‘Hilvanes. Paisajes (entre la pintura, el dibujo y la escultura)’, de Sebastián Nicolau
Fundación Antonio Pérez
Julián Romero 20, Cuenca
Hasta abril de 2016

La muestra que se presenta en la Fundación Antonio Pérez reúne alrededor de 40 obras realizadas en los últimos cuatro años; 20 componen un gran políptico, otras 14 son papeles de gran formato, más cuatro esculturas. Todas ellas conforman un conjunto que gira en torno a una misma temática.

Las piezas expuestas enlazan con los telones (serie ‘Workin’) de hule pintados de gran formato que en su día hicieron referencia a los separadores de espacios de trabajo industriales y que, en esta ocasión, se convierten en separadores cosidos por geometrías que en ocasiones generan dibujos, sujetan pliegues o retienen dibujos de bocetos escultóricos en cartón.

Imagen de parte del montaje expositivo de 'Hilvanes. Paisajes (entre la pintura, el dibujo y la escultura)', de Sebastián Nicolau, en la Fundación Antonio Pérez. Fotografía cortesía del artista.
Imagen de parte del montaje expositivo de ‘Hilvanes. Paisajes (entre la pintura, el dibujo y la escultura)’, de Sebastián Nicolau, en la Fundación Antonio Pérez. Fotografía cortesía del artista.

De esta manera, da un paso adelante en su iconografía de representación, al tiempo que rescata de sus penúltimas series de cartones imágenes de enlace que poco a poco desaparecen, convirtiendo en autónomos unos fondos al servicio de una geometría de sujeción que, por otra parte, en las piezas finales, se hace menos rígida, dando paso a un dibujo libre en el que el color y el trazo se hacen más plásticos, al sustituir el dibujo o el cordón con que lo realiza por pintura directa. Los juegos ocultos que precisan los dibujos para su ejecución -la geometría trasera, necesaria para visualizar la de la obra- son también propuestas para el espectador, puesto que, para el autor, contienen tanta información como la que se ofrece explícitamente.

Los dibujos, realizados con cordones, juegan a crear espacios en los que las sombras que teóricamente provocarían generan sensaciones de distanciamiento entre lo que se ve y lo que se interpreta, entre la realidad y la ficción, entre lo representado y lo físicamente real. Estos juegos, en los que se cuestiona la realidad, resultan potenciados en el gran políptico, en el que sobre un mismo fondo se establecen permutaciones gráficas que admitirían un desarrollo sin fin.

Obra perteneciente a la serie 'Drawings', de Sebastián Nicolau. Fotografía cortesía del artista.
Obra perteneciente a la serie ‘Drawings’, de Sebastián Nicolau. Fotografía cortesía del artista.

Las esculturas suponen un resumen de todo el proceso creativo bidimensional sintetizado en hierro pintado. Desde la escalera roja caminando, más cercana a los pliegues rectilíneos de los cartones anteriores, a la escalera negra cosida, suspendida entre la obra para pared y la escultura exenta, pasando por los grandes pliegues rojos de la gran escultura vertical, para acabar en la referencia al paisaje a través de la escultura de suelo ‘Paisaje azul’, todas ellas cierran el montaje de la exposición, que ha querido conservar la memoria del patio central que, en el recuerdo de Sebastián Nicolau, albergó en su oscuridad el gran esqueleto del megaterio o los caparazones de los armadillos gigantes.

“Anotamos, frente a la muestra, las propuestas que nos ofrece: entre esculturas y piezas sobre papel, se exponen alrededor de 38 obras, de las cuales veinte conforman un inmenso políptico que reta directamente al espacio de la iglesia de la Fundación Antonio Pérez y también seguramente a la sagacidad de los numerosos visitantes. Un telón de telones referenciados. Todas las piezas integrantes están realizadas, sobre reproducciones sobre papel sobre aluminio, mediante grafito, pastel y lápiz. Intervienen, asimismo, los remaches metálicos ollados, que configuran una estructura regular sembrada en la superficie, a la espera de la presencia del cosido, efectuado con cordones o cintas, que en cada propuesta define recorridos diferentes, potenciando la geometría emergente. Pero en el juego visual que el dibujo propicia se introducen, además, otras estrategias, como es el caso de sustituir la puntada de las cintas/cordones, en algunos trabajos, por la directa pintura acrílica, aplicada desde el mismo tubo. Llegar a impregnar el papel utilizado y pasar así el color a formar parte, por integración, en la masa del soporte. Lo banáusico, como trabajo realizado con las manos, es aquí consagrado al máximo, para que el papel se transforme visualmente en encarnación de los telones y los hules.” (Román de la Calle. Extracto del texto del catálogo de la exposición)

Imagen de la obra 'Paisaje azul', de Sebastián Nicolau. Fotografía cortesía del artista.
Imagen de la obra ‘Paisaje azul’, de Sebastián Nicolau. Fotografía cortesía del artista.