‘El Saler per al poble, ara! El poder de la ciudadanía en la transformación responsable del paisaje y del territorio’
La Nau de la Universitat de València
C / Universitat, 2. Valencia
Hasta el 15 de octubre de 2017

La Universitat de València acoge en La Nau ‘El Saler per al poble, ara! El poder de la ciudadanía en la transformación responsable del paisaje y del territorio’, una exposición conmemorativa y reivindicativa sobre la Devesa del Saler. Producida por el Vicerrectorado de Cultura e Igualdad, con la colaboración del Ayuntamiento de València, Caixa Popular, el Colegio Territorial de  Arquitectos de València y la Fundació General de la Universitat, la exposición rememora el éxito de ‘El Saler per al poble’, uno de los primeros movimientos ciudadanos de España, que en los años setenta consiguió paralizar una urbanización que hubiera acabado con la Devesa de El Saler, y reivindica los retos que todavía quedan para este Parque Natural.

La exposición está comisariada por los arquitectos Carles Dolç, Tito Llopis, Felipe Martínez y Luis Alberto Perdigón, y por la periodista Maria Josep Picó. Se puede visitar en la Sala Estudi General de La Nau hasta el 15 de octubre.»Como indica el título de la exposición, pretendemos rememorar uno de los primeros movimientos ciudadanos de España, posiblemente el primero ecologista, que consiguió defender el patrimonio natural y que aún hoy se estudia y sigue siendo objeto de investigaciones y tesis en universidades europeas y estadounidenses”, comentó uno de los comisarios, el arquitecto Carles Dolç de una exposición colectiva, que describe la historia del movimiento que salvó la Devesa del Saler.

El vicerrector de Cultura Antonio Ariño destacó la importancia de realizar ahora esta exposición sobre “la lucha urbana y ecológica, que no es nueva, sino que ya en los años 60 y 70, los entonces nuevos movimientos sociales, encabezados por científicos, arquitectos, y vecinos daban voz en la clandestinidad a aquellos que no la tienen, como son el agua y los patos de la Albufera”.  En este sentido, subrayó la importancia de la memoria para valorar “conquistas históricas”.

Vista aérea de El Saler. Fotografía: Pere de Prada por cortesía de La Nau.
Vista aérea de El Saler. Fotografía: Pere de Prada por cortesía de La Nau.

El concejal delegado de Conservación de Áreas Naturales y Devesa-Albufera Sergi Campillo calificó la exposición de “magnífica” en tanto que recupera “una de las joyas naturales más importantes de la ciudad de Valencia que conmemora este año el 30 aniversario como Parque Natural” y agradeció la labor de la Universitat en poner en valor este espacio. Del mismo modo, Francesc Alós, en representación de Caixa Popular, entidad patrocinadora de esta exposición, manifestó “el papel importantísimo que está desarrollando La Nave para abrirse y acercarse a la sociedad” y en concreto de esta exposición subrayó que gracias al movimiento ciudadano, la Devesa es ahora lo que es, pero podría haber sido otra cosa bien diferente.

Según explicó, Tito Llopis, la exposición recoge un amplio material tanto gráfico como documental, que se caracteriza por su carácter histórico e inédito, ya que parte del mismo se ha realizado ex profeso para esta exposición. Fotografías de la época se entremezclan con vistas aéreas captadas sobre la zona con motivo de este proyecto expositivo; audiovisuales de la década de los setenta se proyectan junto con otros actuales que recogen las voces de algunos de los protagonistas de aquel exitoso movimiento ciudadano; documentos de cartografía histórica conviven con material de planeamiento urbanístico y cartelería reivindicativa de la época.

Todo para recordar la “batalla” de El Saler y las cuestiones pendientes. En 1962 el Ayuntamiento de València promovió un plan para urbanizarlo y convertirlo en una marina mediterránea más, destinada al alojamiento temporal del “turismo de masas” con el que Manuel Fraga Iribarne, ministro entonces de Información y Turismo, planteaba colonizar los espacios marítimos más singulares. El Plan fue aprobado el 1965 por el consistorio que presidía el alcalde Adolfo Rincón de Arellano, comenzó a ejecutarse poco tiempo después y pronto se van a visualizar sus efectos destructores en el bosque y la playa.

