «Dying on the vine», momento clímax. «Blue» recordando el cielo sobre la verde hierba. «Save it for a rainy day», para no olvidar. «Tampa to Tulsa», buff, canela fina. «Big Star», tenía que brillar.

Y más. «Revolution blues» y Kraig coge la batuta en la playa de Neil Young. «I’d run away», no se podía escapar. «Tailspin», tan frágil como resistente en el tiempo

Más de hora y media de grandeza, de palabras mayores y de emoción. Estaba más claro que el agua, estaba cantado, son The Jayhawks.

 

JJ Mestre

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