En aquellos años, finales de los sesenta, algunas voces minoritarias apuntaron las críticas iniciáticas al proceso urbanizador. Fueron biólogos y ambientalistas que comprobaron los daños y la ausencia de criterios de respecto a la naturaleza en las obras. Voces como las de los profesores Docavo, Mansanet o Gil Corell, a les que se van a sumar Félix Rodríguez de la Fuente con un programa de “Vida Salvaje” en TVE en 1970, provocaron una primera polémica pública y generaron en la sociedad valenciana dudas fundamentadas sobre la bondad de la urbanización de la Devesa.

Reunión del Saler convocada por la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos. Junio de 1978. Foto de Josep Vicent Rodríguez por cortesía de La Nau.
Reunión del Saler convocada por la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos. Junio de 1978. Foto de Josep Vicent Rodríguez por cortesía de La Nau.

’El Saler per al poble” fue el emblema de la campaña ciudadana que en el verano del 1974 planteó con rotundidad que la urbanización era un desastre y que se debía recuperar la Devesa. El movimiento ciudadano fue apoyado por las asociaciones vecinales nacidas en los barrios y pueblos en el final del franquismo y por la iniciativa de profesionales diversos, sociólogos (Josep Vicent Marqués), arquitectos (Just Ramírez), docentes (Trini Simó), periodistas… Desde Las Provincias, María Consuelo Reyna publicó tres artículos muy críticos sobre el proyecto y se convirtió en altavoz de una larga polémica. Se recopilaron 15.750 firmas oponiéndose a la urbanización, una cifra increíble bajo la dictadura.

El trabajo del movimiento ciudadano consiguió que no se continuara construyendo la urbanización. Los edificios que todavía hay en el interior del bosque del Saler, la autopista que se estrangula o el campo de golf son algunos de los recuerdos o cicatrices de una urbanización que habría acabado con la Devesa.

La primera corporación democrática valenciana, presidida per Ricard Pérez Casado, paralizó definitivamente la ejecución del plan urbanizador, inició en 1980 los estudios para la recuperación del Saler y aprobó el Pla Especial protector de la Devesa en 1982. Después, en 1986, la Generalitat declaró el Parque Natural de La Albufera donde se incluye la Devesa del Saler, comenzó la regeneración de los sistemas dunares (1990-2000) arrasados por la urbanización y la ordenación de los usos turísticos de la zona.

La exposición se estructura en cinco secciones: Antecedentes no construidos, donde se visualizan obras que no se construyeron, como un aeropuerto o la universidad laboral que finalmente se emplazó en Cheste; análisis del proyecto urbanizador ejecutado con las “cicatrices” que sí se erigieron; el movimiento ciudadano del 1974-1976, donde ocupa un lugar preminente la contra exposición, informativa y propositiva, que se organizó en junio del 1974 en el Colegio de Arquitectos con el título ‘El Saler: Dades per a una decisió col·lectiva’; una sección dedicada a la paralización del plan y los trabajos de rehabilitación de los ecosistemas de la Devesa a partir de los años 80; y el último apartado está dedicado a las reivindicaciones pendientes: cómo restaurar las playas alteradas por la expansión del Puerto de Valencia, la recuperación de la calidad que tenía el agua del lago en 1960, la anomalía de una autopista que se dirige al corazón de un parque natural, el campo de golf en contradicción completa con la riqueza de los ecosistemas del Saler, el futuro de las edificaciones existentes en la Devesa, recuperar la conexión del poblado de El Saler con su puerto, etc.

Esta sección, que mira al presente y al futuro, se acompaña del libro de la exposición, que no es un catálogo al uso, sino más bien una suma de artículos de diferentes autores que actualizan gran parte de los registros -científicos, culturales y sociales- posibles en un paisaje metropolitano tan singular como único.